Canal cero
Terrorismo anónimo en las redes
Doctor en Historia de la Universidad de Oxford y en Educación de la PUCE. Rector fundador y ahora profesor de la Universidad Andina Simón Bolívar Sede Ecuador. Presidente del Colegio de América sede Latinoamericana.
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Es muy frecuente hallar en las redes sociales mensajes que agreden a las personas, que las insultan en forma soez o que difunden noticias falsas sobre ellas para perjudicarlas políticamente. En no pocos casos se han mantenido verdaderos “culebrones” en que se hacen afirmaciones, se copia supuestas declaraciones, se exhibe escenas (a veces auténticas y otras fabricadas), se forja documentos, se muestra fotos montadas y hasta se hace hablar lo nunca dicho con un elemental uso de la Inteligencia Artificial.
Hay políticos y personas metidas a comunicadores que mantienen largas y agrias polémicas por las redes, “sacándose los cueros al sol”, recordando hechos pasados, con feroces acusaciones y afirmaciones, en ocasiones sin base. Una fotografía, a veces sacada de contexto, se presenta como prueba plena de lo que se afirma. Una grabación, de la que frecuentemente solo se exhibe una parte recortada, puede dejar la impresión de que algo es verdad sin posibilidad de aclaraciones.
Los que aspiran a una función pública tienen que estar dispuestos a que se haga conocer sus antecedentes. Y eso está muy bien porque la ciudadanía tiene derecho a saber quienes van a ejercer responsabilidades de estado y a que no lleguen a ellas los pillos y los corruptos. Pero corren el riesgo de ser calumniados y víctimas de afirmaciones falsas que luego resulta muy difícil aclarar o sacarla de los decires.
Por si lo dicho no fuera ya bastante, en los últimos tiempos se ha generalizado una práctica que va más allá de las polémicas políticas. Han proliferado mensajes en los que se anuncia que alguien está preso, que tuvo una pelea en plena calle, que es amante de determinada persona, que ha fugado del país, que ha sufrido un accidente o hasta que se ha muerto y sus restos se velan en alguna funeraria.
Quienes hacen un 'clic' para enterarse de la noticia completa, se enteran de que nada se dice de ella, sino que se trata de la promoción de un sistema de inversiones con que se ganará miles en cuestión de semanas. Algunos caen y pronto se dan cuenta de que se trata de una estafa.
Muchas personas que leen esos mensajes se dan cuanta de que son “chimbos” y los desechan, pero algunas, sobre todo quienes conocen a las víctimas, se preocupan. Y otros, simplemente se quedan con la falsa noticia. Luego resulta imposible rectificar o, peor aún, lograr que las redes sociales borren los mensajes o suspendan las cuentas que los envían.
En las últimas semanas han estado circulando en Facebook e Instagram varias publicaciones con informaciones falsas relativas a mi salud, a supuestas entrevistas que jamás he concedido, a inversiones y hasta mi defunción, todo lo cual no tiene ningún sustento en la realidad.
Estas publicaciones sólo buscan estafar a la gente a costa de divulgar falsedades. Hay que tener mucho cuidado, no caer en la trampa, y denunciar dichas publicaciones y los perfiles que las promueven. Menciono el asunto personal para evitar que estafadores inescrupulosos sigan afectando a la gente con terrorismo anónimo en las redes.