Efecto Mariposa
Los regalos que necesita Ecuador esta Navidad

Profesora e Investigadora del Departamento de Economía Cuantitativa de la Escuela Politécnica Nacional EPN. Doctora en Economía. Investiga sobre temas relacionados con pobreza y desigualdad.
Actualizada:
En Navidad, elegir un regalo para nuestros seres queridos es más que una tradición: es un mensaje de cariño, gratitud y esperanza. Por eso, encontrar ese presente que realmente sorprenda y mejore la vida de quienes amamos puede ser todo un desafío. Pero ¿y si lleváramos este ejercicio a nivel colectivo? ¿Qué regalos podríamos ofrecerle al Ecuador, pensando en sus necesidades más profundas? A continuación, una lista de obsequios que podríamos regalarle al país.
Regalo 1: Políticas públicas efectivas
Un sistema de salud donde quienes están sanos puedan acceder a servicios preventivos y quienes están enfermos reciban atención digna y de calidad. Una educación que forme integralmente a los niños y jóvenes y los prepare para el futuro. Empleos que permitan a las familias vivir con dignidad y a los trabajadores sentirse realizados en sus labores.
Políticas efectivas para combatir la pobreza y la desigualdad, cerrando las brechas que limitan el acceso a oportunidades a millones de ecuatorianos. Un sistema de justicia accesible y transparente, donde cada ciudadano, sin importar su origen o condición, pueda encontrar respuestas y amparo ante las adversidades. Estrategias que enfrenten el cambio climático, protejan la biodiversidad y promuevan un modelo económico sostenible. Y seguridad, para volver a ser el país de paz que alguna vez fuimos.
Regalo 2: Progreso económico y desarrollo
La deuda histórica del país ha sido su incapacidad de crecer, incluso en los buenos tiempos. Enrumbar a Ecuador hacia un camino de crecimiento y desarrollo sostenible, con oportunidades para todos, es un sueño que nunca debemos abandonar.
Regalo 3: Unión social
Vivimos en un país polarizado, donde el odio, la violencia y la irracionalidad dominan las discusiones, alimentadas por la falta de objetividad y apertura al diálogo. Es difícil encontrar espacios donde las diferencias sean un punto de partida, y no líneas paralelas que nunca se cruzan. La convivencia saludable, incluso en medio de las discrepancias, es posible. Uruguay lo demostró en su último proceso electoral, donde los candidatos y la ciudadanía dieron un ejemplo de respeto y madurez democrática. Si ellos pudieron, ¿por qué nosotros no?
Regalo 4: Transparencia
Este valor no debe ser exigido únicamente a los políticos. Cada uno de nosotros tiene la responsabilidad de desterrar la llamada "viveza criolla", que contribuye a la corrupción cotidiana. Desde el soborno al agente de tránsito hasta coimar al juez o al fiscal para ganar injustamente un proceso judicial, todos estos actos alimentan la descomposición social. Por supuesto, los políticos corruptos que roban por millones deben ser enterrados políticamente con nuestro voto consciente y responsable con el futuro del país. Este mensaje también va para los oportunistas que pescan a río revuelto.
Regalo 5: Verdad y reparación
El caso de los cuatro niños negros que desaparecieron bajo custodia militar es una herida abierta que deja muchas dudas y dolor. Este caso, como tantos otros en el país, exige que como sociedad busquemos la verdad, pero, sobre todo, que los culpables de esta atrocidad enfrenten el máximo rigor de la ley, aunque eso no reparará el sufrimiento de las familias y de todo el Ecuador que las acompaña.
Construir un Ecuador justo, solidario, transparente y en paz es un regalo que no depende solo de los gobiernos o las instituciones, sino de cada uno de nosotros, siendo más honestos, empáticos, solidarios, unidos y exigentes con nuestros gobernantes. Cada acción, por pequeña que parezca, aporta para construir el país que soñamos y merecemos.
Esta Navidad es una oportunidad para reflexionar sobre los regalos que podemos dar como ciudadanos: respetar las diferencias, cuidar la naturaleza, votar con responsabilidad y pensar en el país que dejaremos a las próximas generaciones.
El Ecuador que anhelamos está en nuestras manos, y empaquetar estos regalos con acciones concretas es la mayor muestra de amor que podemos ofrecerle al país. Que esta Navidad sea un momento para compartir, reconciliarnos, sanar las heridas y renovar la esperanza de que juntos podemos reconstruir el país.
Para las familias de Josué, Ismael, Saúl y Steven, no existen lágrimas suficientes ni palabras adecuadas que logren expresar el abismo de dolor y la indignación que deja este acto abominable.