El indiscreto encanto de la política
Elecciones en Estados Unidos: ¿Qué significan para América Latina?
Catedrático universitario, comunicador y analista político. Máster en Estudios Latinoamericanos por la Universidad de Salamanca.
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Las elecciones estadounidenses de 2024 se perfilan como una de las más relevantes para América Latina en la última década. La región, en su posición de vecindario estratégico para Washington, observa con atención el posible rumbo de la política exterior estadounidense, ya sea bajo un gobierno liderado por Kamala Harris o por Donald Trump, ambos con visiones y estilos distintos.
Durante esta campaña, ambos candidatos han planteado visiones altamente polarizadas sobre el rumbo que tomaría el país con su oponente, por lo que analizar con objetividad los posibles escenarios requiere revisar tanto la administración actual de los demócratas como la primera presidencia de Trump.
En este contexto, abordamos las propuestas de cada uno y sus puntos de convergencia en torno a temas clave para América Latina.
Donald Trump: pragmatismo y transacción
Donald Trump representa una política exterior más directa y pragmática, basada en intereses transaccionales.
En América Latina, esto podría implicar un endurecimiento de las políticas migratorias, con consecuencias directas en los flujos de remesas y los movimientos migratorios hacia Estados Unidos.
En el ámbito comercial, su política de “America First” favorece la imposición de aranceles y condiciones que prioricen a la industria estadounidense. Bajo este enfoque, prevalecerían las negociaciones bilaterales, beneficiando a los países que ofrezcan condiciones favorables para las inversiones de Estados Unidos.
Asimismo, como ya ocurrió en su primer mandato, se anticipa una política de confrontación, presión y duras sanciones hacia los gobiernos de izquierda autoritaria, especialmente con Venezuela, Cuba y Nicaragua.
Kamala Harris: continuidad y multilateralismo
Kamala Harris representa un enfoque de política exterior que sigue la línea de la diplomacia tradicional estadounidense, pero con un toque progresista.
Su administración probablemente mantendría la continuidad de las políticas migratorias y comerciales de Joe Biden, enfatizando el diálogo y la cooperación para abordar las causas estructurales de la migración.
Entre sus prioridades de campaña también se encuentran la promoción de proyectos de energía limpia, equidad de género y cooperación regional en sostenibilidad.
Su postura hacia los regímenes de izquierda en la región sería más diplomática y multilateral, manteniendo abiertas líneas de comunicación en busca de soluciones negociadas.
Puntos de convergencia
Ambos candidatos coinciden en la importancia de contener la influencia china en América Latina. Tanto Harris como Trump perciben a China como un competidor estratégico cuya expansión en la región representa una amenaza para la hegemonía estadounidense.
Para contrarrestar este desafío, demócratas y republicanos impulsarán opciones de inversión y desarrollo que fortalezcan los lazos económicos y diplomáticos entre EE. UU. y América Latina.
La cooperación hemisférica en seguridad se mantendría como una prioridad para ambos partidos. La asistencia en inteligencia, tecnología y armamento a las fuerzas locales en su lucha contra el terrorismo y el narcotráfico sería una constante en ambos gobiernos, consolidando así la presencia estadounidense en la región.
El rumbo de la política estadounidense en 2024 definirá el papel de América Latina en un escenario global cambiante, obligando a la región a prepararse para nuevos retos y oportunidades.