La concesión ¿La mejor opción para una Ruta Viva llena de 'parches' y accidentes de tránsito?
La Ruta Viva, aunque no tiene baches, su estado está lejos de ser el ideal para la circulación. El Municipio de Quito apunta a la concesión para reducir los problemas.
Vehículos circulan por la Ruta Viva de Quito, el 4 de febrero de 2025.
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El accidente de tránsito ocurrido en la Ruta Viva, el 3 de febrero de 2024, puso de nuevo en escena las quejas de los usuarios por el estado que presenta la principal conexión de Quito con el aeropuerto Mariscal Sucre, Cumbayá, Tumbaco, Puembo y Pifo.
Un día después del trágico accidente, que dejó un fallecido tras el choque de un tanquero con tres vehículos, PRIMICIAS recorrió la Ruta Viva para constatar su estado. Lo más llamativo es que sus 13 kilómetros de extensión están repletos de 'parches' de pavimento que ocultan los baches, pero impiden una conducción confortable.
El problema de estas obras es que causan inestabilidad a los más de 90.000 vehículos que la utilizan a diario. "Conducir en la Ruta Viva es como estar en una montaña rusa porque subes y bajas con tanto montículo de pavimento que hay", dice David Noboa, habitante de Tumbaco y usuario de esta vía.
En esto coincide Mariana Arizmendi, moradora de Puembo. "Algunos 'parches' son altos y provocan que uno pierda el control del auto. Una vez casi me viro", relata.
A este problema se suman las altas velocidades a las que circulan los vehículos. La Agencia Metropolitana de Control (AMT) ha identificado autos que se movilizan hasta a 130 kilómetros por hora, cuando no deberían superar los 90 kilómetros por hora.
"Cuando un auto choca a esa velocidad, lo más probable es que el conductor y sus acompañantes fallezcan", ha explicado en varias ocasiones Washington Martínez, director de la AMT.
El funcionario insiste en que la mayoría de siniestros de tránsito se pueden evitar, pues las causas están asociadas a la desobediencia de las leyes de tránsito y por negligencia de los conductores. Y eso es lo que se ve en la Ruta Viva a diario. Personas que manejan utilizando el celular, maquillándose o camiones que circulan como autos livianos: por todos los carriles, menos el derecho.
La AMT determinó que el accidente del 3 de febrero se originó porque el tanquero se quedó sin frenos. Una situación que se pudo haber prevenido si el conductor hubiera sometido al automotor a un chequeo mecánico, dicen las autoridades.
Concesión de la Ruta Viva
Los más de 150 accidentes y 27 fallecidos contabilizados en la Ruta Viva desde 2023 hacen que el Municipio se plantee la búsqueda de soluciones, y por ahora, la más viable es entregar su administración a manos privadas.
El alcalde Pabel Muñoz ha dicho que la concesión de la vía ha despertado el interés de tres empresas. Mientras que el secretario de Movilidad, Álex Pérez, agrega que "estamos siguiendo el proceso, en la fase confidencial, por lo que no podemos dar mayores detalles".
No obstante, uno de los objetivos municipales es que la concesión se concrete hasta 2026, pues sus autoridades reconocen que la vía necesita una urgente intervención.
La concesión implicará la instalación de un peaje para que la empresa administradora cuente con recursos para brindar mantenimiento permanente.
El exsecretario de Movilidad, Guillermo Abad, sostiene que la concesión de las principales vías de Quito es la mejor herramienta para "dejar de tener lo que tenemos actualmente: miles de accidentes y decenas de muertos cada año".
Aunque aclara que el Municipio deberá velar porque los recursos que genere el peaje sean invertidos en el mantenimiento constante de la vía.
Revisión vehicular
En febrero de 2024, el Municipio de Quito aprobó una ordenanza en la que obliga a los vehículos de transporte público y comercial que circulan en Quito a realizar la revisión técnica vehicular en uno de los dos centros que tiene la AMT para este tipo de automotores.
El documento aclara que la obligatoriedad es únicamente para los vehículos que requieren el permiso de operación que entrega la Secretaría de Movilidad. Es por eso que los tanqueros quedaron excluidos de la norma, pues su ente regulador es la Agencia Nacional de Tránsito (ANT).
El problema es que varios tanqueros circulan en la capital tras haber aprobado la revisión en cantones cuyos centros no han sido certificados por la ANT, lo que aumenta la posibilidad de accidentes, dice la AMT.
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