Rafael Correa y Luisa González 'rompieron la ilusión' de Augusto Verduga de llegar a Carondelet
Pese a todas las maniobras y cálculos dentro del Consejo de Participación Ciudadana, la Revolución Ciudadana no tomaba en serio las aspiraciones presidenciales de Augusto Verduga.

Composición fotográfica que muestra a Rafael Correa, Luisa González, Augusto Verduga y el contenido de algunos de los chats del caso Ligados.
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Augusto Verduga fue uno de los candidatos identificados con el correísmo para las elecciones del Consejo de Participación (CPCCS), en 2023. Fue el más votado, en general, con casi 2 millones de respaldos, más del doble que el siguiente candidato, también de la conocida como 'liga azul', Alembert Vera.
Sin embargo, ni ese capital político, ni sus años de apoyar a la Revolución Ciudadana, le alcanzaron para lograr su objetivo: ser candidato a la Presidencia de la República. Además, en el camino fue destituido del CPCCS, huyó del país y ahora está investigado por presunta asociación ilícita.
Esa acusación de la Fiscalía, en el caso Ligados, habla de que los consejeros correístas buscaban controlar los poderes del Estado a través del CPCCS. Además, afirma que la 'liga azul' dilataba decisiones de la justicia electoral y se garantizaba impunidad, mediante maniobras jurídicas irregulares y presunto tráfico de influencias.
Según los chats del teléfono del mismo Verduga, que forman parte del expediente del caso, todo eso se hacía con la venia, apoyo, recomendaciones y hasta instrucciones del buró de la Revolución Ciudadana, incluido el mismo Rafael Correa. Y el vínculo operativo entre la 'liga azul' y los líderes del correísmo era el excandidato presidencial Andrés Arauz.
Esos fragmentos de conversaciones, sucedidas durante 2024, muestran un acercamiento al manejo político que se lleva dentro del correísmo y también refleja como parte de la militancia ya no está de acuerdo con las decisiones de los líderes tradicionales.
Por ejemplo, Verduga quería usar su puesto en el Consejo como trampolín a la Presidencia, o al menos al binomio presidencial de la Revolución Ciudadana. Pero tras la decisión del buró de insistir en la candidatura de Luisa González, esta vez de la mano de Diego Borja, se sintió “timado”.
La misma decepción la compartieron sus amigos y compañeros de 'trinchera' que forman parte directa o indirecta de la lista 5. Esa "nueva generación de políticos", preparados "para conquistar espacios de poder institucional", como se consideran, fueron relegados de las listas para 2025.
La Revolución y Verduga
El exconsejero Augusto Verduga, según el contenido de sus chats, no logró ocupar un puesto relevante dentro de la Revolución Ciudadana y menos aún acercarse a la cúpula de la organización.
El ser un "chico brillante, totalmente comprometido y sano, un orgullo para el país y muy bien preparado", como lo describió el mismo Correa, el 29 de enero de 2023, no le sirvió para escalar en el movimiento político.
Por ejemplo, aunque en las elecciones consiguió más de 1 millón de votos por encima de Alembert Vera, el abogado del expresidente fue el preferido para ocupar la titularidad del Consejo de Participación. A Verduga se lo consideró solamente después de que Vera fue destituido.
Tampoco le fueron útiles todos los discursos, estrategias y tácticas utilizadas ya en el cargo en el CPCCS, para apurar o frenar procesos, para beneficiar los intereses del correísmo.
Verduga aceptaba a sus contactos que "no tengo idea de que pasará por la mente de RC" y que no ha logrado hablar con nadie del buró.
Incluso hay conversaciones en las que reclama no haber sido incluido al chat de Wire del buró de la Revolución o que, pese a que lo convocaron a participar de un zoom, no le dejaban entrar a la sesión virtual. Tampoco le fue fácil conseguir una cita secreta y reservada con Luisa González en Guayaquil, en julio de 2024.
Verduga confirma sentirse utilizado por el movimiento, al enterarse de que no fue considerado para ocupar un puesto en el binomio correísta, pese a toda la precampaña y lobby que hicieron sus compañeros de La Kolmena y otros aliados y simpatizantes dentro de la tendencia, que decidieron "impulsar y apoyar la precandidatura de Augusto", como cuenta la legisladora Jahiren Noriega.
Y el exconsejero dice que "no creo que nunca fuimos una opción real" para una candidatura presidencial, a lo que se suma la desolación del exconsejero frente a la posibilidad de perder sus derechos políticos por cuatro años (hasta 2029), por haber sido auspiciado por la Revolución Ciudadana en las elecciones de 2023. Miedo que se convirtió en realidad en enero de 2025.
Sus conversaciones dejan entrever, además, que dentro del movimiento le hicieron creer que sus aspiraciones políticas tenían cabida (o que nunca lo contradijeron). Por ejemplo, el mismo Alembert Vera le comenta, el 29 de julio de 2024, "con Augusto y Luisa comienza la paliza".
Mientras que el estratega correísta Alfredo Serrano Mancilla le enviaba encuestas y estudios estadísticos sobre el 'voto templado' de la RC por Whatsapp, que serían "insumo también para la toma de decisión", puesto que "Rafael" pedía los datos para decidir el binomio.
Y según otro contacto más, González era inamovible de la papeleta, como primera opción, pero en el ticket para la Vicepresidencia la pelea estaba "entre un empresaurio y Augustito".
Por eso es que en agosto llegó la decepción. Ya después de que la lista 5 definió su binomio, uno de sus amigos le comenta que: Correa "pensó en nosotros cuando se sentía más débil. Ahora se siente fuerte y cree que ganará solo, con la "rana René" de candidata", refiriéndose a González.
"Augustito sin joda ñaño, tú deberías estar ahí pero no por poco sino por millas y millas de distancia" (sic.), "Diego (Borja) tiene el carisma de un barril de petroleo brother", "qué asco", "q hpta", fueron varias de las reacciones a los anuncios de la convención correísta.
Y los chats reflejan el descontento general de los contactos de Verduga con las decisiones del buró, por ejemplo, afirman que González es "mejor presidenta de partido que candidata" y, justamente, unos comentarios suyos, del 23 de septiembre, son descritos como una "desgracia" o "de llorar".
Pero no se queda ahí, más allá del tema electoral, otra de las coincidencias que reflejan los chats de Verduga es el deseo de varios correístas de que alguien le quite el celular a su máximo líder, para evitar sus continuas polémicas en redes sociales.
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