Leyenda Urbana
Ecuador, entre el Olimpo deportivo y la decepción política
Periodista; becaria de la Fondation Journalistes en Europa. Ha sido corresponsal, Editora Política, Editora General y Subdirectora de Información del Diario HOY. Conduce el programa de radio “Descifrando con Thalía Flores” y es corresponsal del Diario ABC
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Provenientes del Ecuador profundo en el que se forjan los hombres y mujeres de coraje y alma recia, once de los 40 deportistas que nos representaron en los Juegos Olímpicos de París 2024, han colmado de gloria al país y se han convertido en ejemplo para millones de compatriotas que luchan día a día.
El rotundo triunfo de Daniel Pintado que logró medalla de oro individual y otra de plata junto a Glenda Morejón; el de Lucía Yépez que consiguió medalla de plata, así como los de Angie Palacios Dajomes y de su hermana Neisi Dajomes que alcanzaron medallas de bronce han ejercido un efecto balsámico sanador en un pueblo siempre en zozobra, que hoy mismo tiene a algunas zonas de su geografía bajo toque de queda por la violencia que no cesa.
Las cinco medallas y los seis diplomas olímpicos han llenado de orgullo e ilusión al Ecuador, porque encarnan el sueño de los niños que quieren emular a estos guerreros de la vida.
Cada medalla tiene una historia; cada galardón está cimentado en sacrificios diarios, sufrimiento y hasta frustración, pero están también signadas por la constancia, la valentía y la determinación.
La proeza del marchista Daniel Pintado, doble medallista olímpico, será recordada siempre, por la exhibición de talento con la que alcanzó oro, al protagonizar una carrera estratégica excepcional, con un sobrehumano esfuerzo para no dilapidar sus reservas de energía y usarlas en el último tramo y llegar a la meta.
Lo hizo también en los relevos mixtos en marcha, junto a Glenda Morejón, trabajando en equipo para lograr medalla de plata, ratificando que unir esfuerzos y talento lleva al éxito.
Lo de Glenda Morejón es excepcional porque apenas dos meses atrás padecía endometriosis y tenía una fractura, pero nunca dejó de soñar con París. En el Mundial sub-18, en Nairobi, en 2017, ella se llevó el oro compitiendo con unos zapatos con hueco.
La medalla de plata en lucha libre que conquistó Lucía Yépez, La Tigra, es la recompensa a su sacrificio y carencias. Para viajar a una competencia, alguna vez, organizó una rifa, y en la escuela, para ayudar a su madre, vendía lápices. Ahora, le comprará una casa.
Angie Palacios Dajomes logró medalla de bronce en halterofilia en los 71 kg. porque con su pensamiento positivo y su corazón neutralizaron la lesión lumbar que semanas atrás la impidieron seguir con su entrenamiento. Junto a su hermana Neisi Dajomes son ejemplo de perseverancia. Han hecho historia.
Justamente, la medalla de bronce de Neisi es el premio al coraje y valor, ya que en París compitió en un peso superior al de Tokio 2020 cuando ganó oro en 76 kilogramos; hoy fueron 81. Es doble medallista olímpica y una inspiración para todos.
Los diplomas olímpicos que alcanzaron María José Palacios y Gerlon Congo, en boxeo; Glenda Morejón, en 20 kilómetros en la rama femenina; Luisa Valverde y Génesis Reascos en lucha; y Lisseth Ayoví en halterofilia completan el cuadro de honor de la brillante participación de Ecuador en los Juegos Olímpicos de París.
Se trata de la más exitosa actuación nacional desde la primera vez que intervino en unos Juegos Olímpicos, un siglo atrás, en París 1924.
La actitud positiva de los deportistas estaba sustentada en la certeza de que se habían preparado y estaban dispuestos a hacer su mejor papel, en el mayor evento deportivo multidisciplinario de la era moderna, inspirado en los Juegos Olímpicos de la antigua Grecia.
Esa actitud la exhibió Lisseth Ayoví, con cuyo carisma y simpatía conquistó al público que aplaudió su determinación. Alcanzó el cuarto lugar y diploma olímpico.
Ha emocionado hasta las lágrimas el respeto y admiración hacia la bandera tricolor con la que se cobijaron y a la que besaron tras sus victorias estos héroes modernos que, con sus proezas deportivas, han reafirmado la identidad nacional al poner en lo más alto el nombre del país.
Los que brillaron en París 2024 son de la estirpe de Jefferson Pérez, el cuencano que abrió el camino al Olimpo cuando en 1996, en Atlanta, logró la primera medalla de oro para Ecuador y, 12 años después, en Pekín 2008 se llevó la de plata, aunque le correspondía la de oro porque quien la obtuvo había estado dopado.
Son valientes como Richard Carapaz que en Tokio 2020 alcanzó medalla de oro en ciclismo de ruta, y como Neisi Dajomes que esa olimpiada ganó oro en 76 kg, al igual que Tamara Salazar que obtuvo plata en levantamiento de pesas.
Richard Carapaz debía estar en París 2024. Ojalá los responsables de su ausencia tengan razones legales, técnicas y deportivas que justifiquen el que no haya competido.
La clausura de los Juegos Olímpicos ha coincidido con las convenciones que han desarrollado algunos partidos y movimientos políticos en Ecuador para designar sus candidatos para las elecciones de febrero 2025.
La distancia entre los deportistas y los políticos que solo practican el juego de poder y el aventurismo, es tan grande que causa decepción.
Sin convicciones, principios ni ideología, los candidatos aparecen, de pronto, en agrupaciones distintas a las que antes pertenecían, porque para ellos la bandera no es un símbolo, sino un color que cambian a conveniencia.
La meta para algunos es tener el control de todos los poderes del Estado, tomando como pretexto el bloqueo parlamentario -que muchas veces sí se producen-, ignorando que son los pesos y contrapesos los que sustentan las democracias.
Otros echan mano de tránsfugas que han cambiado de pelaje político a conveniencia, porque así los podrán manipular a conveniencia. Y no faltan quienes alquilan nombres o venden casilleros por un alto precio, para estar en la papeleta.
No hace falta clarividencia para intuir lo que buscan. Aquellos que dicen que no ven nada, son ciegos de conveniencia.
Por eso, yo aplaudo y agradezco a los deportistas olímpicos, personas sencillas y con convicciones, que han brillado en la ciudad luz.
¿Y Usted, a quién prefiere?