El Chef de la Política
Cuando ganar significa perder: Noboa y la segunda vuelta
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Politólogo, profesor de la Universidad San Francisco de Quito, analista político y Director de la Asociación Ecuatoriana de Ciencia Política (Aecip)
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Hasta el momento en que se escribe esta columna, el candidato-presidente aparece como el triunfador de la primera vuelta electoral. Sin embargo, da la impresión que ha sido derrotado. Él y sus cercanos prefieren el silencio. Ese silencio que huele mal y que puede ser trasladado a los encuestadores que, casi sin excepción, se equivocaron del medio a la mitad. Esperaban un avasallador 50% o más y, al final, con las justas llegaron a sacar unos pocos votos más que González. Tienen razón en estar preocupados. Nada prometedor es el panorama de cara a la segunda vuelta pues, aunque gobernar y estar en la papeleta puede ser un apoyo para crecer electoralmente, también serviría para restar votos si siguen cometiendo errores de fondo.
En efecto, el voto de Noboa responde en alguna medida a electores conformes con su gobierno o que creen que es necesario darle una nueva oportunidad pues la transitoriedad no ha sido suficiente, pero sobre todo está anclado a una porción del electorado que prefirió esta opción a votar por González.
Estos electores perfectamente podrían reorientarse hacia el voto nulo en la segunda vuelta si Noboa continúa con su actitud política errática. Por ello es que el candidato-presidente ganando la primera vuelta en realidad parece que ha perdido. Noboa no tiene voto orgánico, o lo tiene mínimamente, y por ello es que ahora no solo tendrá que conseguir los pocos votos que quedan disponibles sino también deberá evitar que se pierdan los ya obtenidos.
La Revolución Ciudadana está en la orilla opuesta. Aunque es la primera vez que pierden el primer lugar, en realidad es cuando más cerca están de ganar la segunda vuelta. Tampoco es para llenarse de ego ni asumir que su base electoral ha aumentado. Lo que parece haber ocurrido simplemente es que a su voto cautivo de siempre se ha sumado el de quienes rechazan firmemente a Noboa. Tal es ese grupo de desencantados con el presidente que siendo abiertamente contrarios a Correa sienten que Noboa les causa más repulsión.
Tanto los convencidos revolucionarios ciudadanos como los “anti” Noboa difícilmente cambiarán su posición de cara a la segunda vuelta. No hay motivo para ello. Así, y a diferencia del candidato-presidente, González ahora solo tiene que agregar adhesiones.
Es en ese punto cuando Iza se frota las manos. Su votación será clave y allí la negociación más fácil será con González. Mutuamente saben por dónde se puede llegar a acuerdos y en qué espacios hay líneas rojas que por el momento será mejor no tocar. Rabascall y Jairala algo de votos también aportarán pues, al final de cuentas, fueron candidatos de la Revolución Ciudadana bajo el membrete de otras tiendas políticas. En esa sumatoria puede estar ya el porcentaje de votos que le falta a González para llegar a la presidencia. Si a eso se le agregan apoyos mínimos de cualquiera de los restantes candidatos, el panorama no pinta mal. Perdiendo, podrían ganan.
Los votos de la otra González también cuentan, desde luego, y eventualmente girarían hacia Noboa, pero no alcanzan. Ahí al candidato-presidente le toca buscar al menudeo entre los apoyos socialcristianos, los de CREO, Construye y demás. Difícil y desgastante tarea para cualquiera y más para un gobierno que adolece de un operador político con fino tacto. Complejo escenario el que se le viene a Noboa. Mientras González tiene que negociar al por mayor, esencialmente con Iza, a Noboa le toca regatear por unidades. Más tiempo y más inversión económica. Aumentan los costos de transacción, dirían los economistas.
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Arranca el ballotage con una candidata que llega segunda pero que parece primera y un presidente al que se lo siente molesto por no haber dado el estoque final de un solo palo. Nada está decidido, por supuesto, pero a diferencia de otras ocasiones, la Revolución Ciudadana siente más cerca el triunfo.
De Noboa dependerá que esto no suceda. Minimizar los desaciertos en el gobierno, trazar alianzas abiertas con los candidatos perdedores y evidenciar las claras distinciones en el modelo económico suyo respecto al de González podrían ayudarle a dar un vuelco al desfavorable escenario que ahora miso tiene. Habrá que ver si Noboa tiene los arrestos necesarios y si sus asesores se arriesgan a poner esos temas en el tapete de la discusión.