Redes sociales: cuando la felicidad de un adolescente depende de un 'like'
Un estudio, con más de 17.000 voluntarios de 10 a 21 años, determinó que hay dos momentos en que los adolescentes son más vulnerables a las redes sociales.
Vista frontal de una tienda de aplicaciones con la plataforma de Facebook.
Reuters
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Cuanto más tiempo pasan las adolescentes, entre 11 y 13 años, en las redes sociales, menos probabilidades tienen de ser felices con sus vidas en los años siguientes, sugiere un nuevo estudio publicado en marzo de 2022.
El reporte, expuesto en la revista científica Nature Communications, señala que ese mismo nivel de insatisfacción por la vida ocurre en los varones a una edad más tardía, entre 14 y 15 años.
Mientras que para ambos sexos, el nivel de infelicidad máximo ocurre a los 18 y 19 años.
Se trata del primer artículo científico sobre el impacto negativo y 'bullying' que sufren los jóvenes a temprana edad, tras un uso prolongado de las redes sociales. Y el primero que describe las edades en que los jóvenes son más vulnerables.
Según el estudio, las percepciones sobre el cuerpo, autoestima y desempeño social cambian en los adolescentes cuando se comparan con otros en Facebook, TikTok e Instagram.
Esta última app estuvo envuelta en un escándalo en 2021 cuando un informe interno del propio Facebook, dueña de la app, señalaba que la red social era ‘tóxica’ para los jóvenes.
Las redes y el cerebro
Los autores del nuevo estudio sugieren que la vulnerabilidad a las redes sociales a una edad en particular se relaciona con “el desarrollo del cerebro, el cambio hormonal y las transformaciones que sufre el adolescente en esta etapa de la vida”.
“Estos cambios en el cuerpo durante la pubertad, y las circunstancias en las que aparecen, hacen que los jóvenes sean más vulnerables a cierta edad”, señala la investigadora principal del estudio, Amy Orben de la Universidad de Cambridge.
Además de Cambridge, en el estudio intervinieron la Universidad de Oxford, y el Instituto británico Donders del Cerebro y Comportamiento.
Según Orben, la importancia del estudio es que los padres, educadores y psicólogos tienen una edad aproximada de mayor riesgo para los adolescentes.
“Nos podemos centrar en esas edades y explorar lo que ven a través de preguntas concretas”, añade.
Más y mejor data
La docente y psicóloga Andrea Jaramillo señala que el estudio refleja la complejidad de la pubertad y sus cambios. “Es una etapa que no debe ser pasada por alto por los padres”.
Según ella, el reporte ayuda a dejar atrás la dicotomía de si las redes son “malas o buenas. Simplemente, son de cuidado y hay que prestar atención a lo que ven nuestros hijos”.
Jaramillo confiesa sentirse preocupada porque el estudio revela que las niñas están expuestas a una edad muy temprana a las redes, desde los 11 años.
“Vemos que la prohibición de que solo los mayores de 13 años tengan acceso a estas apps no se cumple”, agrega.
Finalmente, los investigadores aclaran que se necesitan más estudios para entender los cambios e impactos de las redes sociales en los seres humanos.
“La cantidad real del tiempo en que pasan conectados los jóvenes es una especie de ‘caja negra’ para los científicos y padres”, dice Andrew Przybulski, director del Instituto de Internet de Oxford, universidad participante del estudio.
Por ello, piden que las compañías dueñas de las apps compartan más y mejor data con la ciencia. “No es solo si las redes son malas o no, se trata de saber qué hacen los jóvenes allí, por qué las usan y cómo se sienten luego”.
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