Leyenda Urbana
El mito del dios Saturno de Goya y el reflejo que nos llega
Periodista; becaria de la Fondation Journalistes en Europa. Ha sido corresponsal, Editora Política, Editora General y Subdirectora de Información del Diario HOY. Conduce el programa de radio “Descifrando con Thalía Flores” y es corresponsal del Diario ABC
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El lienzo de Francisco de Goya que representa el mito del dios Saturno devorando a su hijo, que está en el Museo del Prado, ha venido a mi mente en instantes en que una suerte de aletargamiento social se percibe en Ecuador, reflejado en la ausencia de reacciones de admiración y aplausos a la noticia de que la fiscal general del Estado, Diana Salazar, ha sido incluida por la revista Time en la lista de las 100 personalidades del mundo de 2024, por su gestión al frente del Ministerio Público.
Esa conducta social causa asombro porque en paralelo abundan las evidencias de que el crimen organizado acecha por todos los flancos y las sospechas del involucramiento de personajes que estaban llamados a combatirlos, y no a colaborar con ellos, se multiplican.
En la misma semana que se publicaba el reconocimiento a la fiscal en la revista —en cuya portada está el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, escogido como el personaje del año—; dos exjefes policiales, un marino y un militar en servicio activo fueron arrestados, con lo cual se ratifica que el narco ha penetrado en varios estamentos de las fuerzas del orden.
Un operativo conjunto de las policías de Ecuador y España con la participación de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado y la Fiscalía, que implicó 10 allanamientos, en tres provincias, culminó con la detención de 10 sospechosos, entre ellos un coronel que fue jefe Antinarcóticos.
En el operativo que se realizó un año después de la incautación en España de un cargamento de siete toneladas de droga proveniente de Ecuador, que se presume fue enviado desde Posorja, se detuvo también a “alias Carlitos” considerado cabecilla de una banda.
Noticias de este calado tampoco causan la conmoción de cuando cayeron los primeros uniformados y el país supo que existían narco coroneles o narcogenerales; aunque ahora se descubran otras acciones siniestras de uniformados reclutando niños para convertirlo en sicarios, que es la acusación que se le imputa a un policía en servicio activo detenido en Jipijapa, de quien se presume tiene nexos con organizaciones criminales.
A un militar en servicio activo se le decomisaron en su domicilio en Carchi cientos de municiones de fusil y pistolas 9mm. Las autoridades hablan de vinculaciones con grupos delincuenciales de Colombia.
La droga parece haberse metido en las venas del país.
El sábado 14 de diciembre, cuando agentes de la Unidad Nacional de Adiestramiento Canino y la Unidad Nacional de Investigación de Puertos y Aeropuertos inspeccionaban un contenedor de productos de exportación en un puerto en el sector Esteros, en Guayaquil, los canes detectaron droga. La sorpresa fue enorme al descubrir 3.864 bloques de clorhidrato de cocaína; algo más de tres toneladas, que equivaldrían a 37 millones de dosis, que tenía por destino Bélgica.
El valor en el mercado internacional alcanzaría los USD 149 millones.
Estas acciones de los grupos delincuenciales que socavan las instituciones democráticas son proporcionalmente inversas a la enorme tarea que lleva adelante la fiscal Salazar, lo que le ha merecido un nuevo reconocimiento internacional.
Samantha Power, de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), quien escribió en Time sobre Diana Salazar dice que “tiene uno de los trabajos más duros y peligrosos del hemisferio occidental”, y habla de que es “una persona joven, de 42 años, y la primera mujer negra en ocupar el cargo de máxima autoridad penal en Ecuador”.
A Diana Salazar su valentía le viene de lejos.
Antes de ser fiscal general (abril de 2019) ya demostró su talante cuando dirigió la Unidad de Lucha contra la Corrupción de la Fiscalía e investigó el caso FIFA-Gate en Ecuador, que terminó con la sentencia del expresidente de la Federación Ecuatoriana de Fútbol.
Igual cuando le tocó investigar el capítulo Ecuador de la brasileña Odebrecht, y juntó las pistas que terminarían en indicios ciertos para la sentencia del exvicepresidente de Correa, Jorge Glas.
En 2018, el presidente Lenín Moreno la nombró directora de la Unidad de Lavado de Activos (UAFE) y, cuatro años después, ya como fiscal, Salazar procesó a Moreno por el caso Sinohydro.
El mundo supo de ella por el caso Sobornos 2012-2016, con el que logró se sentencie al expresidente Rafael Correa, a Glas, a varios exministros y altos cargo de la “revolución ciudadana”, así como a 10 empresarios.
También tuvieron gran eco las detenciones del ex contralor Celi; el expresidente de Judicatura, Wilmar Terán, los jueces de la Corte de Justicia del Guayas, asambleístas, políticos y figuras poderosas que le han dado reconocimiento y, a la vez, convertido en figura con alto riesgo.
Y cómo no iba a ponerse en riesgo si los casos Metástasis, Purga, Plaga y otros destaparon el horror de la penetración del narco en la justicia y las instituciones de Ecuador.
“Diana Salazar ahora encabeza el esfuerzo para evitar que narcotraficantes violentos y bien conectados arruinen su amado país”, dice la revista Time, que cita palabras de la Fiscal que son un compromiso: “Es hora de decirle a todo Ecuador que la justicia no se arrodillará”.
Lo que sucede hoy en Ecuador parecería estar reflejado en la obra del genial Francisco de Goya que, según la interpretación tradicional, representa el mito griego del titán Cronos, al que los romanos llamaban Saturno, que se come a sus hijos por miedo a que lo derroquen.
¡Y perder el Poder!