Aquiles Alvarez, asediado por denuncias por tráfico de combustibles y violencia política de género
El alcalde de Guayaquil, Aquiles Alvarez, vive momentos de tensión política y legal, desatados tras su confrontación con el Gobierno de Daniel Noboa.
El alcalde de Guayaquil, Aquiles Alvarez, enfrenta denuncias por venta ilegal de combustibles y violencia política de género.
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PRIMICIAS
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Los nubarrones que cubren el Municipio de Guayaquil no se disipan. La administración del alcalde correísta Aquiles Alvarez vive momentos álgidos luego de que el Gobierno abriera una investigación contra las empresas de la familia Alvarez Henriques por supuesto comercio irregular de combustibles.
La denuncia pública, hecha en julio de 2024 por la Agencia de Regulación y Control de Energía contra la compañía Copedesa en la Fiscalía, se materializó la tarde de este 19 de septiembre con la clausura de la principal gasolinera del grupo, ubicada en Los Ríos y Clemente Ballén. Además se cerraron otras 10 estaciones de servicio de la firma.
Pero el alcalde la ciudad más poblada de Ecuador (casi tres millones de habitantes) no ha dado explicaciones concretas acerca de sus negocios, sino que las ha matizado con respuestas retóricas en redes sociales insinuando una persecución política en su contra por parte del Gobierno.
Es que Alvarez ha encontrado en el presidente Daniel Noboa a su principal detractor desde que lo acusara, en octubre de 2023, de intentar "boicotear" las fiestas de Independencia de Guayaquil por las actividades proselitistas del movimiento ADN en el Malecón, cerca de donde se realizaba la sesión solemne municipal.
Desde ese día, solo existen desencuentros entre Alvarez y Noboa, quien incluso llegó a decir el 18 de julio, sin nombrar al alcalde, que él ya ha cumplido con sus metas económicas y que "me lo he ganado trabajando, no como otros pillos, que lo que han hecho es contrabandear combustible".
Otro antecedente que explica la mala relación entre el alcalde y el presidente se produjo en julio de 2024 por una garantía soberana para un crédito internacional relacionado con la construcción del Quinto Acueducto en Monte Sinaí, en el noroeste de Guayaquil.
Alvarez se quejó porque el Gobierno no firmaba la garantía y que incluso dijo que el ministro de Economía, Juan Carlos Vega, se "portaba idiota" y que ya no le contestaba ni el teléfono, por lo que ofreció "hacer relajo" hasta lograr el crédito de USD 95,9 millones aprobado por la Corporación Andina de Fomento (CAF).
Y Noboa no tardó en responderle en Manabí, siempre sin mencionar a Alvarez: "Hay otros alcaldes y prefectos que creen que el aval soberano es solo de firmar un papelito y ni siquiera agradecen. Hasta quieren bravear".
Más líos
Como si el impasse con Noboa no fuera suficiente, el alcalde Alvarez se abrió otro frente político, esta vez con la legisladora afín al oficialismo, Lucía Jaramillo, a quien el alcalde calificó de "niña vaga".
El problema surgió cuando Jaramillo anunció la iniciativa del frente parlamentario de investigar una presunta red de desvío de combustible que salpica a Aquiles Alvarez y a sus hermanos.
"Mientras fue del PSC, pasó vagando en el municipio de Guayaquil, ella y su hermana. Fiscalicen lo que quieran", espetó Alvarez. Estas declaraciones le valieron una denuncia por violencia política de género en el Tribunal Contencioso Electoral.
Un ejemplo que siguió la concejal socialcristiana Ana Chóez, quien incluso pide la destitución de Alvarez por haber recibido "injurias, acusaciones maliciosas y palabras que denigran mi integridad y mi derecho a la honra y al buen nombre por parte del Alcalde de Guayaquil".
El único reducto seguro para Aquiles Alvarez es el concejo municipal, donde todos los ediles, con excepción de Chóez, han cerrado filas en favor del alcalde.
PRIMICIAS ha solicitado en dos ocasiones al Departamento de Comunicación de la Alcaldía una entrevista con Aquiles Alvarez, pero no ha tenido respuesta.
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