Trasplantes de animales a humanos, un avance científico aún lejano
Los trasplantes de órganos de cerdo modificados genéticamente a humanos generaron un dilema ético sobre la práctica conocida como xenotrasplante, que se estudia desde hace décadas.
Fotografía cedida por el hospital NYU Langone Health, donde aparece el equipo quirúrgico mientras realiza el primer xenotrasplante de un riñón de cerdo modificado genéticamente a un ser humano, el 20 de enero de 2022.
EFE
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Su nombre científico es xenotrasplante, y según la Organización Mundial de la Salud (OMS) se trata de la implantación de órganos, células vivas y tejidos animales en seres humanos.
La técnica ha sido estudiada por más de tres décadas y por fin en enero de 2022, médicos de Estados Unidos lograron trasplantar un corazón de cerdo a un paciente de 57 años, y riñones (también de origen porcino) a un paciente con muerte cerebral.
"La idea surgió hace más de 30 años como una estrategia para paliar las reducidas tasas de donación de órganos", explica Lluís Montoliu, investigador del Centro Nacional de Biotecnología de España (CNB-CSIC), en entrevista con Agencia Sinc.
Pero el médico cirujano y docente de la Universidad UTE, Henry Gaibor, señala que si bien se dio un primer paso, aún falta por investigar a fondo este tipo de trasplantes.
"Es una gran noticia, pero los xenotrasplantes no se darán para mañana. Pasarán años para que esta técnica se pueda aplicar abiertamente", dice.
Según Gaibor, no solo se trata de realizar la operación, se requieren de seguimientos, recetar fármacos e inmunosupresores para evitar un posible rechazo al órgano trasplantado.
El dilema ético de estos trasplantes
En un mundo donde la donación y escasez de órganos son problemas serios de salud, los xenotrasplantes aparecen como una alternativa viable.
Pero la intervención abre el dilema ético sobre el uso de cerdos y su reproducción para la medicina. Además, los investigadores que lograron el primer trasplante proponen que estos órganos se "puedan comercializar casi como un medicamento".
Esto alarmó a la comunidad científica puesto que quienes tengan dinero podrán acceder a los órganos porcinos, y otras personas quedarán en lista de espera.
Por ello, según el médico ecuatoriano Gaibor, lo principal es concienciar a la ciudadanía sobre la cultura de donación de órganos.
Cerdo con alteraciones genéticas
Gaibor, docente de la Universidad UTE, dice que "los cerdos anatómicamente tienen muchas similitudes con el ser humano y pueden ser criados en granjas".
Precisa que aunque genéticamente los primates son más parecidos al ser humano que los cerdos, la cría de primates es mucho más difícil, costosa y requiere mucho más tiempo.
Por su parte, Enrique Ortíz, cirujano y docente de la Universidad de las Américas (UDLA), señala que en esencia es posible sustituir un corazón humano por uno sano de un cerdo transgénico.
Dice que se trata de dos órganos parecidos, aunque guardan sus diferencias.
Montoliu añade que "los cirujanos solventaron estas pequeñas diferencias anatómicas para conectar venas, arterias y nervios del corazón porcino en el tórax del paciente".
Además, el corazón usado en el primer xenotrasplante deriva de un cerdo con múltiples modificaciones genéticas.
Los científicos incluyeron hasta 10 alteraciones genéticas en este animal para impedir o limitar el rechazo del órgano animal trasplantado que se produciría sin ellas.
En el caso particular del cerdo usado como donador coinciden cuatro genes porcinos inactivados y seis genes humanos añadidos a su genoma.
De esta manera las células porcinas se parecen más a las humanas y el sistema inmunitario las acepta como propias y no las rechaza de forma inmediata.
Riñones modificados genéticamente
Al igual que el corazón, los riñones de cerdo trasplantados contaron con 10 modificaciones genéticas.
Antes de la operación, el receptor y el animal donante se sometieron a una prueba de compatibilidad de tejidos. Los riñones de cerdo se colocaron en las ubicaciones anatómicas exactas utilizadas para los riñones de los donantes humanos, con las mismas uniones a la arteria renal, vena renal y el uréter que transporta la orina del riñón a la vejiga.
"Los riñones trasplantados filtraron sangre, produjeron orina y lo más importante no fueron rechazados inmediatamente", aseguran los investigadores que condujeron la operación. Explican también que los órganos siguieron siendo viables hasta el final del experimento, 74 horas después del trasplante.
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