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Niños, las víctimas colaterales del crimen organizado en Guayaquil
La mayoría de días, los habitantes de la cooperativa San Francisco en Pascuales, norte de Guayaquil, permanecen encerrados en sus casas. Cubren las ventanas con planchas de zinc o madera para resguardarse de las balaceras entre bandas criminales.
Pero ahora no están seguros ni adentro de sus propias viviendas. El pasado 16 de julio, dos niños de apenas 8 y 10 años respectivamente fueron asesinados por sicarios. Ambos estaban junto a su padre, quien no salió herido, y se sospecha que los criminales dispararon 'por error'.
Los menores asesinados engrosan las estadísticas de muertes violentas en Guayaquil, que ya suman 765 en lo que va 2022. Y del total de fallecidos, 42 fueron niños y adolescentes.
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