Alianzas electorales: la ideología es algo secundario al momento de buscar votos
Las elecciones de 2025 serán las que más baja cantidad de alianzas tengan, en comparación con los anteriores comicios. Creo y Amigo son los movimientos que más alianzas buscaron.
Una ciudadana deposita su voto durante la jornada de votación de este 20 de agosto de 2023 en Quito.
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AFP
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El plazo para inscribir las alianzas electorales cerró el 30 de agosto de 2024. Hasta esa fecha, se registró apenas una coalición nacional, 58 provinciales y una por el exterior. A escala provincial será un número más alto que el de las elecciones extraordinarias, en las que hubo poquísimo tiempo para planificar.
Estos números quieren decir que a pesar el elevado número de partidos y movimientos que están habilitados para estas elecciones, muchos optaron por buscar alianzas principalmente provinciales.
Pero esto significa también que probablemente el número de candidatos a la Asamblea se dispare, porque 30 de los 61 movimientos provinciales habilitados para 2025 optaron por alianzas. Además, el número de asambleístas crecerá de 137 a 150 en estas elecciones, lo que necesariamente significa que habrá más candidatos en los comicios.
Los más aliados
16 de las 17 organizaciones políticas nacionales optaron por buscar alianzas para los candidatos a la Asamblea. El único partido que decidió no buscar ni una sola coalición es la Izquierda Democrática, que participará sin aliados en las elecciones 2025.
De entre los partidos nacionales, el que más alianzas provinciales tendrá es el Partido Social Cristiano, que cerró 14 coaliciones en las provincias. Después está SUMA, con 12, y Avanza, con ocho, incluidas varias alianzas entre estas dos organizaciones.
En el extremo contrario está el oficialista ADN, que apenas registró una alianza: en Pastaza, con el movimiento provincial Semilla.
Casi la mitad de las 58 alianzas provinciales son entre movimientos y partidos nacionales. Mientras que en 30 de estas coaliciones están incluidos movimientos provinciales, que solo pueden poner candidatos a asambleístas provinciales.
Estas alianzas mezclan todo tipo de ideologías políticas. Por ejemplo, en Orellana, Creo (del expresidente Guillermo Lasso) y RETO (actual aliado de Revolución Ciudadana) formaron la alianza Paz y Libertad. Mientras que Construye, el PSC y Amigo formaron la coalición Por la seguridad y la vida, en Napo.
¿Quién gana con las alianzas?
Formar parte de alianzas viene con beneficios para las organizaciones políticas más débiles. Es por ello que RETO, por ejemplo, que aseguró una coalición con Revolución Ciudadana, se lleva la mayor parte de beneficios.
Luisa González, la candidata presidencial de esta alianza, está entre quienes encabeza por ahora la intención de voto para 2025 y podría tener asegurado su paso a la segunda vuelta. Si el binomio de RC y RETO logra obtener más del 4% de votos válidos, ambas organizaciones tendrán asegurada su existencia legal durante al menos los siguientes cuatro años.
Esto es especialmente importante para RETO, que obtuvo apenas el 0,2% en las elecciones de 2021 (cuando se llamaba Podemos) con su candidato presidencial, Paúl Carrasco. Es decir que para estas elecciones tiene "bandera roja" y está a un paso de la eliminación.
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