Metro de Quito: lo bueno, lo malo y lo que falta tras un año de funcionamiento
El Metro de Quito cumple su primer año de operación con un balance que incluye metas cumplidas, problemas que surgieron sobre la marcha y temas pendientes.
Usuarios en uno de los trenes del Metro de Quito, en octubre de 2024.
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Metro de Quito
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La mañana del 1 de diciembre de 2023, los habitantes de Quito vieron como un anhelo que duró más de una década al fin se volvió a la realidad. El Metro de Quito finalmente comenzó a operar entre la expectativa de los ciudadanos, aún desconfiados por los intentos fallidos que precedieron a la inauguración definitiva.
La curiosidad pudo más que la desconfianza y miles de personas llegaron a las 15 estaciones durante la madrugada para ser parte de la inauguración y viajar en los primeros trenes.
En medio de la mirada atenta del alcalde Pabel Muñoz y del entonces gerente, Víctor Hugo Villacrés, los dos primeros trenes salieron desde las estaciones Labrador y Quitumbe, ubicadas en el norte y sur de la ciudad, respectivamente.
El primer día de operación transcurrió sin novedades y con la mayoría de usuarios satisfechos con el servicio.
A los días, este medio de transporte presentó problemas con sus sistemas de comunicación y seguridad que obligaron a paralizar la operación varias ocasiones, pero momentáneamente. También se registraron quejas, asociadas a los inconvenientes con los métodos de pago.
Pero lo positivo ha prevalecido ante esos problemas y el Metro de Quito ha ganando usuarios que lo han convertido en su principal medio de transporte.
Hasta el 28 de noviembre de 2024, el sistema realizó cerca de 53 millones de viajes. Según el Municipio, esta cifra representa un promedio de 145.000 viajes diarios, superando los 120.000 que se preveían para el primer año de operación.
Si bien estas cifras son alentadoras, aún hay objetivos que el Metro y la Secretaría de Movilidad deben cumplir en su objetivo de convertirlo en un medio de transporte autosustentable.
A continuación, PRIMICIAS reseña lo bueno, lo malo y los pendientes que deja el primer año de operación del Metro de Quito.
Lo bueno
Una de las mayores ventajas que ofrece el Metro de Quito es la rapidez con la que los usuarios pueden atravesar la ciudad de norte a sur. Antes de que el sistema funcione, las personas tardaban entre una hora y una hora y media entre El Labrador y Quitumbe. Con el Metro, ese tiempo se reduce a 40 minutos.
Esta es una de las principales razones por las que registra una buena calificación con relación a la satisfacción de sus pasajeros. El 48% asegura que está satisfecho con el servicio, mientras que el 42% dice estar "algo satisfecho", según la organización 'Quito Cómo Vamos'.
Estas cifras distan de las que tienen los otros sistemas de transporte público como los buses urbanos, el Trole y la Ecovía. Solo el 10% de los usuarios está satisfecho con el servicio que prestan.
A esto se suma el valor del pasaje. Los USD 0,45 que cuesta cada viaje representan apenas un aumento de USD 0,10 frente a la tarifa que los usuarios pagan en los otros medios de transporte.
"Desde que se inauguró el Metro lo uso todos los días y me ahorro tiempo. Desde Quitumbe hasta La Carolina me demoro 25 o 30 minutos cuando antes me tardaba hasta una hora y media", cuenta Carmen Lara, habitante del sur de Quito.
Según el Metro, el servicio que ofrece se traduce en los 146.000 viajes diarios que realiza en promedio y en que el 57% de sus usuarios lo utiliza todos los días.
La hoja de ruta del Municipio establece que el Metro debe movilizar 400.000 personas cada día para ser autosustentable. Esta meta debe lograrse a partir del quinto año de operación.
Lo malo
Problemas con los métodos de pago, paralizaciones del servicio y actos vandálicos son algunos de los inconvenientes que presentó el Metro de Quito en su primer año de funcionamiento.
Si bien el Metro lanzó una campaña para incentivar la creación de la cuenta ciudad y el pago a través de canales digitales , el 57% de las personas aún prefiere utilizar el efectivo para pagar el boleto.
Esto provoca que, en estaciones que tienen gran afluencia de personas como San Francisco, Quitumbe y Labrador, se formen largas filas, demorando el ingreso a los andenes por hasta 30 minutos.
Otro problema que provocaba demoras en el acceso al sistema fue que la Tarjeta Ciudad solo permitía el ingreso de una persona. Este error fue corregido a inicios de noviembre de 2024 y ahora es posible que hasta cuatro personas paguen el pasaje con una misma tarjeta.
Sin embargo, el principal reclamo de los usuarios tiene que ver con las paralizaciones del servicio. Las fallas mecánicas y los problemas entre los diferentes sistemas han ocasionado que los usuarios tengan que ser evacuados, al menos cuatro veces, dentro del túnel por el que circulan los trenes.
El Metro justifica estos percances al explicar que se trata de fallas comunes que ocurren en este tipo de transporte.
Otro tema es la vulnerabilidad de los sistemas de seguridad que provocaron otras suspensiones del servicio.
El 3 de junio y el 16 de septiembre de 2024, dos trenes fueron grafiteados por sujetos vinculados a una pandilla que se dedica a vandalizar metros de todo el mundo. En las dos ocasiones, los trenes dejaron de operar 24 horas cada uno.
El Metro de Quito asegura que reforzará la campaña Metro Cultura para concienciar a los usuarios sobre el buen uso del sistema, con el objetivo de mejorar la experiencia durante los viajes y que denuncien si observan algún acto vandálico o de acoso.
Lo que falta
El Metro de Quito arrancará 2025 con tareas pendientes que sus autoridades deben resolver. La más importante es la implementación de la tarifa integrada , así como la reorganización de rutas y frecuencias del transporte urbano.
Esta tarifa integrada fue calculada para los usuarios que deseen utilizar el Trole, Ecovía y los autobuses urbanos pagando USD 0,60 si se conectan con el Metro.
La Secretaría de Movilidad dice que esta integración ocurrirá durante el primer trimestre de 2025. Aunque, el Municipio reconoce que existe la posibilidad de aumentar esta tarifa, pues el objetivo es que el sistema sea autosustentable.
Ese objetivo -por ahora- está lejos, pues el Metro necesita aumentar el número de usuarios. Y, para eso, es necesaria la reorganización de las rutas y frecuencias del transporte urbano, de manera que los buses puedan alimentar al Metro.
El problema es que este proceso está paralizado porque no hay acuerdos entre el Municipio y los transportistas.
En medio de estos inconvenientes, el Municipio cree que el Metro puede ganar nuevos usuarios cuando concrete la extensión de su recorrido.
El alcalde Pabel Muñoz dispuso que en 2025 se realicen los estudios para que el sistema llegue hasta el sector de La Ofelia. Aunque el objetivo final es que se extienda hasta Calderón.
Otros temas pendientes que tiene el Metro en 2025 son la provisión de Internet dentro del los trenes y la firma de contratos de publicidad en sus estaciones, para mejorar sus ingresos. Incluso, el Municipio asegura que destinará espacios para el funcionamiento de diferentes tipos de negocios para no depender únicamente de los recursos que provienen del pago del pasaje.
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