Contrapunto
La Bohème, un siglo después de la muerte de Puccini
Periodista y melómano. Ha sido corresponsal internacional, editor de información y editor general de medios de comunicación escritos en Ecuador.
Actualizada:
Giacomo Puccini (1858-1924) tenía 18 años, caminó 19,8 kilómetros desde su natal Lucca hasta Pisa para asistir al estreno italiano de la ópera Aída, de su ídolo Giuseppe Verdi (1813-1901); desde entonces solo se dedicó a la música escénica y una de sus obras, ‘La bohème’ será representada en la Casa de la Música a 100 años de su muerte.
Proveniente de una familia de músicos de iglesias, Giacomo fue un rebelde que no siguió la tradición; se dedicó exclusivamente al teatro. Compuso un total de 12 obras escénicas y por lo menos tres de ellas figuran en el top ten de las más interpretadas a escala mundial: Tosca, La bohème y Madama Butterfly, aunque también se menciona a Turandot.
Jueves 24, sábado 26 y domingo 27 de octubre, tres días para volver a ver 'La bohème', 16 años después de su presentación en el Teatro Sucre y con los mismos dos cantantes líricos que regresan al escenario después de triunfar en varios países: María Isabel Albuja y Jorge Cassis.
En efecto, en 2008, María Isabel, una de las sopranos más importantes en el ámbito nacional y, por qué no decirlo, en el internacional, participó en 'La bohème' junto con el tenor Cassis; otra vez bajo la dirección escénica de María Elena Mexía y ahora con Yury Sobolev y la Orquesta Sinfónica Nacional.
“Fue algo mágico, como un milagro, debutar en esa época junto con Jorge en una obra que tiene más de 100 años; la ópera la haces viva en ti, es algo que está escrito en papel y se vuelve sonido en tu garganta, es maravilloso sentir eso”, recuerda la soprano Albuja en un diálogo con PRIMICIAS.
“Éramos muy jóvenes, yo tenía temor, ahora esa Mimí y ese Rodolfo tienen muchos años más de ruedo en los escenarios, somos más maduros, más sólidos; el público que vio la obra en 2008 y la va a ver ahora se va a dar cuenta del cambio”.
A pesar de los apagones, los ensayos con María Elena Mexía no tuvieron tropiezos. Trabajar con la Sinfónica Nacional siempre es positivo porque tiene un nivel profesional extremadamente alto, manifiesta Albuja, que además resalta la prolijidad del director Sobolev y de los músicos de la orquesta.
Reconoce la iniciativa de la Casa de la Música para que 'La bohème' se presente allí sin ser un teatro de ópera, sino un auditorio que será readaptado. Sin embargo, “hemos logrado montar un espectáculo de altísima calidad”, destaca la soprano.
“El público quiteño ama la ópera, creo que en todo el mundo se la ama, pero la gente que no conoce lo suficiente le tiene temor, piensa que no va a entender. La ópera tiene subtítulos, el idioma no es obstáculo, es cuestión de sentarse y que te cuenten una historia, con la diferencia de que la ópera es el espectáculo más completo que existe”.
Solo un costarricense en el elenco, todas las demás voces son ecuatorianas, maravillosas, “con un talento asombroso”, capaz de expresar la nostalgia de la juventud de los personajes que sobreviven en una realidad parisiense cruda por el frío y el hambre, pero intentan vivir, nos comenta María Elena Mexía.
“La obra es nostálgica, romántica, poética, los personajes descubren la belleza de estar juntos y al mismo tiempo ver la enfermedad y el terror de la muerte”, resalta Mexía. En la escenografía hay paneles y murales pintados por Carolina Vallejo que evocan París. "Queremos que el público se identifique con los personajes", explica la directora escénica.
Puccini representa la cima y el final de 300 años esplendorosos de la ópera italiana
La obra en cuatro actos, con libreto de Luigi Illica y Giuseppe Giacosa, ocurre en una buhardilla habitada por poetas y bohemios azotados por la escasez de recursos y por el frío; para calentarse tenían dos opciones: meter la silla a la chimenea o quemar los poemas de Rodolfo.
Mimí, siempre frágil de salud, vive en otra buhardilla, brilla en la obra con su aria ‘Mi chiamano Mimí’ (Me llaman Mimí), el leitmotiv de Rodolfo es ‘Nei cielo bigi’ (En los cielos grises). Es una historia de amor y tragedia que se desarrolla en casi dos horas en el escenario, anota el musicólogo Roger Alier en Guía universal de la ópera, ediciones Robinbook, Barcelona 2007.
El elenco
- MIMÍ. Bordadora de flores, papel para soprano lírica.
María Isabel Albuja. Ha llevado su voz a escenarios y teatros de España, Inglaterra, Francia, Estados Unidos, Panamá, Venezuela.
- RODOLFO. Poeta bohemio que vive en una buhardilla con sus amigos. Papel para tenor.
Jorge Raúl Cassis. Estudió en el Conservatorio Superior de Música Rimsky-Korsakov de Guayaquil con Beatriz Parra. Especialización Canto Lírico.
- MARCELLO. Poeta bohemio.
Fitzgerald Ramos. Barítono costarricense. Se ha presentado en España, México, Colombia…
- MUSETTA. Muchacha bohemia dada al lujo y la comodidad, enamorada de Marcello. Papel de soprano lírica.
Ruth Díaz. Inició sus estudios musicales a los ocho años en el Conservatorio Antonio Neumane de Guayaquil. Ha participado como solista en Gloria de A Vivaldi, Réquiem de Fauré...
- SCHAUNARD. Músico amigo de Rodolfo y de los demás bohemios. Papel para barítono.
Luciano Carrera de la Torre. Inició sus estudios musicales con su padre, el flautista Luciano Carrera Galarza y sus estudios vocales en el Conservatorio Nacional de Música.
- COLLINE. Filósofo, amigo de los bohemios. Canta una aria de bastante compromiso (según Roger Alier).
Eduardo Vaca Rubio. Ecuatoriano, inicia de forma profesional a muy temprana edad como solista, posteriormente es integrante de varios coros.
- BENOIT. Es el casero de los bohemios. Papel para bajo bufo, según Alier.
César Espinoza. Tenor ecuatoriano, estudió canto lírico con destacados maestros.
- PARPIGNOL. Vendedor de juguetes (Acto II). Papel de tenor muy breve.
Javier Alonso.
- ALCINDORO. Viejo verde, admirador de Musetta. Papel bufo.
Javier Andrade Cobo.