Gustavo Isch: "Daniel Noboa es un presidente ausente, que no da la cara a los problemas"
El consultor político y experto en comunicación, Gustavo Isch, analizó la comunicación del Gobierno. Le parece superficial y que se apuntala en la publicidad de simulaciones.
El presidente Daniel Noboa en un evento en Ibarra, el 15 de octubre de 2024.
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PRIMICIAS
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El manejo de la comunicación gubernamental se ha vuelto crítico. La crisis eléctrica ha demostrado que no es la prioridad del presidente Daniel Noboa, que se resiste a mencionar el problema directamente y prefiere dejar que sus ministros lo enfrenten.
La molestia entre la ciudadanía va más allá de los efectos sociales y económicos de los extensos apagones. Algo que no para de criticarse en las redes sociales es la ausencia de una planificación eficiente y confiable de los cortes de luz.
Para Gustavo Isch, consultor político y experto en comunicación, esto demuestra que la estrategia de comunicación del Gobierno se agotó y ya no funciona, además de que sostiene que el Presidente es "muy mal vocero" y no da la cara a los problemas del país.
"Al nuevo Ecuador lo único que lo diferencia del anterior son los personajes que están en el régimen, pero el comportamiento es el mismo: campaña de comunicación permanente y apuntalarse en redes sociales", advierte Isch.
El también exsecretario de Comunicación del gobierno de Lenin Moreno, conversó con PRIMICIAS sobre los problemas y efectos del defectuoso manejo de la comunicación gubernamental:
La comunicación del Gobierno no cumple con su objetivo primordial de informar, ¿a qué considera que se debe esto?
Es la consecuencia de toda una estrategia de comunicación que llegó a su tope.
El Gobierno desde el inicio ha manejado una estrategia basada en la publicidad, más que en la información. Esta última se concreta a través de diálogos, entrevistas, conversatorios, con los medios, la sociedad civil y la misma ciudadanía.
La comunicación es siempre microsegmentada. Y lo que se ve es ese vacío informativo que se ancla en la espectacularidad. Por ejemplo, dice: "vamos a recuperar Durán" y lo que se hace es montar una movilización militar, cubierta de manera casi cinematográfica.
Y esa es la tónica del Gobierno.
Le funcionó al inicio, cuando decretó el conflicto armado interno. De ahí en adelante siempre ha estado apalancado en lo que hacía la Fiscalía y generando intervenciones del Ejército y de la Policía que eran publicitadas.
Lo que ha hecho permanentemente el Presidente es generar una narrativa superficial, sobre sus intenciones, decisiones y proyectos, a través de redes sociales.
¿Solo espectacularidad?
Parte de esa estrategia también es que en una misma semana se produzcan varias noticias, como una suerte de caja china. Si hay algún evento negativo, automáticamente es cubierto por una noticia o declaración que genere un distractor social y que se viraliza en redes sociales.
Las redes son vitales en la campaña del Gobierno, que además está en una campaña permanente de comunicación, porque todo lo que se hace está anclado a su objetivo de ser reelecto. Eso es evidente.
¿A quién se dirige el presidente Daniel Noboa?
En las plataformas, la microsegmentación se dirige a ciertos estratos poblacionales que conectan con millennials y centennials. Y hubo un muy largo periodo, no menos de seis meses, en los que nunca se habló directamente con ciudadanos mayores de 40 años.
Nunca hubo una narrativa específica que dialogue con los ciudadanos que no forman parte de esos targets, ya que ahí se encuentran personas que tienen una visión de la política mucho más crítica.
Por lo que los grupos a los que se dirige son aquellos donde no se genera debate y no se desarrolla un enfoque que permita asimilar lo que está sucediendo de manera estructurada y contrastada.
En las esporádicas ocasiones que el Mandatario habla, ¿cómo se perciben esos breves discursos?
El presidente Noboa es muy mal vocero, lo fue desde el principio de su mandato. El primer discurso de su posesión fue corto y no dijo nada que haya merecido mucha atención, solo generó expectativas, preguntas, dudas.
Esa ha sido la tónica en estos 10 meses. Es un presidente que ha jugado mucho con la idea de liderar un nuevo estilo de gestión política, pero siempre anclado a la publicidad.
Además, siempre está buscando un enemigo y haciendo lo mismo que él rechaza. En lo que él llama el viejo país, por ejemplo, echar siempre la culpa al gobierno anterior.
Es un presidente que incumplió todas sus promesas fundamentales de campaña, por lo que comunicacionalmente tiene que sostener sus medidas con este ejercicio de puesta en escena.
Es un gobierno que simula todo. Simula que tenemos un presidente que lidera.
Simulan que hay un gobierno que está gestionando la administración de la economía de una manera efectiva, tanto así que nos van a pagar las planillas de luz. Pero fueron absolutamente incapaces de gestionar el presupuesto en el gasto operativo programado.
Pero los voceros del Gobierno dicen que están haciendo las cosas bien, que hay avances en todas las áreas.
Sus voceros dicen que la delincuencia es enfrentada exitosamente por nuestras Fuerzas Armadas y la Policía. Pero las estadísticas lo niegan.
Las estadísticas oficiales, de las instituciones públicas que están a cargo de levantar la información, nunca coinciden con las declaratorias de sus voceros. En las intervenciones de policías y militares siempre se contradicen los números, de robos, secuestros extorsivos, asesinatos.
No solo el presidente Noboa es muy mal vocero. En su equipo de trabajo hay muy malos voceros.
Luego de percatarse de las contradicciones entre la estadística y la realidad, sobre lo que ellos dicen que está pasando, es más fácil cubrirse a través de las redes sociales y de los distractores, donde todo lo que se dice es una simulación.
¿Es sostenible mantener ese tipo de comunicación?
La comunicación no puede cambiar la realidad. Durante algún tiempo la comunicación funciona, pero luego la realidad se impone. Por ejemplo, en 10 meses tenemos cuatro ministros de Energía, eso quiere decir que no hay una política para ese sector. Y lo mismo pasa en otros sectores: salud, minería, ambiente, agricultura.
A este nuevo Ecuador lo único que lo diferencia del anterior son los personajes que están en el régimen, pero el comportamiento es el mismo: campaña de comunicación permanente y apuntalarse en redes sociales.
Son verdades a medias o mentiras abiertas. La comunicación ha sido desastrosa.
¿Y quién responde por esas verdades a medias?
La semana en la que empezaron los últimos apagones, ¿qué hizo comunicacionalmente el Gobierno, el Presidente?
El Presidente tiene una lógica de no dar la cara, es un presidente ausente, no da la cara a los problemas.
Prefiere quemar a sus funcionarios y lo hace de una manera muy sorprendente. No imaginábamos que el Presidente podía llegar tan pronto a esos niveles como señalar a su primera ministra de Energía por sabotaje. Pero eso nadie se lo tragó.
¿Y eso qué nos deja?
Tenemos lo que tenemos. No hay un liderazgo, porque no se puede generar un liderazgo desde la publicidad. Hay una campaña permanente en función de las elecciones.
Todo es publicidad. Es difícil encontrar un lugar donde lo que se ha hecho nos arroje números positivos. Por eso es un gobierno de simulaciones y tiene esa estrategia de conectarse con redes sociales para banalizar los problemas y las decisiones. Pero eso llegó a su tope.
Es difícil encontrar un lugar donde lo que se dice que se ha hecho sea real.
El silencio del presidente Noboa y sus ausencias, ¿le juegan en contra?
Sí, porque el silencio es una manera de comunicar y sobre todo en política. El silencio del Presidente es tan evidente que está provocando la atención de muchos ciudadanos y sectores que lo apoyaban abiertamente y ahora están muy escépticos o muy contrarios a su manejo de la gestión pública.
Eso podría verse reflejado en las siguientes encuestas.
Hasta hace cuatro meses, cuando se les preguntaba a los ciudadanos quiénes creían que eran los responsables de la crisis del país, señalaban a tres personajes: Guillermo Lasso, Lenin Moreno y Rafael Correa, en distintos órdenes.
Pero desde entonces ya aparece Noboa como responsable de lo que está pasando, inicialmente con un 9%. Ahora ese porcentaje ha ido incrementándose, pero las cosas que han ocurrido en el último mes cambiaron de semana a semana las estadísticas de una manera dramática.
Cuando el Presidente anuncia, el 9 de septiembre, que va a pagar las planillas en los meses de la campaña electoral, logra lo que quería y gana algunos puntos, porque venía en caída la apreciación de la ciudadanía.
Pero llegó la cadena nacional del 14 de octubre y toda la ciudadanía estaba esperando que diga algo sobre la crisis energética. Pero Noboa trató de simular que había algo más preocupante que la crisis, las supuestas 2.000 hectáreas de coca.
Eso fue un insulto a la inteligencia de los ecuatorianos, no dijo absolutamente nada sobre lo que necesitaban escuchar. Y esa fue la cereza del pastel.
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