El Ministerio de Energía es la 'papa caliente' del gabinete presidencial de Daniel Noboa
Inés Manzano es la cuarta funcionaria en hacerse cargo del Ministerio de Energía, en los 11 meses de gobierno de Daniel Noboa y en medio de sus polémicas decisiones en la materia.
El presidente Daniel Noboa en la hidroeléctrica de Mazar, en Azogues, el 7 de mayo de 2024.
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Ecuador sobrevive entre varias crisis paralelas. Pero la crisis eléctrica es la que concentra las molestias de la ciudadanía y, también, del gobierno del presidente Daniel Noboa, que no ha podido conseguir un funcionario que aguante en el despacho del Ministerio de Energía.
Se trata de una institución que, con apenas 432 funcionarios y un presupuesto de USD 69 millones, cuenta con tres viceministerios y 10 subsecretarías. Y solo el Viceministerio de Electricidad tiene nueve direcciones.
En apenas 11 meses de gestión, la entidad ha tenido cuatro ministros: dos titulares y dos encargados. Ellos han tenido que lidiar, no solo con la intensa sequía y el problemático sector eléctrico, sino también con las presiones políticas dentro del mismo Ejecutivo.
Porque algo que se ha podido evidenciar en este periodo son los choques entre las recomendaciones y advertencias técnicas sobre la generación de electricidad y las decisiones políticas del Gobierno, que ha optado por reducir las horas de cortes a cada oportunidad, impidiendo así la planificación.
No hay ministro que aguante
La primera ministra, Andrea Arrobo, tuvo el peor desenlace y fue acusada de sabotaje político por el presidente Noboa, por supuestamente haber ocultado la crisis del sector energético, que venía arrastrada desde las administraciones anteriores y que explotó en abril de 2024 y solo ha empeorado.
Sin embargo, el Operador Nacional de Electricidad (Cenace) venía advirtiendo del déficit eléctrico que impactaría al país desde diciembre de 2022. Estas advertencias se repitieron, al menos, en octubre de 2023 y, ahora, en octubre de 2024. Durante el gobierno de Guillermo Lasso y ya en el de Daniel Noboa.
Pero no se trata solo de la intensidad y prolongación de las épocas de estiaje.
La crisis proviene de un cúmulo de factores: la alta dependencia hidroeléctrica, las centrales mal construidas o incompletas, la falta de inversión, mantenimiento y diversificación de fuentes de energía y, también a la par, el incremento de la demanda ciudadana.
Pero, como dijo Arrobo, cuando rompió el silencio que dejó de su salida, "lo técnico no es suficiente en un país donde manda la política". Y probablemente fue por eso que el aplaudido ministro de Transporte, Ricardo Luque, no volvió por un segundo 'round' a la cabeza del Ministerio de Energía.
A falta de otros perfiles, a Luque le bastaron dos meses y medio de encargo para recorrer instalaciones de generación eléctrica e intentar resolver el segundo ciclo de apagones que golpeó al país y dar la cara por el presidente Noboa.
Por lo que, a inicios de julio, llegó Antonio Gonçalves, con la promesa de "grandes anuncios" en el sector energético.
Sin embargo, Gonçalves tampoco se quedó para ver el final de la crisis energética, que parece lejano aún. En medio de polémicas decisiones del presidente Noboa y su equipo, el nuevo ministro se convirtió en el rostro del recrudecimiento de la crisis energética.
No solo la ciudadanía tiene que soportar apagones de 10 horas diarias, sino que el sector industrial recibió la notificación, el 5 de octubre, de que tendrían cortes del 100% entre las 08:00 y las 22:00, durante 15 días.
Y, tres días después, se conoció que el 2 de octubre, Cenace ya advirtió al Ministerio de Energía sobre las consecuencias que tendría la decisión del gobierno de Noboa de reducir a cuatro horas los cronogramas de cortes de luz.
Una de esas consecuencias, según el oficio de Cenace, sería tener "racionamientos forzosos sin control en la programación y toma de decisiones de corte de carga en la operación en tiempo real", debido a que la decisión presidencial haría que el agua del embalse de Mazar siga cayendo.
Por ello, tampoco causó sorpresa la renuncia de Gonçalves, que llegó el 9 de octubre. Pero inmediatamente, entró en escena la nueva ministra de Ambiente, Inés Manzano, para hacerse cargo a la par del Ministerio de Energía, de forma temporal.
Manzano ha reconocido que ella está poniendo la cara frente al malestar ciudadano por los apagones, pero también ha querido contrarrestar las hipótesis de que la crisis energética se extendería hasta marzo de 2025.
Según la doble ministra, los cortes de luz serán mínimos o desaparecerán hasta fines de diciembre.
Pero con la tradición de ese cargo del Gabinete, se suma la duda de si, en ese entonces, ella seguirá a la cabeza del Ministerio de Energía o si el Ejecutivo conseguirá un reemplazo definitivo, que quiera hacerse cargo de la crisis eléctrica y de las decisiones presidenciales en el área, hasta mayo de 2025.
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