Tablilla de cera
Historia social de la comunicación en el Ecuador
Escritor, periodista y editor; académico de la Lengua y de la Historia; politico y profesor universitario. Fue vicealcalde de Quito y embajador en Colombia.
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La comunicación social del Ecuador experimentó la transformación más profunda de su historia en las últimas décadas: prueba de ello, por si faltaran, es lo que sucede en este mismo instante, en el que usted, querido lector, querida lectora, está leyendo esta columna en un medio digital que tiene cinco años de vida, mientras han desaparecido los diarios en papel de Quito.
¡Vaya! La última vez que hablé de la desaparición de diarios en papel en Quito (lo hice en agosto pasado en una columna sobre los diez años de la clausura del añorado diario Hoy) recibí el amistoso reclamo del colega Rubén Darío Buitrón, quien me dijo que Quito sí contaba con un periódico en papel.
Se refería a Notimercio, fundado hace un año por un grupo de periodistas que trabajaban en Hoy, El Universo y El Comercio. Pero no se trata de un diario: circula tres veces por semana y va ampliando su lectoría, pues de circular originalmente en el hipercentro de Quito y los valles, hoy se vende en más zonas de la capital y en varias ciudades de la Sierra.
A contar la profunda transformación en la comunicación social del Ecuador en los últimos 60 años se consagra un libro que acaba de aparecer: el tercer volumen de la “Historia social de la comunicación en el Ecuador”, obra planificada en cuatro volúmenes por la Corporación Editora Nacional y la Universidad Andina Simón Bolívar.
Época fascinante y de cambios profundos, la del período entre 1960 y 2020.
La Introducción se pasa un poco de 2020, para contar acontecimientos más recientes, como el descalabro del diario El Comercio; el asesinato del colega periodista y candidato presidencial Fernando Villavicencio; el récord de la revista Mundo Diners al llegar a su edición número 500, y otro récord, el de Alfonso Espinosa de los Monteros que cumplió 56 años como presentador de noticias y se retiró definitivamente del aire el 1 de mayo de 2023.
También en la introducción se menciona el surgimiento del portal PRIMICIAS, que se ha posicionado como el segundo portal noticioso del Ecuador por número total de visitantes y el primero por visitantes orgánicos.
No fue fácil su redacción, que comenzó antes de la pandemia y que concluyó en 2021. Hoy, venciendo todo obstáculo, salió ya de la imprenta, para sumarse a los volúmenes que tratan la historia de la comunicación, el primero desde 10.000 a.C. a 1895 y el segundo, de 1895 a 1960. El cuarto, que saldrá dentro de poco, no abordará temas de manera cronológica, como los tres primeros, sino que contiene novedosos ensayos sobre temas transversales.
Tuve la fortuna de ser el editor del tercer volumen (del primero lo fue Enrique Ayala Mora y del segundo, Carlos Landázuri Camacho), un trabajo que se inició antes de la pandemia, que no fue fácil continuar, como no lo es, en general, la edición de libros en el Ecuador, tarea que se complica más si son obras de ciencias sociales.
Felizmente, la Corporación Editora Nacional y la UASB se unieron en este proyecto y permitieron concretarlo y brindar al Ecuador, a los estudiantes, maestros y profesionales de periodismo, a los interesados en la historia social, a los investigadores de los fenómenos de la comunicación social, un material de excelente factura.
Los últimos 60 años podrían periodizarse de diferentes maneras, pero para una historia social de la comunicación, hay una variable clave, que parte el período por la mitad: el internet.
Este clivaje, como digo en la introducción, usando una palabra de moda en las ciencias sociales, es radical: el primer período, de 1960 a 1990 es el de la consolidación de los grandes medios tradicionales, la modernización de la prensa en papel, la multiplicación de estaciones de radio, la aparición de la FM.
También lo es el de la aparición de ese otro medio masivo, la televisión, primero en blanco y negro, su popularización y paso al color, el aparecimiento y uso de los primeros satélites de comunicaciones y, finalmente, el invento y uso de computadoras en la prensa.
En cambio, la segunda mitad, la que va de 1990 a 2020, está marcada por el internet, que en poquísimo tiempo cambió el concepto mismo de la prensa en papel, la radio y la televisión y, además, creó un fenómeno completamente nuevo de la comunicación: el de las páginas web interactivas (la Web 2.0) y las redes sociales.
El galopante desarrollo del nexo computadoras e internet, la comunicación, hizo que en este subperíodo de 30 años se pasara del correo electrónico al hipertexto y a la red mundial (la World Wide Web), la aparición de los celulares inteligentes y la explosión de la conectividad hasta, en los últimos años del período, el aprendizaje de las máquinas y la Inteligencia Artificial, la cual se abre con todo su potencial e, incluso, su inquietante futuro en la tercera década del siglo XXI.
Eso es lo que historiamos, es decir lo que buscamos relatar de forma coherente, en diez capítulos escritos por protagonistas en cada rama de los medios de estos últimos 60 años.
Los seis primeros trazan lo que pasó, tanto antes como después de la aparición del internet, en la prensa en papel, la radio, la televisión, las revistas, la prensa alternativa y el cine del Ecuador.
En los tres siguientes abordamos la transformación de las telecomunicaciones y, luego, la revolución digital en la información y la comunicación y el aparecimiento de la sociedad en red, describiendo cómo el periodismo tiene que volcarse a las pantallas de los teléfonos inteligentes y a las redes.
El primero de esos capítulos, “Del auge al vértigo. La prensa escrita 1960-2021”, escrito por la periodista y académica Saudia Levoyer y el editor del volumen, presenta un amplio estudio de los diarios, su evolución, sus enfoques y las presiones que han debido soportar, hasta la desaparición de algunos casos.
En el segundo, Luis Dávila Loor, hombre de radio, aborda la historia de ese medio desde 1960 a 2015, sin dejar de medir la relación con los poderes, el económico y el político, donde destacan los períodos de las dictaduras y los regímenes autoritarios de Febres Cordero y Correa.
Julia Ortega es la autora del tercer capítulo, que trata del origen, auge y crisis de la televisión abierta en el Ecuador. Ella identifica tres períodos: 1960 a 1979, el origen de la televisión y el tránsito a la democracia (que también es el período que va del blanco y negro al color); 1979 a 2000 que llama “Televisión, espectáculo y social democracia” (y es, a la vez, el que va del color al control remoto), y 2000-2020 el de los retos truncos, la crisis y la televisión pública (que es, a su vez, la del internet y la pantalla plana).
La solvencia de Irving Iván Zapater se vuelca en el complejo tema de las revistas ecuatorianas. Síntesis admirable de las revistas de información general, las políticas, de economía, historia, derecho, sociología, antropología, las culturales, tanto generales como las especializadas: patrimonio cultural, cine, artes escénicas y musicales.
La prensa alternativa del período es revisada por Germán Rodas Chaves. Es la prensa alejada del establishment, la prensa ligada a los sindicatos, los movimientos sociales, los partidos políticos de izquierda.
Christian León, muy calificado por su trabajo académico sobre cine, es el que lo aborda, también con una periodización: 1966-89, el cineclubismo y la “Generación de los Ochenta”; 1991-2006, la narrativa del desencanto y la aparición de lo que hoy se conoce como el “Joven Cine Ecuatoriano”, y 2007-2020, el fomento estatal y los géneros cinematográficos.
En un corto capítulo de transición intento trazar los cambios en las las telecomunicaciones: los cables, los satélites, los teléfonos convencionales y los celulares en el Ecuador.
Con la periodista Carla Maldonado abordamos, en el octavo capítulo, la revolución digital en la información y comunicación. La computadora y su vertiginosa evolución y la irrupción de internet y sus avances tanto en el mundo como en el Ecuador.
Por su parte, la propia Carla aborda, en el capítulo 9, la era de las redes sociales. “De los medios a las redes”, sintetiza el paso, primero, de la máquina de escribir a la computadora y, luego, del internet del correo electrónico y las webs estáticas a la web 2.0, es decir, a la red interactiva, participativa o social.
De Facebook, Instagram, LinkedIn, Twitter y TikTok, de la aparición y expansión de los teléfonos inteligentes (“la cuarta pantalla”) y su influencia social se habla luego. Y, en una tercera sección, de los medios ecuatorianos en las redes sociales, tanto de los que transitaron del papel a las redes cuanto de los medios nativos digitales.
El último capítulo se aparta de los medios, para fijarse en sus trabajadores, narrando los avatares de la agremiación profesional de los comunicadores en el Ecuador. Franklin Cepeda Astudillo nos resume la vida de las asociaciones, colegios y federaciones periodísticas.
Un volumen codicioso y codiciable, ambicioso y apetecible.