Vacunas contra el Covid-19 para niños pequeños, ¿por qué demoran tanto?
En países ricos y emergentes, las personas ya pueden acceder a la vacuna, excepto los niños menores de tres años. Estas son las razones de por qué esta dosis sigue en espera.
Una dosis de la vacuna de Moderna, farmacéutica que ha pedido la autorización para inmunizar a niños menores de tres años contra el Covid-19, el 28 de abril de 2022.
Reuters
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Los niños menores de tres años no pueden ser tratados simplemente como “pequeños adultos”. A esta conclusión ha llegado la FDA sobre los permisos de emergencia que han solicitado Pfizer o Moderna sobre su vacuna contra el Covid-19.
Según la Agencia de Medicamentos de Estados Unidos, una vacuna efectiva para los niños menores de tres años no se reduce a aplicar una dosis menor, sino que requiere de estudios concluyentes.
Pero, estos estudios aún no llegan, "pensamos que tenemos mucho sobre el SARS-CoV-2, y no es así. Si algo no ha enseñado este virus es que sigue cambiado con el tiempo”, dice el profesor Gabriel Trueba, director del Instituto de Microbiología de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ).
Trueba, quien junto a su equipo ha secuenciado el virus o le ha seguido la pista en Ecuador, explica por qué la vacuna para los más pequeños sigue pendiente.
La eficacia sigue siendo mínima
Un estudio de BioNTech-Pfizer, publicado en febrero de 2022, sugiere que la vacuna provee casi cero protección contra el virus, en niños de cinco a 11 años.
El estudio fue conducido entre diciembre de 2021 y finales de 2022, cuando la variante ómicron dominó la pandemia. Incluso encontraron que la protección bajó del 68% al 12% en adolescentes al cabo de un tiempo.
Y en niños menores de tres años, la eficacia de la vacuna es aún menor, de allí que la FDA no la aprueba.
Por ello, el profesor Trueba señala que se necesitan más ensayos clínicos para demostrar que la vacuna brinda una protección en los pequeños. El problema surge porque ellos muestran poco o casi ningún síntoma, “los niños son de por sí resistentes al virus”.
A esto se suma, según Trueba, que la variante ómicron es menos virulenta y eso ha tornado complicado evaluar la vacuna en niños.
Dudas sobre la inmunidad en niños
Tras dos años de pandemia, persisten varias incertidumbres sobre el virus, agrega Trueba. Y una incógnita es por qué los niños pequeños no sufren un cuadro grave por Covid-19.
“No se sabe exactamente la razón, pero creemos que es porque tienen menor capacidad de inflamación”, señala el profesor.
En los adultos, el contagio se agrava cuando se produce un cuadro inflamatorio severo y esto ocurre porque la respuesta inmune del adulto es más robusta.
Pero los niños, al no tener un sistema totalmente desarrollado tienen cierta protección frente al virus, y esto no permite que sufran cuadros clínicos graves.
¿Realmente necesitan una vacuna?
Pese a que se han relajado las restricciones y uso de mascarillas en gran parte de Europa y Estados Unidos, donde casi ocho de 10 personas ha pasado por el Covid-19, el investigador Trueba sostiene que no se debe bajar la guardia.
“No podemos parar por una sencilla razón, no sabemos si aparecerá una nueva variante más agresiva. Hay que conseguir una vacuna más eficaz para los niños más pequeños”, asegura Trueba.
Según el profesor, la comunidad científica haría mal en pensar que la pandemia se ha acabado y dejar por fuera de la inmunización a los más pequeños.
Dice además que si la pandemia se convierte en endemia, probablemente los niños necesitarán una vacuna contra el Covid-19 como parte de su cuadro básico de inmunización. Aunque esto dependerá de cómo evolucione el virus.
Hasta el 5 de abril, según el portal Our World in Data, se han aplicado 11,6 mil millones de dosis de la vacuna contra el Covid-19. Y la aceptación de la vacuna entre padres con hijos entre cinco a 11 años es baja en comparación al total de adultos, solo el 17% de niños está vacunado.
Mientras que en Ecuador, el 68% de niños en ese mismo rango de edad se ha vacunado; y el 78,9% de la población adulta ha recibido las dos dosis.
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