Lo invisible de las ciudades
¿Las ciudades contraatacan? El incierto papel de las ciudades en el nuevo orden mundial

Arquitecto, urbanista y escritor. Profesor e Investigador del Colegio de Arquitectura y Diseño Interior de la USFQ. Escribe en varios medios de comunicación sobre asuntos urbanos. Ha publicado también como novelista.
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Varios estudiosos del urbanismo han resaltado la relevancia adquirida por las ciudades durante las últimas décadas. Parag Khanna presentaba hace 9 años su versión de la “conectrografía” en los TED Talks de Monterrey, California.
Desde inicios de siglo, ha habido un incremento de inversiones relacionadas con el mejoramiento de infraestructuras urbanas; así como con la integración e interconexión entre las mismas. Khanna ha comparado la sumatoria de esas inversiones a nivel global con el total de gastos en defensa nacional que se da a escala mundial.
Dicha comparación, en esos tiempos, mostraban que se invertía tres veces más en la eficiencia y la interconectividad de las ciudades, versus la defensa de los países. Sin duda, esos números deben haberse alterado desde el inicio de la guerra en Ucrania. Sería interesante realizar este estudio nuevamente.
Se preveía en esos tiempos, que las ciudades se estaban convirtiendo en el jugador relevante; desplazando la importancia de las estructuras nacionales a un segundo plano. La visión de un futuro donde las alianzas entre ciudades fuese más importante no sonaba incoherente; frente a unos países que ya no respondían al contexto actual, muy diferente al que los engendró, algunos siglos atrás.
A nivel nacional, se da por cierto que ser alcalde de Guayaquil o de Quito es más relevante y difícil que ser Presidente de la República. Durante el anterior mandato de Trump, fueron las ciudades las que presentaron resistencia a las deportaciones masivas que organizaba el gobierno federal. De ahí surgió el término “ciudades santuario”.
Evidentemente, el escenario geopolítico actual ha cambiado, desde los tiempos de la conectografía de Parag Khanna hasta hoy. Trump ha fortalecido las herramientas de gestión política de escala país; tales como controles migratorios y aranceles. En respuesta, Europa, Canadá, China y México son los primeros en reaccionar con herramientas equivalentes.
Dentro de Estados Unidos, las ciudades santuario se han visto obligadas a bajar la guardia, luego de haber sido asediadas por los estados republicanos que les enviaban buses repletos de migrantes ilegales. Esto saturó su capacidad de servicios sociales. En contraparte, comienza a evidenciarse una resistencia a nivel estatal. La confrontación verbal entre Trump y la gobernadora de Maine lo demostró así. La algarabía ocurrida durante la rendición de cuentas de Trump en el Capitolio también es muestra de dicha tendencia.
Me quedan entonces las siguientes preguntas: ¿podrán las ciudades recuperar la fuerza y el empuje que estaban desarrollando antes? ¿Cómo queda el papel de las ciudades a nivel internacional; sobre todo, más allá de Estados Unidos?
Definitivamente, las respuestas a estas preguntas no son homogéneas. A nivel mundial, las experiencias vividas durante la pandemia hicieron que las ciudades refuercen sus gestiones a través de lo comunitario. Quizás este nuevo escenario pueda empujarnos a una separación más clara entre las competencias municipales y las nacionales.
Lo nacional seguirá simplificándose a la diplomacia y la defensa. La economía debería seguir su traslado de competencia a la escala urbana, relegando el asunto de los aranceles a los países. Sin embargo, estos tiempos la defensa está recuperando relevancia. Eso implica que los países retomarán la importancia que tenían en tiempos no tan lejanos.
Dentro de los Estados Unidos, las ciudades han perdido relevancia como consecuencia de la decapitación, sufrida por la oposición durante las pasadas elecciones. El futuro de las mismas depende mucho de cuánto puedan mantenerse como bastiones de la educación americana; eliminando los ornamentos ideológicos que los distrajeron de sus objetivos originales y que los desconectaron de sus bases. No por nada el gobierno federal quiere desaparecer su Departamento de Educación.
Queda claro que el destino de las ciudades ha dejado de ser una tendencia global. Ahora las ciudades seguirán su crecimiento de acuerdo con las oportunidades y desafíos que aparezcan en cada región del planeta.