Matrix política
¿Qué hace un asambleísta honesto y trabajador?
Consultor Político con 20 años de experiencia en campañas electorales, comunicación de Gobierno y gestión y management de la crisis. Catedrático universitario y conferencista en varios países de América Latina y en España.
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Un asambleísta arranca el día a las 6:00 de la mañana asistiendo a los medios de comunicación para contarle al pueblo lo que está haciendo, para contestar interrogantes sobre su gestión, ser cuestionado y escrutado por periodistas serios e inquietudes de la gente. Cuando tiene una gran capacidad, también sirve como referente de opinión, habla sobre política, economía, temas sociales y de interés coyuntural. Forma opinión. Su palabra es escuchada y respetada.
Tiene Sesiones de Pleno, que normalmente toman todo el día, por lo abundante y (se supone) fructífera agenda que plantea el Presidente del órgano legislativo. Estas se dan, como mínimo, dos veces a la semana, cada martes y jueves por lo general.
Para estas sesiones, el asambleísta junto a su equipo asesor (dos personas) prepara sus discursos con datos, cifras relevantes, normas que pretenda incluir, comentarios al cuerpo legal y diseña sus apoyos gráficos o escritos para que sus ponencias en el Pleno sean valoradas, respetadas y consideradas por todos los miembros del hemiciclo. Que denote su capacidad de parlamentar y exponer ante el Pleno.
Cada asambleísta, el momento que se posesiona y luego de que se eligen las autoridades del órgano, es designado (a veces por su voluntad y a veces por el capricho de las mayorías) en una comisión permanente para trabajar junto a 10 0 12 colegas de distintas bancadas. En dicha comisión, tiene reuniones al menos 2 o 3 veces por semana en donde no falta, propone y participa.
Cuando un asambleísta es elegido, deja su carácter provincial y se vuelve un legislador de las 24 provincias del país con los mismos derechos y atribuciones de sus 136 colegas. Por eso, un buen asambleísta atiende a la gente en su despacho, les presta oídos, se interesa realmente por sus problemas y busca soluciones y brinda su contingente para ello.
Los cuerpos legales (más si se tratan de leyes orgánicas) suelen ser voluminosos por las temáticas que tratan. Por ejemplo, el Código Orgánico Integral Penal era un cuerpo que cuando fue publicado en el Registro Oficial en 2014 tenía 730 artículos en más de 330 páginas. Esto obliga al legislador responsable a leer todos y cada uno de los ítems descritos para saber en plena consciencia qué es lo que va a votar.
Propone sus propios proyectos de ley. Proyectos que son parte de sus ofertas electorales, proyectos que incentiven una mejora en la legislación vigente, que estimulen sectores rezagados y que sean verdadero aporte normativo y jurídico para el desarrollo de la sociedad.
Hace pedidos de información y fiscaliza a los funcionarios de Gobierno. No utiliza al control político como una vergonzosa plataforma para hacer escándalos, para acosar ministros pretendiendo hacerle daño al Gobierno, no hace shows, ni lo utiliza para intereses particulares de ellos y/o sus líderes.
Trabaja en su provincia generalmente los fines de semana.
Vota primero y principal de acuerdo a su consciencia, a su honestidad intelectual y no por un dedazo o viserazo de alguien que defiende sus espacios de poder, negocia en la sombra o busca ver su beneficio propio.
Finalmente, y, aunque suene de Perogrullo, un asambleísta que vale la pena, NO ROBA, no vende sus votos, no diezma a sus colaboradores y ¡no gestiona cargos públicos!
¿Cuántos así conoces? Yo conozco algunos que lastimosamente ya no están. Lo que hemos visto esta semana de los actuales es un poco menos que bochornoso.
Se acercan las elecciones de 2025, espero que esto te sirva como una especie de matriz por los cuales pases a los candidatos al primer poder del Estado y, luego sí, decidas tu voto en libertad.