"Me dieron escopolamina, me robaron el celular y casi muero de hipotermia", dice víctima de la delincuencia en Quito
Quito registra 1.569 denuncias por robo a personas en el primer trimestre de 2025, según datos de la Fiscalía. Las autoridades reconocen que se trata de un subrregistro, pues no todas las víctimas denuncian su caso. David G. estuvo a punto de morir luego de que le dieron escopolamina.

Imagen referencial de un robo con escopolamina
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"El viernes 4 de abril de 2025 estaba tomando unas cervezas con dos amigos en una calle en el sur de Quito. Eran las 21:30 aproximadamente cuando un sujeto se acercó a tomar fotografías a unos almacenes que estaban de arriendo.
En un momento se fue, pero a los pocos minutos regresó. En esta ocasión se acercó para preguntarnos si sabíamos el valor del arriendo y si conocíamos a los dueños. El error más grande fue que uno de mis amigos siguió conversando con ese sujeto hasta que se integró al grupo.
Lo que también es verdad es que casi no interactuó con nadie más, pero con los tragos encima, todo se fue saliendo de control. Mi amiga, la única mujer con la que estábamos, quiso deshacerse de él, pero no pudimos. Nos movimos de lugar para despistarlo, pero se coló en uno de los autos en los que nos movilizábamos.
Ya en ese nuevo sitio, su actitud cambió. Comenzó a ser más gracioso y a acercarse a los tres. Calculo que eran más de las 23:00 cuando perdí el conocimiento de forma repentina. Lo poco que recuerdo es que llegó un auto con algunas personas y nos empezaron a quitar las cosas. Cuando intenté reaccionar, me pegaron y me rompieron la cabeza.
"Cuando intenté reaccionar, me pegaron y me rompieron la cabeza"
David G., víctima de la delincuencia
Al despertar, estábamos congelados en uno de los dos autos con las puertas abiertas. Así pasamos toda la noche. Incluso, mi amigo estaba sangrando por una oreja y casi sin poder respirar. Mi amiga, en cambio, estaba dormida, pero sin signos de violencia. Ella me contó que logró lanzar las llaves de los autos a una quebrada. Asumo que por eso no se los pudieron llevar.
Aún con los efectos de la escopolamina, pude caminar para pedir ayuda en una de las casas del sector. Un señor me ayudó al ver que estaba sangrando. Me dejó ingresar a la sala para descansar. Le dije que mis dos amigos estaban a unos metros de ahí y fue a ayudarlos. Nos dijo que lo mejor era llamar a algún familiar, pero no pudimos hacerlo porque nos robaron los celulares y él no tenía saldo.
Se ofreció a llevarnos a un centro de salud para que nos atienda un médico. Lo primero que hicieron fue abrigarnos con cobijas y tomarnos muestras de sangre. Esperamos alrededor de dos horas hasta que nos evaluaron. Tras revisar los resultados, el médico nos dijo que nos habían drogado con escopolamina y que estuvimos a punto de morir de hipotermia porque en las noches la temperatura baja a tres o cuatro grados centígrados en el sur de Quito.
"El médico nos dijo que estuvimos a punto de morir de hipotermia"
David G., víctima de la delinciencia
La recuperación de los efectos de la escopolamina tardó un par de días. Todavía tengo dolor de cabeza por el golpe que me dieron, pero estoy mejor. Esta lamentable experiencia me deja dos lecciones. La primera es no beber en la calle y la otra es no dejar que ningún extraño se acerque y peor si está con alguna actitud sospechosa.
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