Matrix política
Los cuatro retos para Ecuador 2025: economía y seguridad
Consultor Político con 20 años de experiencia en campañas electorales, comunicación de Gobierno y gestión y management de la crisis. Catedrático universitario y conferencista en varios países de América Latina y en España.
Actualizada:
I
Apenas se sentaba el equipo económico del actual gobierno, en noviembre del 2023, nos revelaba cinco datos escalofriantes: el déficit fiscal (es decir, la diferencia entre ingresos y egresos) bordeaba, según cifras del Ministerio de Economía, los USD 6.000 millones. A esto habría que sumarle unos USD 4.000 millones en obligaciones (deudas), un riesgo país de alrededor de 2.000 puntos (que en cristiano quiere decir que el país prácticamente no era sujeto de crédito por parte de nadie en el mundo), una deuda pública ya bastante arriba de lo que permite la Constitución y una caja fiscal tan vacía que no había ni para pagar los sueldos de diciembre de ese mismo año.
Un gran trabajo, desde mi punto de vista, del equipo económico logró restaurar la confianza en el país y de los multilaterales que acudieron con desembolsos a equilibrar las finanzas pero nunca hay que olvidar el gigantesco aporte de la empresa privada por un lado (auto retenciones, contribuciones especiales…) y del pueblo ecuatoriano (subida de tres puntos del IVA, eliminación de una parte de los subsidios de los combustibles) por otro.
Hemos logrado una estabilidad interesante en ese aspecto. Sin embargo, esta es la mitad de la tarea pendiente porque si no cambiamos la ecuación que nos tiene desequilibrados sobre todo desde 2014 (déficit de USD 6.500 millones) y seguimos aplicando la “bicicleteada” que supone seguir tapando ese hueco con deuda, jamás podremos tener un crecimiento adecuado.
La receta parece tan sencilla como compleja: sencilla porque tiene básicamente dos elementos para lograrlo, mayor inversión (nacional y extranjera), más generación de empleo que vienen irremediablemente ligados. Pero es complejo pues hay que mejorar la seguridad (física pero sobre todo jurídica), la estabilidad política, la competitividad y un régimen laboral excesivamente rígido, temas que se vuelven el escenario perfecto para que la oposición haga politiquería barata y aparezcan los ya conocidos atrasa pueblos.
II
Sobre el tema seguridad, quisiera empezar citando a Sariha Moya, Secretaria de Planificación y vicepresidenta de la República (e) cuando en un enlace radial del pasado 12 de diciembre de 2024 le relataba al país que, cuando se sentaron con los organismos internacionales —expertos en esta clase de temas— y les señalaron que la meta que el Gobierno tenía era contener las muertes violentas y, mirando con optimismo en su trabajo el tema, bajarlas aunque sea en un porcentaje considerable, ellos les dijeron con la frialdad que caracteriza a estos organismos que son básicamente técnicos, que honestamente y viendo el nivel en que el narco había permeado en el país, eso era imposible, que por las experiencias en otros países y por lo grave de la situación, lo más probable era que al contrario de las expectativas gubernamentales, el tema creciera al menos durante 2024.
Bueno, el tiempo les ha permitido demostrar que se pudo bajar en al menos un 17% con respecto al año pasado las muertes violentas y que, aunque todos quisiéramos que no exista una sola muerte más en el país, ese es un tema irreal, que nadie tiene una varita mágica para solucionarlo de un día al otro y que a otros países les ha tomado décadas poder siquiera controlar el tema.
Sin embargo, todos sabemos que aún es poco, que además han recrudecido otros delitos como el secuestro y la extorsión, y que, luego del monstruoso asesinato de los cuatro niños de Guayaquil, este tema tiene que tener un punto de inflexión en donde se analice rigurosamente el papel de las Fuerzas Armadas en este conflicto armado interno que además, y de una vez por todas, sepamos que solos no podemos, que la ayuda internacional tiene que gestionarse con mayor rapidez y efectividad, y que de nada servirá cualquier tipo de lucha si no existe un proceso serio de depuración de las instituciones, arrancando de inmediato con las fuerzas del orden pero haciendo también un fuerte hincapié en nuestro despedazado (luego de Metástasis, Purga, Plaga, Pantalla…) sistema de Justicia.
La tarea luce titánica, hay que ser honestos y se necesita de un compromiso de todos para hacerla pero sobre todo del Gobierno para demostrarnos que es capaz de liderarla.
Dejamos para la siguiente entrega los temas de energía y diseño constitucional, tan vitales como estos dos que hoy presentamos. Hasta entonces…