Lo invisible de las ciudades
Populismo descerebrado: La política de hoy apesta
Arquitecto, urbanista y escritor. Profesor e Investigador del Colegio de Arquitectura y Diseño Interior de la USFQ. Escribe en varios medios de comunicación sobre asuntos urbanos. Ha publicado también como novelista.
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Se acercan nuestras elecciones nacionales, y comienzan a asomar los rasgos de las campañas electorales que ya se están cocinando. El escenario es desagradable y desalentador.
Semanas atrás, el excandidato de la revolución ciudadana, Andrés Arauz, afirmaba en una entrevista que el presidente Daniel Noboa no había regresado al Ecuador para atender la emergencia provocada por los incendios descontrolados en las inmediaciones de Quito; sino porque lo habían rechazado en un evento previsto en su agenda. Hago referencia a tales declaraciones, porque son el ejemplo perfecto de cómo se deja de hacer política, en aras de generar un sentimiento de rechazo al candidato opuesto. Arauz, en toda su preparación académica, no se refirió las políticas del gobierno; tampoco mencionó cuáles podrían ser -en su opinión- las alternativas más convenientes para enfrentar las crisis que hoy nos agobian. En lugar de eso, prefirió describir a Daniel Noboa con una carga emocional negativa, para provocar un sentimiento de rechazo hacia el actual presidente de la República.
Cero ideas, cero propuestas, full emoción.
Otro caso: Ya ha salido un video promocional de Jan Topic en redes sociales, en el que sale corriendo desesperado, como si fuera el personaje principal de una serie de acción. “Al final, llega hasta el faro sobre el cerro Santa Ana en Guayaquil, para decir que va a “salvar al Ecuador”. La política se convierte entonces en una película de James Bond”
En ese tipo de mensajes adrenalínicos, sin sentido, tampoco hay política; solo ansias desesperadas por ganar simpatías que se transformen en votos.
¿Es eso lo que nos espera para estas elecciones? ¿Mentiras, carga emocional, adrenalina? ¿No habrá posturas, propuestas o manifestaciones que demuestren cuán apto es el candidato para asumir el cargo al que se postula?
El ejercicio de la política está pasando por sus momentos más oscuros a nivel mundial. Predomina el populismo a través de todo el espectro ideológico. La idea de bajar el discurso político al entendimiento de la base poblacional se lleva a cabo de una manera que embrutece tanto a los electores como a los candidatos. Solo así se puede uno explicar que -por ejemplo- haya personas en el Congreso de los Estados Unidos, hablando del Deep State, control climático y rayos láser controlados por la comunidad judía.
Acá no llegamos a semejantes disparates… aún. Cada facción política se limita a llenar sus propuestas de campaña, pintando un universo utópico. En dichos mundillos de ficción también hay monstruos, que solo quieren hacerte daño y suelen ser personificados por los contrincantes. Los políticos de hoy resultan más exitosos, cuando la irrealidad de sus propuestas más simpatiza entre los votantes.
Lo que sí nos hizo un daño irreparable fue dejar que la educación esté en manos de grupos políticos que estuvieron más interesados en propagar la ignorancia que el conocimiento. Así pensaron que podrían controlar las masas; y el tiro les salió por la culata, porque otros cosecharon lo que ellos sembraron.
¿Cómo puede un país superar sus problemas y salir de sus crisis, si el ganador de las elecciones ofrece cosas imposibles de materializar en la realidad?
A través del ejercicio de la democracia no hemos convertido en gestores de nuestra propia desgracia. Pese a ello, debemos resistirnos a creer que formas más autoritarias de gobierno sean la salida a la actual situación.
Debemos persistir en que se eleve el discurso político. No hay elitismo alguno en esta persistencia; solo hay sentido común. El ejercicio del voto debe realizarse con la razón, no con las vísceras. Poco a poco, las voces que rechazan el circo politiquero que nos gobierna se irán aglutinando; y algún peso ha de tener contra la irracionalidad que demoniza al opositor y el fanatismo que repite mensajes sin cuestionarlos.