Los migrantes: el eslabón más débil en la relación de Ecuador y Estados Unidos
El magnate y futuro presidente de Estados Unidos, Donald Trump, obtuvo la victoria en las elecciones y apunta a una nueva ola de políticas contra los migrantes irregulares.
Simpatizantes de Donald Trump miran su discurso en Las Vegas, Nevada, el 6 de noviembre de 2024.
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AFP
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El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca implicará grandes cambios para Estados Unidos y el mundo, ya que el futuro presidente nacionalista está determinado a pasar la página de cuatro años de un gobierno demócrata que confortó a aliados y enfrentó a enemigos.
Su victoria supone uno de los cambios más significativos en la forma en que Washington aborda los asuntos exteriores en medio de crisis paralelas desde hace muchos años.
Y ese estilo de Trump podría provocar más chispas en Latinoamérica, donde aliados clave como Colombia y Brasil, y también México, están gobernados por la izquierda. Aunque la región no ha ocupado un espacio en su campaña ni sus discursos.
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Pero una de las promesas clave del magnate y expresidente sí afecta directamente a Latinoamérica: la deportación masiva de millones de los inmigrantes indocumentados, que podría traer caos a la región si es implementada.
Las promesas en materia migratoria, que preocupan también a ecuatorianos
El próximo presidente de Estados Unidos concentró su discurso más agresivo en la migración irregular. Y prometió a sus electores tomar medidas drásticas para evitar el ingreso irregular de ciudadanos de otros países.
Cerca de 11 millones de migrantes indocumentados vivían en el país hasta 2022, según información del Departamento de Seguridad Nacional. La mayoría de los migrantes irregulares se concentran en seis estados: California, Texas, Florida, Nueva York, Nueva Jersey e Illinois.
Y casi la mitad de esta población proviene de México, seguida por Guatemala, El Salvador y Honduras.
El Pew Research Center explica que esos migrantes representan solo 3,3% de los habitantes de Estados Unidos y que, al menos, 8,3 millones son trabajadores. Aunque, el instituto de investigación también recuerda que las cifras del Departamento de Estado todavía no reflejan el creciente flujo migratorio de los últimos dos años.
En campaña, Trump hizo una larga de promesas para detener la migración irregular en su segundo periodo:
- Usar la Ley de Enemigos Extranjeros para expulsar a los miembros de pandillas, traficantes de drogas o miembros de cárteles conocidos o sospechosos.
- Poner fin a la ciudadanía por derecho de nacimiento para los hijos de inmigrantes indocumentados.
- Redirigir gran parte de los esfuerzos de entidades federales como la Administración de Control de Drogas (DEA), la Oficina Federal de Investigación (FBI), el Departamento de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF) y el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) a la aplicación de la Ley de Inmigración.
- "Llevar a cabo la operación de deportación interna más grande en la historia estadounidense", entre 15 y 20 millones de indocumentados (según Trump).
- Otorgar "automáticamente" la greencard a los extranjeros que se gradúen en universidades estadounidenses.
La relación de Trump con Ecuador
La única vez que Donald Trump visitó Ecuador fue en el gobierno de Lucio Gutiérrez, cuando en 2004 se organizó en Quito el reconocido concurso Miss Universo. Y la pieza clave fue Ivonne Baki, quien gestionó personalmente la realización del evento, gracias a su amistad con el magnate y entonces dueño de la franquicia.
13 años después, Trump llegó a la Casa Blanca por primera vez, en enero de 2017. Lo que coincidió, cuatro meses más tarde, con la salida de Rafael Correa de Carondelet, lo que permitió que su heredero y sucesor, Lenin Moreno, rompiese el extenso alejamiento con Washington.
En esos años la relación bilateral se intensificó, incluso el entonces vicepresidente Mike Pence visitó Quito. Moreno hizo seis visitas a Estados Unidos y una de ellas fue en la oficina oval de la Casa Blanca, donde habló directamente con Trump.
En su administración también se firmó un acuerdo comercial de primera fase, otro para la reapertura y retorno de la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID), así como acuerdos en empleo, educación, seguridad y lucha contra la corrupción.
Moreno recibió apoyo tanto político como económico del gobierno del republicano Donald Trump. Sin embargo, con el cambio de gobiernos en ambos países la relación no se deterioró, las administraciones de Joe Biden y Guillermo Lasso también mantuvieron visitas de alto nivel y la firma de acuerdos, especialmente, tres en materia de seguridad.
El corto gobierno de Daniel Noboa en Ecuador también ha mantenido una relación estable con Estados Unidos, enfocada principalmente en temas de seguridad. Sin embargo, la relación bilateral se recompondrá a partir de mayo de 2025, cuando Trump ya esté en el poder y Ecuador tenga un nuevo gobierno.
Esta segunda vuelta del magnate republicano en la Casa Blanca llega con expectativas de que haya más apertura comercial con Ecuador.
De todas formas, Trump hizo promesas de campaña basadas en los principios de no intervencionismo y proteccionismo comercial, o como él profesa: "América primero", especialmente en comercio.
Y su difícil plan de deportar a millones de migrantes podría golpear a los ecuatorianos que han migrado a ese país y, por ende, las remesas en Ecuador, que alcanzaron los USD 1.393 millones en el primer trimestre de 2024, según el Banco Central.
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