Tablilla de cera
Quiromancias para salir de la crisis (o, al menos, para que no nos trague)
Escritor, periodista y editor; académico de la Lengua y de la Historia; politico y profesor universitario. Fue vicealcalde de Quito y embajador en Colombia.
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El anuncio del presidente Noboa de que a partir del 20 de diciembre se terminarán los apagones en Ecuador ha sido recibido con cierto escepticismo (“ver para creer”) por una parte de la población y con alivio y esperanza (“por fin volveremos a la vida normal”) por la otra parte.
En todo caso, no faltan sino ocho días para empezar a ver si los factores mencionados, entre los que, dejemos de engañarnos, el mayor es el regreso del régimen de lluvias, se unen para cumplir la previsión del Gobierno, aunque ya los cortes han bajado a tres horas diarias, dejando atrás aquel angustioso período de 12 horas diarias sin energía.
Sí, está también la entrada paulatina en servicio del proyecto Toachi-Pilatón, la llegada de los generadores de Progen el 1º de diciembre, el proceso de contratación de nuevas barcazas con generadores a bordo, y la reanudación de la compra de energía a Colombia, que produjo un importante alivio este último mes, luego de que ese país cortara el suministro entre septiembre y mediados de noviembre.
La mayoría, en realidad, lo que quiere es salir de la crisis. Tal vez es mucho pedir, porque la crisis no solo es la falta de energía eléctrica, sino que hay otros dos componentes en el angustioso trance que vive el país: la crisis económica y la de la seguridad.
Pero las noticias desde el frente de la economía no son malas. Incluso, en un corto video en sus redes sociales, el presidente Daniel Noboa ha podido sacar pecho del cambio logrado en aspectos clave de la macroeconomía desde que asumió el poder.
Siendo totalmente honestos, Noboa tiene derecho a decir que ha logrado revertir una situación muy peligrosa como la que se enfrentaba al iniciar el Gobierno y que "ha logrado salvar la dolarización".
Nadie dice que se haya superado la crisis, y menos que nadie el ministro de Finanzas, Juan Carlos Vega, que proyecta sinceridad cuando reconoce, precisamente, que “no estamos ni cerca” de aquello.
Incluso el crecimiento del PIB este año va a ser nulo e incluso negativo. Pero es verdad, como lo destaca Noboa en su video, que hay un aumento de las ventas internas (en el Black Friday se ha vendido más que el año pasado), un alza en los depósitos en el sistema financiero y un alto nivel en las reservas internacionales, que están al doble de cuando comenzó este Gobierno.
Quizás la vara más simple para medir lo logrado es que el Gobierno sí ha logrado pagar los sueldos y salarios de la burocracia a lo largo del año (ahora viene el fuerte desembolso del décimotercero), cuando al recibir el poder no tenía ni para eso, y ha venido pagando, paulatinamente pero pagando, los atrasos.
Para ello había que tomar medidas desesperadas, y el Gobierno las tomó (sin que se haya caído): subida de impuestos, aumento del precio de la gasolina, ajustes presupuestarios (hasta donde se puede, porque Ecuador tiene un presupuesto extremadamente rígido en que gran parte está preasignado).
Salir de la crisis económica significaría que en 2025 no haya apagones, el Fisco pueda reducir al máximo los atrasos y que las ventas, tanto externas como internas, se sigan recuperando.
Según el SRI, las ventas internas de Ecuador se recuperaron en octubre de 2024 en un 4% y las externas en 6%, comparadas con 2023. Aunque podría ser que en el total anual esas ventas internas muestren un decrecimiento, lo logrado en octubre y en el Black Friday (y los comerciantes cruzan los dedos en estas dos semanas con las ventas de Navidad) da esperanzas de que la caída anual se reduzca, quizás a uno o uno y medio por ciento.
La otra cifra positiva es la de las reservas internacionales: 7.306,6 millones de dólares al 6 de diciembre de 2024. Más del doble del nivel del año pasado, sí, y por supuesto por la llegada de desembolsos de multilaterales (que, en sí, es otro logro) y las remesas de los migrantes, que alcanzarían a los 6.000 millones de dólares este año.
Las exportaciones del Ecuador siguen creciendo. y aunque la caída de las importaciones continúa, porque definitivamente hay una recesión industrial y no se están comprando insumos ni bienes de capital como en otras épocas, eso también corrige el tremendo desbalance de las cuentas externas que ha enfrentado Ecuador en los últimos años.
Todo esto justifica que el Gobierno diga que ha salvado la dolarización. Hay que recordar que los economistas hablaban, incluso antes de que concluya el Gobierno de Lasso —quien tuvo un excelente ministro de Finanzas en su primer año, Simón Cueva, y un repésimo ministro luego, Pablo Arosemena— de que se estaba cerca de tener que emitir “ecuadólares” o algún papel similar ante la escasez absoluta de recursos.
Y tienen razón Noboa y su ministro Vega en resaltar que todo lo alcanzado es más notable si es que se tienen en cuenta los gastos extras que el Gobierno se vio forzado hacer en dos rubros: seguridad y generación eléctrica.
Es claro que los 500 millones de dólares o más que ha debido invertirse en energía (barcazas, generadores, Toachi) salió del presupuesto del Estado y no de préstamos externos emergentes. Y ese es un importante logro.
En medio de la hecatombe vivida, la dolarización ha aguantado y la inflación se ha mantenido baja (1,51% anual e, incluso, negativa -0,26 en noviembre), consecuencia, por supuesto, de que el Gobierno no tiene la maquinita para imprimir moneda sino que debe hacer quiromancias, como las que ha hecho, para salir del hueco.
Quedan retos inmensos: se ha pagado 2.600 y pico de millones de dólares al IESS , pero eso es solo 20 por ciento de la deuda acumulada. Y si no se hace una reforma a fondo de la Seguridad Social, muchos analistas creen que pronto entrará en flujos negativos.
Se dirá que eso no es el Gobierno, que es el IESS, pero al presidente le va a tocar liderar esa reforma y otras, si es que gana la reelección.
Cosa que, visto lo visto, no es imposible.