Después de hoy, todo puede perderse
Periodista, escritor, miembro de la Academia Ecuatoriana de la Lengua, miembro de la Comisión Nacional Anticorrupción.
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La humanidad enfrenta un riesgo cercano y un desafío peligroso: el calentamiento global que se manifiesta en cambios climáticos extremos y progresivos. Este cambio afecta al medio ambiente, a la biodiversidad y a la vida humana. Por ejemplo: Valencia, España, 29 y 30 de octubre de 2024.
“¡¡Terrible!! Muchos muertos y desaparecidos en Valencia, España, después del Increíble desastre que va dejando hasta ahora alrededor de100 muertos. Una lluvia de más de 24 horas, por el fenómeno llamado Dana: una vaguada cerrada en las altas capas de la atmósfera. En su acepción meteorológica o barométrica, el concepto de vaguada se refiere al ascenso de masas de aire cálido y húmedo a lo largo de una zona alargada de baja presión atmosférica que se ubica entre dos áreas de mayor presión (anticiclones) formadas por masas de aire mucho más frío y pesado que se introducen como una cuña y dan origen a una formación de nubes de gran desarrollo vertical y a las consiguientes lluvias. Se trata, pues, de una depresión barométrica”. [X e Wiki, 30/10/2025].
Como vemos, el fenómeno proviene del cambio brusco de los patrones meteorológicos del planeta. Se evidencia de forma catastrófica en el aumento progresivo de la severidad de huracanes, incendios forestales, olas de calor, inundaciones y sequías como las que actualmente sufren, de manera devastadora, algunos países sudamericanos, entre ellos, nuestro Ecuador. El calentamiento global deshiela los glaciares de los polos, ocasiona el aumento del nivel del mar, amenaza cada vez más a ciudades y comunidades costeras que podrían desencadenar migraciones climáticas inusitadas y alterar el equilibrio térmico global de los océanos.
Desde la Primera Revolución Industrial en la segunda mitad del siglo XVIII, el mundo ha experimentado transformaciones económicas, tecnológicas y sociales, las mayores de la historia de la humanidad desde el Neolítico. Pero, el extraordinario crecimiento y desarrollo logrados han sido, lamentablemente, producto de la sobreexplotación de los recursos naturales, lo que, de manera paradójica, está llevando a una posible extinción parcial o total de la vida tal como la conocemos.
Se estima que, por estas razones, la temperatura media del planeta ha aumentado 1,1°C, en los tres siglos transcurridos, y que este calentamiento va en aumento imparable con devastadoras consecuencias para los ecosistemas que sustentan la vida.
“La Tierra es la historia del cataclismo” afirman los estudiosos del tema. A lo largo de sus aproximadamente 4,600 millones de años, nuestro planeta ha atravesado fases de caos, cataclismos periódicos y complejos procesos químicos, físicos y biológicos. Fenómenos naturales como terremotos, erupciones y super erupciones volcánicas, tifones, huracanes, tsunamis, formación de montañas, oxidaciones, glaciaciones han ocurrido y seguirán ocurriendo, puesto que la vida y la realidad de la Tierra no existen fuera de los continuos movimientos y cambios universales.
Si no se toman medidas drásticas para mitigarlo, el calentamiento global desencadenará cataclismos impredecibles en pocos años, porque muchos países no están cumpliendo con el Acuerdo de París (2015), un esfuerzo destacado por intentar poner un tope al calentamiento global a menos de 2°C, con el fin de evitar catástrofes mayores, más la opción de tecnologías verdes.
Al nivel de las masas es difícil esperar una óptima comprensión del problema porque cada ser humano y cada cultura tiene su propia forma de pensar, creer y procesar su experiencia y su conocimiento. Por este motivo, las reacciones a un problema global de esta magnitud no alcanzan consensos. Dependeremos, pues, de nuestra propia racionalidad y, en último término, de las decisiones que adopten las grandes potencias mundiales.