Leyenda Urbana
Liga Azul, el rostro canalla de la política

Periodista; becaria de la Fondation Journalistes en Europa. Ha sido corresponsal, Editora Política, Editora General y Subdirectora de Información del Diario HOY. Conduce el programa de radio “Descifrando con Thalía Flores” y es corresponsal del Diario ABC
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El forcejeo de Augusto Verduga resistiéndose a entregar su teléfono cuando la Fiscalía allanó las oficinas del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS), el 24 de enero pasado, hizo presumir que el contenido podría ser explosivo, pero nadie imaginó que destaparía una trama conspirativa y perversa contra la institucionalidad del Estado.
El fin de semana, los ecuatorianos se enteraron de que los integrantes de la Liga Azul para ocultar su verdadera identidad usaron un alias y, que actuaron de manera abyecta, buscando manipular el sistema judicial y tomarse entidades como la Superintendencia de Bancos y demás entes de control.
Franco Loor era alias “Justiciero”; Yadira Saltos, “Minerva”; y Augusto Verduga “Mónica Ertl”. Para confabular, abrieron cuentas en distintas plataformas. En los chats que difundió la Fiscalía se ubica también a un tal “Jerónimo” y a “Ají con mote” que serían sobrenombres del expresidente Correa.
En un chat con “Mónica Ertl”, muy preocupado, “Ají con mote” le escribe para comentarle que habían tomado dos teléfonos de Jorge (Glas) y una laptop. Y le pregunta si tuvieron cuidado con sus conversaciones.
Se refiere —sin citar— a cuando la Policía ingresó a la Embajada de México y se llevaron a Glas a la cárcel; le despojaron de sus teléfonos y otros dispositivos electrónicos.
La respuesta de Mónica (Augusto Verduga) delata que se trata de Correa porque escribe: “Buen día, ´presidente. Días antes del secuestro de Jorge, yo reseteé mi celular. Mis conversaciones fueron por Signal y por Wire. Me dijo Sonia que Jorge sí tenía la buena costumbre de borrar sus chats”.
“Ají con mote” insiste: ¿Chatearon cosas delicadas? Y Mónica responde: Sí, presidente, y enumera: concurso de CJ, apoyó a Butiñá; concurso de Defensor Público…
El fiscal general del Estado, subrogante, Wilson Toainga, dijo el sábado, en la audiencia por el “Caso Ligados”, que el CPCCS se convirtió en la sede de un partido político que “tenía el objetivo de captar los espacios de poder que fueran posibles”.
Y formuló cargos por presunta asociación ilícita, que fue acogida por el conjuez nacional Marco Aguirre, que prohibió la salida del país de los integrantes de la Liga Azul y la presentación periódica, cada quince días, ante la justicia en una sala penal de la Corte Nacional, en Quito.
En otro chat se puede leer que Augusto Verduga, alias Mónica, quien salió del país, por la frontera norte, después de que le quitaran su teléfono, escribe: Entre tener los votos para la censura a Verdesoto (Johanna) y poder designar a vocales del Consejo de la Judicatura, creo que pesa más lo segundo. Deberíamos reconsiderar el sacar a Fantoni (Andrés) de la Presidencia.
La revisión de apenas una pequeña parte de los 72 archivos que la Fiscalía liberó en una carpeta de Google Drive deja al descubierto las acciones de una organización que delinquía, al ejercer tráfico de influencia y hasta chantaje.
Le vamos a ayudar a Raúl González desde la Asamblea, pero necesitamos “pocas cosas claves de parte de él”, se lee en otro chat, de un alias AA, que sería Andrés Arauz.
Este quería todo. Decía que de los 50 cargos de libre remoción (que tiene la Superintendencia de Bancos) necesitamos cuatro: la Dirección de Trámites Legales de la Intendencia Jurídica; la Dirección de Infraestructura y Operaciones; la Dirección de Estudios y Gestión de la Información y la Subdirección de Riesgos de Lavado de Activos.
Y, en efecto, lo ayudaron. Y pusieron a González.
Fue la Asociación de Bancos que habló de incertidumbre e inseguridad jurídica para los ecuatorianos, y la presión de distintos sectores que llevó a que la Asamblea posesionara a Roberto Romero von Buchwald, luego de que la Liga Azul, incumpliendo una sentencia de la Corte Constitucional, lo había desconocido.
Conforme se vaya leyendo los chats de las plataformas WhatsApp, Signal, Telegram y Wire que la Fiscalía puso a disposición del país, se confirmará el engaño político de los falsos revolucionarios, que solo querían ventajas para ellos y su grupo.
Hay un alias “Pantera Negra” a quien Verduga, alias Mónica, le cuenta que saldrá del país porque tiene un riesgo muy alto, y le copia el mensaje que envió a la prefecta de Pichincha, Paola Pabón, pidiendo emplee a dos colaboradores suyos que se quedarán sin trabajo.
Verduga se desvivía por ubicar a los incondicionales a la causa.
Para que integre una terna para el Consejo de la Judicatura, recomienda a un conocido y lo describe así: “se trata de un defensor público de carrera. Uno de los mejores. Se conoce de cabo a rabo los problemas de la función judicial, es correísta a morir y es mi amigo”.
¡Qué más se puede pedir!
El domingo, los chats de la Liga Azul desencadenaron un inesperado como insólito intercambio de mensajes entre los expresidentes Rafael Correa y Guillermo Lasso, porque el sentenciado y autoexiliado entró a defender a Verduga al que Lasso estaba arrinconando.
Lasso se dirigió a Correa con el alias de “Jerónimo”. Y a Augusto Verduga, con el de "Mónica", los nombres que en el teléfono incautado se descubrió usaban. Sus otros yo.
Ser identificado con un alias es la degradación de la política, y la escenificación del deterioro democrático de un país que descubre a sus dirigentes falsarios.
Ya Shakespeare explicó en Otelo que “el rostro verdadero del canalla no se ve hasta que lo usa”.