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Posgrados, la reina del ajedrez
En el 2005, Paola Puyas fundó una compañía familiar que da servicios en Tecnologías de la Información y Comunicación. Sin embargo, necesitaba ampliar sus conocimientos en el área de metodología y gerencia de sistemas para apoyar los procesos de consultoría de sus clientes. Entonces estudió la Maestría en Gerencia de Sistemas y Tecnología Empresarial y actualmente es Gerente de negocio de su empresa.
Ella tenía sus metas claras: sacar adelante su emprendimiento era la punta del iceberg. Buscó una universidad que le diera las herramientas y hoy lleva la batuta de su negocio. “Tuve profesores que trabajaban como consultores en empresas internacionales y ejercían en el campo de la materia que estaban dictando. Eso le dio un valor agregado a mi titulación”, cuenta.
Johana Vinueza estudió la universidad y se graduó de Licenciada en Comunicación, mención Publicidad y Gestión de Negocios. La mitad de su carrera, que empezó a muy corta edad, la hizo como comunicadora y periodista, y la otra mitad en Marketing. Alcanzó puestos importantes, pero en dos ocasiones no fue seleccionada para una gerencia porque no tenía un título de cuarto nivel.
Su maestría en Dirección de Comunicación Empresarial e Institucional le permitió complementar sus conocimientos y acceder a esos puestos gerenciales que antes le habían sido esquivos. “Mientras terminaba el posgrado, cursaba un proceso de selección para una multinacional. Cuando me pidieron hacer un plan para manejo de marca a nivel regional apliqué todo lo que estaba estudiando. Mi posgrado me ayudó a ganar ese cargo”, enfatiza.
La maestría también le permitió armar un plan de crisis, desarrollar estrategias y visualizar a un director de comunicación como el profesional que vela por la integralidad de la empresa y sus colaboradores. Paola y Johana ejemplifican los dos tipos de razones por las cuales una persona estudia una maestría: complementar o profundizar conocimientos.
Larry Rivera es profesor de posgrados de la Universidad de las Américas. Él cree que un alumno puede tomar la decisión de irse por algo muy afín a lo que haya estudiado o, en su defecto, elegir una especialización que vaya un poco más allá.
En este sentido, recuerda que en su camino como alumno y profesor fue testigo de cómo un nutricionista y un ingeniero industrial cursaron con éxito una Maestría en Agroindustrias, con Mención en Calidad y Seguridad Alimentaria. “Al final de los estudios, el nutricionista estaba en capacidad de aconsejar un alimento de calidad que, además, sea inocuo y nutritivo. El Ingeniero industrial despertó el interés de desarrollar una máquina de envasado de alimentos”.
Iniciar un posgrado es empezar un camino que no tiene marcha atrás. Por eso, según Rivera, antes de elegirlo es imperioso tomar en cuenta las necesidades sociales de lo público, lo privado y, sobre todo, no perder de vista los intereses personales. Al respecto, refiere que varios de sus alumnos realizan estudios de cuarto nivel para independizarse o alcanzar un mejor puesto, como una gerencia. En este contexto, la búsqueda de nuevos conocimientos y la actualización de competencias responden a un mercado altamente competitivo.
Y es que la competitividad parece ser el caballo de troya. Margarita García se graduó en la Universidad Zamorano, en 2005. Ahora cursa el noveno módulo de la Maestría en Agroindustrias con mención en Seguridad Alimentaria y Calidad. Regresar a las aulas no es sencillo confiesa, pero “sí muy necesario si se quiere estar al nivel que exige el día a día”. Ella buscó un posgrado para fortalecer su parte académica.
A más de trabajar asuntos regulatorios, Margarita García está a cargo de la línea de calidad de la empresa en la que ocupa un puesto gerencial. “Es un reto tremendo, porque si bien yo manejo calidad en términos teóricos y regulatorios, entrar a la cancha es otra cosa. Definitivamente, los temas que estoy abordando en mis estudios: procesos, puntos críticos de control, verificación de riesgos y estadística son bastante aplicables en mi carrera actual”, afirma.
El abanico de motivos para estudiar una maestría es amplio y variopinto. Todas las opciones son válidas siempre y cuando respondan a unos objetivos que el estudiante debe plantearse en concordancia con la realidad del país y con sus metas profesionales. Los estudios de posgrado son la llave maestra que abre el camino hacia la consecución de metas que cambian esquemas y remueven paradigmas.