Canal cero
Ernesto Albán, maestro y humanista
Doctor en Historia de la Universidad de Oxford y en Educación de la PUCE. Rector fundador y ahora profesor de la Universidad Andina Simón Bolívar Sede Ecuador. Presidente del Colegio de América sede Latinoamericana.
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Fue quizá el último gran intelectual humanista integral del Ecuador, hombre multifacético como los de antes, que dominaban varias artes y ciencias con una comprensión global de la vida humana. Ese era Ernesto Albán Gómez, que acaba de fallecer dejando un inmenso legado de reflexión, creación, enseñanzas y acciones positivas en las que se destacan su amor a la verdad, la honradez y el patriotismo.
Fue hijo de Ernesto Albán Mosquera, el primer actor nacional, y de Chabica Gómez, una de nuestras destacadas actoras dramáticas. Tuvo una formación tradicional en el Pensionado Elemental y el Colegio San Gabriel, donde cultivó sus primeras inquietudes literarias. Pasó a la Universidad Católica, donde estudió derecho, pero también escribió teatro e inclusive actuó en el “Teatro Independiente”.
Luego de una breve práctica jurídica, se dedicó a la enseñanza secundaria y a la de Literatura Española en la Universidad Católica. Trabajó en el Congreso Nacional, pero siempre le atrajo el periodismo.
Fue columnista y jefe de redacción del diario El Tiempo. Escribió sobre coyuntura política, educación, cultura, derecho, temas internacionales, libertad de prensa y de vez en cuando deportes. Fue un destacado docente de la Universidad Católica, a cuya reforma dedicó varios años de su vida.
Además de profesor de Literatura, fue secretario y luego decano de la facultad de Derecho con la cátedra de Derecho Penal, convirtiéndose en el más destacado jurista en este campo. Su obra en dos tomos es un referente fundamental.
No le atrajo nunca la militancia política, pero aceptó participar en el servicio público. En los ochenta fue Secretario Nacional de Información y luego Ministro de Educación en el gobierno de Osvaldo Hurtado (1981-1984). En 1997-1998, fue electo miembro de la Asamblea Constituyente, donde descolló como jurista y hombre de diálogo.
Fue electo Ministro de la Corte Suprema y allí se destacó, junto a sus compañeros de sala, por el trabajo cumplido y consistente, que produjo sentencias y piezas de jurisprudencia ampliamente reconocidas. Salió de sus funciones de magistrado por el vergonzoso nombramiento de la “Pichi Corte”.
Ernesto Albán participó desde su inicio en la Universidad Andina Simón Bolívar Sede Ecuador. Fue profesor de Derecho Comparado y Derecho Penal. Es conocido su método de dar clases haciendo que los alumnos oigan o vean óperas. Fue miembro del Consejo Superior de la Universidad, que presidió por varios años. La Andina le hizo un homenaje y le otorgó el Doctorado Honoris Causa en reconocimiento a su contribución a la casa de estudios, al Derecho, la Educación, las Letras y por el servicio a la patria.
Preocupado por el desarrollo de las ciencias y la cultura, fue miembro y ejerció la presidencia de la Corporación Editora Nacional, que publica importantes series editoriales sobre el país. Colaboró con Ediciones Legales con materiales de apoyo para abogados y artículos para la Revista 'Novedades Jurídicas'.
En sus acciones volcó su vocación de maestro y patriota. Fue, además, un gran colega y amigo. Su grande y querida sombra nos seguirá cubriendo en los años por venir.