Canjes de deuda y energía limpia: ¿Una solución para evitar los apagones del futuro?
Ecologista. Líder global en acción climática. PhD en políticas públicas de Ohio State University.
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En los últimos años, los canjes de deuda por naturaleza han ganado tracción como una herramienta financiera innovadora que busca equilibrar la sostenibilidad económica y ambiental.
Estos acuerdos permiten a los países con altos niveles de deuda reducir su carga financiera a cambio de compromisos concretos de conservación ambiental. Sin embargo, como en cualquier instrumento financiero complejo, el éxito de estos canjes depende de las acciones que los gobiernos tomen antes, durante y después de la implementación.
Los canjes de deuda pueden ser una solución viable para abordar dos desafíos urgentes: la crisis de la deuda y la crisis climática. Pero para que estas operaciones cumplan con sus objetivos, los gobiernos deben actuar con diligencia en cada fase, asegurando integridad, soberanía, y escalabilidad de los beneficios tanto fiscales como climáticos.
Transparencia, gobernanza y respetar la soberanía
El éxito de un canje de deuda por naturaleza comienza mucho antes de que los acuerdos se firmen. Durante la fase preparatoria, los gobiernos deben asegurar que las estructuras institucionales y legales estén listas para garantizar la transparencia, la rendición de cuentas y, de manera crucial, la preservación de la soberanía del país. Esto incluye:
Diseño de un marco legal y regulatorio robusto: Los gobiernos deben establecer un marco habilitante que defina claramente cómo se gestionarán los fondos derivados del canje y quiénes serán los actores responsables. Este marco debe estar alineado con los estándares internacionales de transparencia y sostenibilidad, garantizando que las decisiones financieras sean claras y accesibles. Es fundamental que este marco preserve la soberanía del país, asegurando que las decisiones clave, tanto administrativas como presupuestarias, queden bajo el control del gobierno nacional.
Selección rigurosa de actores privados y ONGs: Es fundamental que los actores involucrados, sean ONGs, empresas privadas o bancos internacionales, cumplan con altos estándares de integridad. La selección de actores debe respetar la autonomía del país, evitando que actores externos tengan un control desmedido sobre los recursos o la toma de decisiones que afecten las políticas fiscales y presupuestarias. Los gobiernos deben asegurarse de que estas organizaciones tengan un historial probado de éxito en la implementación de proyectos de conservación y gestión financiera. Incluir a las comunidades locales en el proceso también es clave para que sus intereses sean parte integral de la operación.
Participación de actores locales: La inclusión de las comunidades locales en la fase de planificación no es negociable. Son las primeras en sentir los efectos del cambio climático y a menudo las que mejor entienden las soluciones prácticas. La participación local no solo fortalece la legitimidad del canje, sino que también garantiza que las decisiones administrativas y presupuestarias estén alineadas con las realidades locales, respetando así la soberanía y autonomía nacional.
Durante el canje
Una vez establecido el marco, es crucial que los gobiernos tomen decisiones financieras estratégicas. La elección del vehículo financiero y los actores involucrados determinará el éxito a largo plazo de la operación. Algunas recomendaciones clave para esta fase son:
Evitar conflictos de interés entre prestamistas: Es esencial que los proveedores de líneas de liquidez y los prestamistas no tengan conflictos de interés, como ser tenedores de los bonos que serán recomprados. Al eliminar estos conflictos, los gobiernos pueden negociar mejores condiciones para la recompra de deuda, lo que les permite mantener el control sobre sus decisiones de endeudamiento y gestión fiscal. Esto es clave para proteger la soberanía del país, ya que asegura que las decisiones fiscales sean beneficiosas para el país sin estar comprometidas por intereses externos.
Optar por un fondo de inversión sostenible en lugar de un fondo tipo endowment: Un fondo de inversión sostenible es una opción más eficaz que un fondo tipo endowment administrado por ONGs. Este tipo de fondo no solo puede escalar la inversión, atrayendo capital adicional de fuentes públicas y privadas, sino que también ofrece una plataforma para mantener la autonomía presupuestaria y la gestión de recursos a nivel nacional. Al movilizar más recursos sin la necesidad de crear nuevas estructuras externas, el gobierno mantiene el control sobre la asignación de fondos y los proyectos de inversión. Esto refuerza la soberanía, ya que las decisiones financieras siguen siendo determinadas por el gobierno y no por actores internacionales.
Vincular el fondo de inversión con la reciente elegibilidad de acciones aprobada por el BID-MICI: En septiembre de 2024, el Mecanismo Independiente de Consulta e Investigación (MICI) del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) aprobó la elegibilidad de acciones relacionadas con canjes de deuda, lo que ofrece un marco de protección para los inversionistas ante posibles riesgos. Esta elegibilidad es clave para preservar la soberanía financiera del país, ya que asegura que cualquier irregularidad o riesgo en la gestión de los fondos pueda ser revisada y rectificada sin comprometer la autonomía del país. Además, proporciona una herramienta de mitigación de riesgos, asegurando que los recursos movilizados cumplan con los más altos estándares de gobernanza y sostenibilidad.
Asegurar la sostenibilidad sin comprometer la autonomía
El trabajo no termina una vez implementado el canje. La fase posterior es crucial para garantizar que los fondos se gestionen de manera adecuada y que los compromisos de conservación se cumplan. Algunas acciones clave incluyen:
Implementar una estructura de gobernanza sólida: La creación de una estructura de gobernanza robusta es esencial para garantizar que los recursos se utilicen de manera efectiva y transparente. Un fondo de inversión sostenible, con una gobernanza corporativa que incluya mecanismos de rendición de cuentas y supervisión, asegura que los proyectos de conservación estén alineados con los objetivos nacionales y que se respete la soberanía del país. Al mantener la gestión fiscal bajo control del gobierno, el país puede preservar su autonomía y tomar decisiones en línea con su planificación presupuestaria a largo plazo.
Monitoreo continuo y rendición de cuentas: Los gobiernos deben asegurarse de que exista un sistema de monitoreo a largo plazo que evalúe la efectividad de los proyectos financiados por el canje. La rendición de cuentas es clave, y los informes periódicos sobre el uso de los recursos y los resultados de los proyectos deben ser accesibles tanto para el público como para los actores internacionales involucrados. Esto permite que el país mantenga su autonomía en la gestión fiscal, asegurando que los fondos sean utilizados para cumplir con sus prioridades soberanas y de desarrollo.
Promover una transición justa y sostenible: Los canjes de deuda por naturaleza no deben verse como soluciones temporales, sino como parte de una estrategia a largo plazo para la sostenibilidad ambiental y fiscal. La transición hacia una economía baja en carbono debe ser gestionada de manera justa, sin comprometer la autonomía fiscal ni incrementar la deuda de manera insostenible. Los gobiernos deben seguir evaluando oportunidades para atraer más financiamiento climático y de conservación, utilizando los canjes como un catalizador para financiar una transición climática justa que beneficie a sus ciudadanos sin comprometer la soberanía económica.
Soberanía y canjes de deuda: Un equilibrio necesario
En resumen, los canjes de deuda por naturaleza representan una oportunidad única para alinear las finanzas públicas con los objetivos de conservación y descarbonización. Sin embargo, su éxito depende de las acciones que los gobiernos tomen antes, durante y después del canje. Al asegurar la transparencia, seleccionar vehículos financieros y actores sin conflictos de interés, y fortalecer las estructuras de gobernanza que respeten la soberanía administrativa, presupuestaria y fiscal, los gobiernos pueden maximizar los beneficios fiscales y climáticos mientras protegen los recursos naturales de sus países.
El reciente respaldo del BID-MICI, que aprobó la elegibilidad de acciones para revisar las irregularidades en la gestión de canjes de deuda, refuerza la confianza en estos mecanismos como una herramienta de alto impacto. Al garantizar que estos procesos respeten la soberanía nacional y fortalezcan la capacidad del país para financiar una transición climática justa, se pueden atraer inversiones más seguras y sostenibles.
Cuando aseguran alta integridad, los canjes de deuda por naturaleza pueden transformar los desafíos de la deuda en oportunidades para la acción climática, respetando la soberanía y la autonomía administrativa y fiscal. Los países que consideren este tipo de acuerdos deben asegurarse de que sus operaciones no solo generen ahorros, sino que también promuevan un futuro más verde y justo para todos.