Punto de fuga
Olimpiadas a la manera ecuatoriana
Periodista desde 1994, especializada en ciudad, cultura y arte. Columnista de opinión desde 2007. Tiene una maestría en Historia por la Universidad Andina Simón Bolívar. Autora y editora de libros.
Actualizada:
A tono con la coyuntura deportiva mundial, ya es hora de sacar a la luz a los campeones del dudoso olimpismo local. Esta versión angustiante del medallero criollo, que daría risa si no tuviera consecuencias trágicas, nos retrata de cuerpo entero. ¡Qué feítos que somos!
Va la lista:
Breaking (los antiguos lo conocimos como break dance, pero se oficializó como breaking, cuya traducción literal es rompiendo): en este deporte tenemos un medallista de oro emérito, a quien hasta ahora no le ha salido competidor. Se trata del innombrable, ese que rompía periódicos que daba miedo. Sí, el mismo que dejó rompiendo —haciendo trizas— las arcas fiscales ecuatorianas. El que botó rompiendo y botó jodiendo todo, como se dice en algunas partes de la sierra.
Nado sincronizado: esta exigente disciplina, de precisión milimétrica, tiene en los miembros del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS) a sus mejores exponentes. Sincronizados para la troncha, el acomodo, la mala maña, ponen una y otra vez su rutina a consideración del público, que los observa con la boca abierta, ¡qué destreza! Para hacer las delicias de sus auspiciantes (que son exclusivamente partidos o movimientos políticos), se dividen en grupos. A veces un grupo tiene tres atletas y el otro grupo, cuatro; y a veces son dos grupos de tres cada uno, más un competidor en solitario con voto dirimente que se vende al mejor postor.
Ciclismo en ruta: la especialidad de este equipo es la fuga, también conocida como escapada bidón, que no es otra cosa que la estrategia de programar y consentir una fuga de algunos miembros del pelotón para que se adelanten en la carrera y aseguren la victoria. Adivinaron: estoy hablando del Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y a Adolescentes Infractores, cariñosamente apodado como SNAI, campeón de campeones, líder indiscutible en fuga. Aunque hay un movimiento político —de cuyo nombre prefiero no acordarme— que le hace sombra, y tiene a varios de sus fugados en México. Ídolos. ¡Hasta la victoria siempre!
Boxeo: como sabrán, este es el deporte nacional por excelencia y tradición, y cada tanto salen nuevas estrellas. ¡Qué manera de gustarnos el pugilato (léase: la bronca, los puñetes, la disputa, la porfía)! Este último año tenemos como claros favoritos en una esquina del ring —auspiciado por Carondelet— a un peso minimosca feroz, con ínfulas de gallo junior; y en la otra esquina, a un inexperto peso welter, que cuenta con el escurridizo apoyo de la Asamblea Nacional, y un pésimo asesor para hacer videos de TikTok. Bueno, ahí se dan.
Salto alto: en esta especialidad del atletismo no podemos centrarnos en una sola figura. Son tantos los que quieren saltarse los muros de la ley en general. Particularmente los que apenas se les dé la oportunidad tomarán la pértiga y se saltarán los muros de La Roca, como Glass, Muentes o Terán, por citar a algunos de los atletas que se ejercitan 24/7 para lograr esta hazaña.
Maratón: esta competencia tiene dueña, y no da ninguna señal de cansarse. En el arte de aguantar —el tiempo que haga falta—, la vicepresidenta, Verónica Abad, al parecer tiene pacto con el diablo, porque su resistencia es llamativa. Ni Silvio Guerra. A paso sostenido, sin retroceder un centímetro, se va acercando hacia su tan anhelada meta: la presidencia —ese sueño de perro que le durará unas pocas semanas—.
3.000 m con obstáculos (femenino y masculino): en este deporte nos destacamos casi la totalidad de los 18 millones de ecuatorianos, que continuamos en la carrera a pesar de la burocracia indolente, la delincuencia (de cuello blanco o navajera), la impericia y/o mala fe de nuestros gobernantes, la falta de educación, salud y oportunidades de empleo, etcétera. No sé por arte de qué magia, pero ahí seguimos, sin tirar la toalla, contra todo pronóstico.