Dato y Relato
La fantástica conversación entre Yuval Harari e Irene Vallejo
Ph.D. en Economía Universidad de Boston, secretario general del FLAR y docente de la UDLA. Ex gerente general del Banco Central y exministro de finanzas de Ecuador, y alto funcionario de CAF y BID.
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El filósofo e historiador Yuval Harari acaba de publicar su nueva obra Nexus: Una breve historia de las redes de información desde la Edad de Piedra hasta la Inteligencia Artificial.
Harari saltó a la fama con su libro Sapiens: de animales a dioses, y desde entonces se ha convertido en uno de los pensadores más influyentes de nuestra era.
Nexus trata sobre cómo las redes de información han sido herramientas poderosas para influir y controlar sociedades. Repasa varios siglos de historia y hace una advertencia escalofriante de cómo la inteligencia artificial (IA) podría amplificar dicha dinámica, con consecuencias catastróficas, si no se la regula adecuadamente.
Aunque la humanidad siempre ha sido vulnerable a la manipulación a través del lenguaje y la información, la IA podría elevar esto a un nuevo nivel, más peligroso, no mediante la violencia, sino a través del uso de datos y algoritmos para influir en las personas sin que nos demos cuenta.
A diferencia de tecnologías previas, como la transmisión oral de historias o su materialización en libros, Harari sostiene que la IA artificial es la primera herramienta con la capacidad de generar ideas propias y tomar decisiones por su cuenta.
Cuando Harari habla de historias y de libros, inevitablemente me recuerda la impactante y entrañable obra de la escritora española Irene Vallejo, El Infinito en un Junco. Narra cómo surgió la escritura y cómo se desarrolló el libro como objeto, desde los rollos de papiro en el mundo clásico, hasta la invención de la imprenta y la explosión editorial actual.
Con un lenguaje musical y poético, la obra aborda mitología, anécdotas de escritores, historias de bibliotecas, contadoras de cuentos y lectores a lo largo de los siglos. En cada sección, resalta el papel de los libros como vehículos de conocimiento, libertad y resistencia frente a la censura y el olvido.
Publicada en 2019, la obra ha superado el millón de ejemplares vendidos, ha sido traducida a más de 30 idiomas y ha estado presente en las principales ferias de libros, en especial en el mundo de habla hispana.
Yuval Harari e Irene Vallejo ocupan un sitio especial en las bibliotecas y en las mesitas de noche de muchos apasionados lectores. Es un privilegio tener acceso a la siguiente conversación casual y fantástica entre estos dos gigantes de la palabra y el pensamiento.
— Yuval Harari (YH): He oído cosas maravillosas sobre El infinito en un Junco. Me fascina cómo exploras la historia del libro y su impacto en la civilización. ¿Qué te inspiró a escribir sobre este tema?
— Irene Vallejo (IV): Gracias. La historia de la escritura y del libro siempre me ha apasionado. Es increíble cómo un simple junco, transformado en papiro, cambió nuestra capacidad para transmitir ideas a lo largo del tiempo y el espacio.
Escribir El Infinito en un Junco fue mi manera de rendir homenaje a ese legado. Tu libro Nexus también suena fascinante. ¿Cuál fue tu principal motivación?
— YH: Mi objetivo con Nexus es explorar las interconexiones globales que configuran nuestra realidad actual. Vivimos en una sociedad extremadamente interconectada, y quise desentrañar cómo estas redes influyen en nuestra vida diaria, la política, la economía y la cultura.
— IV: Es fascinante cómo abordas el futuro de la humanidad, pero ¿crees que en ese mundo que describes, donde la inteligencia artificial y la biotecnología nos transforman profundamente, aún habrá lugar para las historias antiguas? ¿Para los libros y los relatos que han sido la esencia de lo que somos?
— YH: Las historias siempre han sido cruciales para la humanidad. Nos han permitido cooperar y crear culturas complejas. Sin embargo, mi preocupación es que esas mismas historias —las que han dado sentido a nuestra existencia— podrían ser reemplazadas por narrativas generadas por algoritmos o, peor aún, por historias que los humanos ya no podrán entender del todo.
— IV: Es una posibilidad inquietante, pero no creo que las máquinas puedan reemplazar nuestra capacidad para sentir o entender la belleza. Los relatos antiguos, los mitos y los libros no solo están hechos de datos o información, sino de emociones humanas, de nuestras fragilidades y esperanzas. La Odisea, por ejemplo, nos habla del anhelo por el hogar, algo que no cambiará, independientemente de cuántos algoritmos nos rodeen.
— YH: Esa es una cuestión filosófica profunda. Pero lo que planteo en mis libros es que, en el futuro, los humanos podríamos perder el control sobre nuestras emociones, pensamientos y deseos, no porque las máquinas sean más sabias en el sentido humano, sino porque serán mejores para manipularnos.
— IV: Es un pensamiento perturbador. Sin embargo, me cuesta creer que podríamos desconectarnos por completo de nuestras raíces. A lo largo de los milenios, la humanidad ha enfrentado cambios enormes, pero siempre ha vuelto a sus relatos fundacionales. Los textos clásicos no son simplemente un eco del pasado; son una brújula en tiempos de incertidumbre.
— YH: Me parece fascinante cómo ambos nos enfocamos en diferentes épocas y aspectos de la historia para mostrar la importancia de las conexiones humanas.
— IV: Absolutamente. Aunque tu acercamiento es más contemporáneo y tecnológico, y el mío más histórico y literario, ambos intentamos arrojar luz sobre la importancia de la conectividad en la evolución humana.
— YH: Discúlpame el atrevimiento, pero en tu caso, la crítica suele centrarse en tu estilo lírico y poético. Algunos lectores pueden encontrar tu narrativa excesivamente romántica y menos rigurosa desde un punto de vista histórico-académico.
¿Cómo manejas los cuestionamientos sobre la posible "romantización" de la historia en tu libro?
— IV: Intento mantener un equilibrio. La belleza de la escritura y la historia es, en parte, subjetiva. Creo que hay espacio para un enfoque lírico, siempre y cuando se base en hechos sólidos.
Ya que estamos en ese plano, en tu caso, has sido criticado por simplificar demasiado ciertos aspectos complejos de la historia y la interconectividad humana. Tu enfoque a veces se percibe como reduccionista, y que omite detalles que podrían matizar tus conclusiones.
¿Cómo lidias con las críticas sobre el reduccionismo?
— YH: Creo que la simplificación es a menudo una herramienta necesaria para hacer accesibles temas complejos a una audiencia amplia. Pero siempre invito a los lectores a profundizar más allá de mis libros.
Antes de que estos autores empiecen a discutir de manera peligrosamente agria, es oportuno detenernos aquí y reconocer que este diálogo “fantástico” es pura ficción. Fue generado a través de inteligencia artificial, a la que se le pidió simular un diálogo entre Harari y Vallejo, a propósito de sus respectivas obras.
No hay un registro sobre si se han conocido o han tenido alguna interacción. Es muy probable que una conversación real pueda ser mucho más rica que la presentada en este artículo, pero no hay duda que este supuesto diálogo podría captar mucho de la esencia de la discusión.
Este es un ejemplo del potencial y los riesgos de la inteligencia artificial que el propio Harari nos advierte en su último libro. Sin embargo, parodiar una conversación ficticia, corregir textos, elaborar códigos de programación, gráficos, obras de arte y otras tareas similares pueden ser ejemplos útiles pero inocuos del uso de la IA.
La amenaza más seria es la denominada capacidad de “agencia”, es decir cuando la IA pueda tomar decisiones por su propia cuenta y de manera autónoma.
Recordemos muy bien este término, “agencia”, que seguro nos acompañará en las discusiones y temores en los años venideros.