El Consejo de Participación, convertido en un 'carrusel' de consejeros, fracasa en la designación de autoridades
Desde que el correísmo perdió el poder, la entidad más inestable, víctima de pugnas políticas y corrupción, ha sido el Consejo de Participación Ciudadana (CPCCS).
Cinco de los siete miembros de la denominada 'liga azul' correísta han sido destituidos del CPCCS.
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PRIMICIAS
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El Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS) no deja de ser una entidad problemática y polémica. Sea por los fracasos y escándalos en los concursos de selección de autoridades de control o por las actuaciones y destituciones de sus vocales, en este caso los de la 'liga azul'.
El último episodio incluyó un allanamiento, una salida del país por el puente de Rumichaca y una sentencia de destitución, mientras las designaciones de los titulares de la Fiscalía, el Consejo de la Judicatura, el Consejo Nacional Electoral (CNE) y el Tribunal Contencioso Electoral (TCE) llevan retrasos de semanas, meses e incluso años.
La última destitución alcanzó a Augusto Verduga, Yadira Saltos, Eduardo Franco y Vielka Párraga, cuatro de los cinco candidatos correístas que alcanzaron un cargo, principal o suplente, en el CPCCS, en mayo de 2023. Previamente, fue destituido Alembert Vera, quien llegó a desempeñarse como presidente del organismo.
Es decir, de los siete candidatos que aupó el correísmo, aunque la Ley Electoral prohíbe los auspicios partidistas, cinco fueron destituidos en menos de dos años y una de ellas (Párraga) ni siquiera llegó a sentarse en el plenario.
A ellos se sumó la destitución de Juan Guarderas, impulsada por parte de la Revolución Ciudadana en la Asamblea Nacional, que permitió que la ‘liga azul’ recupere brevemente un puesto en el pleno del Consejo. Y la renuncia de Mishelle Calvache.
Ante esto, el Consejo Nacional Electoral deberá, una vez más, recurrir a los resultados electorales para determinar quiénes serán los nuevos consejeros titulares y suplentes y remitir la lista a la Asamblea Nacional para que los posesione.
De momento, el CPCCS requiere de un nuevo titular de la lista de hombres, que debería ser David Rosero, pero él tiene impedimento vigente de ejercer cargos públicos, por lo que el puesto debería ir a Óscar Ayerve.
Y, además, la entidad necesita seis nuevos vocales suplentes, porque solamente queda en pie el suplente de Johanna Verdezoto, representante de los pueblos y migrantes, que sí permanece en el Consejo.
La papeleta, un 'barril con fondo'
En el periodo anterior (2019-2023), el Consejo de Participación estuvo conformado por los primeros consejeros electos por votación, en mayo de 2019. Y en esos cuatro años, hubo 17 destituciones, pero solo 12 llegaron a concretarse definitivamente.
Eso obligó al CNE a certificar en varias ocasiones quiénes eran los candidatos que seguían en orden de votación, para que fueran posesionados como titulares y suplentes a medida que 'las cabezas rodaban', a través de tres juicios políticos y una cuarta destitución ordenada por la Corte Constitucional (CC).
Y la crisis institucional llegó a tal punto que, si había más destituciones antes del cambio de periodo, no habría candidatos que alcancen para cubrir los puestos vacantes.
Esto porque la inestabilidad y las pugnas políticas alrededor del organismo provocaron que varios candidatos renuncien a la posibilidad de ocupar algún cargo o no se presenten a la posesión. Incluso, hubo el caso de otra candidata que falleció mucho antes de que la tomen en cuenta como reemplazo.
Ahora, aunque en este periodo ‘apenas’ van seis destituciones y una renuncia, el 'carrusel' para reemplazar los puestos que quedan vacíos está girando otra vez. Y esto pone en evidencia que, además, el mecanismo de elección de los consejeros no cumple con su objetivo, ya que al pleno de la entidad terminan llegando muchos de quienes perdieron en las urnas.
Y, dependiendo de cuántas destituciones haya en los próximos dos años, el 'banco de suplentes' que queda en la papeleta electoral podría ser insuficiente.
Al momento, solo está pendiente el futuro de la consejera Nicole Bonifaz, que se sumó a la 'liga azul' para darle mayoría y rever decisiones que ya habían sido zanjadas por la Corte Constitucional, que podría destituirla por desacato, ya que los otros tres votantes ya perdieron sus puestos.
¿Participación ciudadana?
Los consejeros destituidos y el mismo expresidente Rafael Correa hablan de corrupción, tiranía y de que ellos representan "la voluntad popular, bien ganada en las urnas”. Sin embargo, los resultados electorales demuestran lo contrario.
Las últimas elecciones populares de los consejeros del CPCCS demostraron que no es una votación que genere participación ciudadana: el nulo y el blanco tuvieron mayores porcentajes de respaldo. Lo contrario al mismo espíritu que debería tener y promover la institución.
De los 13,4 millones de ecuatorianos empadronados, un poco más de 11 millones de votantes participaron en la elección de las tres categorías de consejeros: hombres (20 candidatos), mujeres (17 candidatas) y nacionalidades y migrantes (8 candidatos).
La más votada fue Johanna Verdezoto, quien obtuvo el 19,5%, seguida de Augusto Verduga, con el 17,3%. Es decir, más del 80% de los electores no los respaldaron. Esto, en votos nominales, representó apenas 1,2 millones y 1,9 millones, respectivamente.
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