Alejandro Zavala

No a todos les afecta igual una crisis en un país de 17 millones de personas. A unos les afectará en la parte económica, a otros en la salud mental, a otros en su trabajo.

El cóctel letal que tiene a Quito sumida en el abandono, la miseria y el caos tiene solo dos ingredientes: carga absurda de normativa y burocracia excesiva.

En Cuenca se da un valor importante a la cultura y a la educación. Sus universidades arrojan al Ecuador intelectuales y pensadores en varios ámbitos con inusitada frecuencia.

Salvo por el período 2013-2017 cuando no existía fiscalización alguna, los juicios políticos han sido una constante en el resto de etapas que ha transcurrido el Legislativo.

Uno de los objetivos de la gestión de una crisis es permitir que la marca, la corporación o el Gobierno se mantengan a flote y no tengan que cerrar sus puertas. Así de serio.

Si alguien se opone a la lucha contra el narcotráfico, hay dos opciones: o es un zurdo o un facho carcomido por sus sesgos, o está cómodo conviviendo con el narco que termina siendo su socio.

Mucho me temo que la agenda que maneje Viviana Veloz sea más bien enteramente política que la que están obligados por el mandato que el pueblo les dio a través del voto.

No puedo creer realmente que a este país solo le una la tragedia. Tenemos enemigos que nos deberían unir todos los días a todos los actores. Hagámonos cargo.

No es cuestión de vaciar de contenido las redes, de hacer el payaso, de pensar que el elector es homogéneo y poco reflexivo. Hay un proceso de razonamiento detrás.

Un asambleísta que vale la pena, NO ROBA, no vende sus votos, no diezma a sus colaboradores y ¡no gestiona cargos públicos!