Leyenda Urbana
¿Qué tal si gobiernan con la Inteligencia Artificial?
Periodista; becaria de la Fondation Journalistes en Europa. Ha sido corresponsal, Editora Política, Editora General y Subdirectora de Información del Diario HOY. Conduce el programa de radio “Descifrando con Thalía Flores” y es corresponsal del Diario ABC
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“Ecuador es una bomba de relojería que no estalla porque la gente contiene el aliento y se muerde el coraje (…). A estas alturas, el país usa las reservas de tolerancia que le quedan, por lo que solo un relevo podría desactivar las amenazas que se ciernen por toda la geografía nacional.
Cierto es que los errores y negligencias vienen de atrás, evidenciando que ni las extraordinarias reservas de agua que tiene Ecuador; el potencial solar y las millonarias sumas invertidas para la producción de energía, garantizan la provisión, porque la corrupción arruina todo.
El desaliento nacional aumenta al comprobar que ha dado igual si al frente de los ministerios están jóvenes con el coraje para encarar los desafíos o personajes de dilatada trayectoria, ya que todos le han fallado por ser pusilánimes y porque la corrupción se ha impuesto.
Con estos antecedentes, los cortes de hasta cuatro horas consecutivas, todos los días, son un golpe moral adicional a un pueblo angustiado (…).
Dos años atrás se anunciaba que habría una fuerte sequía, pero los funcionarios miraron a otro lado y, en enero de 2023, cuando informes del propio CELEC-EP daban cuenta de la gravedad de lo que vendría, en lugar de tomar previsiones, el ministro de Energía dijo, en el canal digital Visionarias, que el país estaba en manos “de Diosito”.
Ese mismo canal reveló que, en lugar de invertir en el parque termoeléctrico, el gobierno lo hizo en proyectos para generar energía a costos desorbitantes. Y que prefirieron importar diésel y gas natural para el sector eléctrico, en lugar de invertir una suma muchísimo menor en el campo Amistad.
Por si faltaba algo, el portal Plan V denunció que el Estado le concede millonarios subsidios eléctricos a una empresa minera en la provincia de Zamora Chinchipe, a la que también le beneficiaría con ingentes sumas en diésel.
Estos conmovedores hechos y la violencia y muertes diarias en varias ciudades generan una sensación de desánimo en la población, que comprueba, con decepción, que las autoridades no han trabajado para el pueblo que los eligió.
El desencanto es tal que hasta aquellos que defendían lo que hacía y decía el inquilino de Carondelet, incluyendo las salidas verbales en falso, hoy lo recriminan.
El mal manejo en el sector energético se replica en el económico y en muchos más; en casi todos.
Un falso liderazgo lleva al país por el camino errado y parece que no hay salvación; por eso, estoy convencida de que este país podría salvarse cuando se use la Inteligencia Artificial (IA) para gestionar las grandes decisiones, sobre todo cuando hay dinero de por medio.
Los algoritmos por los que se mueve la IA habrían identificado, por ejemplo, el día y la hora que el país tendría déficit de energía, y se habría evitado el desastre.
La contratación pública se haría con rigurosidad y con los valores exactos de las obras, más los márgenes legales de utilidad, y sin la corrupción que lleva al sobreprecio y la ruina.
En el ámbito de la justicia, la IA inadmitiría, de entrada, esas tenebrosas acciones de protección con las cuales ciertos jueces han liberado a delincuentes de todo pelambre, y entorpecido los procesos.
Así, las mafias habrían sido desarmadas y los capos encarcelados en centros bien vigilados, porque la IA controlaría de manera eficaz.
Tras el repetido fracaso de las autoridades de turno, en Ecuador, parecería que no queda más, sino apelar a la inteligencia artificial".
Lo que acaba de leer, incluido el título, fue publicado en esta misma columna el 31 de octubre de 2023, por lo que resulta escalofriante que, a la vuelta de un año, el problema energético no solo que no ha sido solventado, sino agravado, demostrando, de manera irrefutable, que Ecuador está en franco retroceso.
De todo lo que ha leído, lo único que se ha quitado es el nombre de quien gobernaba Ecuador ese momento: Guillermo Lasso.
Con las tinieblas de vuelta, en octubre de 2024, luego de que, en abril pasado, días antes de la consulta popular, cuando también hubo cortes de luz, el gobierno de Noboa se comprometió en solventar la crisis, la paciencia de los ecuatorianos está al límite.
Es inaudito que a la industria del país que genera empleos y mueve la economía se le haya desconectado por 10 horas consecutivas y sin previo aviso, como lo es también la afectación al comercio, siendo un motor que dinamiza al país.
Los apagones desnudan la realidad de un Ecuador que no piensa en el futuro, que no planifica, no invierte y ni siquiera tiene una matriz energética viable. Y, encima, tiene autoridades a las que los problemas les ha rebasado, porque no escuchan a los que saben, ya que carecen de la humildad de los estadistas.
Los ingresos que el Gobierno logró al aumentar IVA del 12% al 15% que iban destinados para combatir al crimen organizado, así como lo ahorrado al ajustar los subsidios con todos sus mecanismos, se diluyen, porque para la compra y alquiler de generadores se necesitarían más de USD 1.400 millones.
En este catastrófico escenario, los apagones podrían ser el golpe de gracia para una economía débil y para una sociedad a la que el pesimismo le está rebasando.
Ante la palmaria evidencia de que el país involuciona y que nadie se responsabiliza, porque más fácil es buscar culpables, parece impostergable exigir se gobierne con la Inteligencia Artificial.
¿Qué opina Usted?