Estos son los peligros para el corazón de 'vapear' cigarrillos electrónicos
En 2016, cuando invadieron el mercado, los cigarrillos electrónicos se vendieron como la alternativa ‘saludable’ para dejar de fumar, pero ocurrió todo lo contrario.
Un joven 'vapeando' un cigarrillo electrónico, afuera de un edificio en China, el 29 de abril de 2022.
Reuters
Autor:
Actualizada:
Compartir:
Dos nuevos estudios revelan los efectos de ‘vapear’ cigarrillos electrónicos para los vasos sanguíneos y la salud del corazón en general.
Los informes fueron publicados en octubre de 2022 en la revista “Arteriosclerosis, Trombosis y Biología Vascular”, y concluyeron que las consecuencias para la salud de estos cigarros habían sido subestimadas hasta ahora por la ciencia.
Según los informes, los peligros del ‘vapeo’ o vaping en inglés se deben a la inhalación de las sustancias o químicos presentes en los cigarrillos electrónicos.
“Miles de químicos han sido identificados en los cigarros, algunos de ellos también están presentes en los cigarrillos electrónicos, ya sea como un ingrediente tradicional o como una reacción química cuando se calienta el dispositivo usado”, explica el cardiólogo Matthew L. Springer.
Una bomba al corazón
Según Springer, investigador de la Universidad de San Francisco y quien lideró ambos estudios, los componentes de los cigarrillos electrónicos interfieren en la función regular de los vasos sanguíneos.
Es decir, cuando una persona ‘vapea’ entra menor cantidad de oxígeno al corazón y a los pulmones. Y ambos órganos no están diseñados para funcionar con el desafío de la falta de aire puro y eventualmente fallan.
Si bien muchos de los cigarrillos electrónicos no contienen nicotina, a menos que el cliente o el fabricante la pongan, poseen otros materiales tóxicos.
Algunos de estos químicos se usan en la industria para fabricar pesticidas, cosméticos y hasta lubricantes de autos. Otros son colorantes y saborizantes industriales, que incluso sirven para dar ‘color’ a la mantequilla o las palomitas de maíz del cine.
Pero el problema, según los estudios, es que son químicos hechos para ingerir en pequeñas dosis y no para ‘inhalar’ de forma constante y en exceso.
Uno de los estudios, hecho por Springer, fue hecho en ratas. Los animales fueron expuestos al humo del cigarrillo tradicional y del electrónico.
Para sorpresa de los investigadores, “los gases y las nanopartículas inhaladas tuvieron el mismo efecto en las ratas de ambos grupos, aún cuando los tabacos electrónicos no contienen nicotina”.
Mientras que el segundo estudio fue conducido en 120 adultos y nuevamente terminó con la conclusión de que el humo o vapor que emanan estos cigarrillos está relacionado con problemas cardiovasculares.
Una advertencia no tan nueva
En septiembre de 2019, tres años después del ‘boom’ de los cigarrillos electrónicos, surgió la primera alerta sobre estos dispositivos.
Un estudio publicado en la revista JAMA Internal Medicine identificó que estos cigarros contenían un elemento cancerígeno llamado pulegona. Se la encontró en extractos de aceite de menta, e incluso ha sido vetada ya por la FDA de Estados Unidos.
A raíz de esta y otras advertencias científicas posteriores, la FDA decidió prohibir la comercialización de ‘e-cigarettes’ con sabores o que promocionan ‘olores’ a hierbas y aceites.
Fue un intento por desincentivar su uso entre adolescentes y personas que trataban de buscar algo ‘seguro’ para dejar de fumar tabaco. En el camino, cientos de personas desarrollaron enfermedades pulmonares, ligadas a estos productos.
Mientras que en 2021, por primera vez la Organización Mundial de la Salud (OMS) incluyó a los cigarrillos electrónicos en su informe sobre la lucha contra el tabaquismo.
La OMS los calificó como sistemas electrónicos de administración de nicotina, muchas veces disfrazados mediante “aromas atractivos y afirmaciones engañosas”.
Según la entidad, es urgente que “los gobiernos pongan en marcha reglamentaciones para evitar que los no fumadores empiecen a consumir tales productos”.
En la actualidad, solo 79 países tienen reglas sobre estos productos, como exigir advertencias de uso en el empaque.
Además, la OMS advierte que un peligro letal de estos cigarrillos es que pueden ser modificados en casa por el usuario.
“Se trata de productos que evolucionan rápidamente y cualquier puede cambiar la concentración de nicotina”, alerta la organización.
Padres y colegios preocupados
En Ecuador, desde 2011 la Ley Orgánica para la Regulación y Control del Tabaco también aplica a cigarrillos electrónicos. Es decir, está prohibida su venta a menores de 18 años.
Pero la ley no siempre se aplica y es común la promoción de estos productos en los centros comerciales, bares, restaurantes y tiendas online.
Al menos cinco colegios privados de Guayaquil han enviado comunicaciones de advertencias a los padres de familia en 2022, indicando que el “hábito del ‘vaping’ es tan o más nocivo que el cigarrillo”.
“Afecta el desarrollo cerebral en los adolescentes, la memoria, la concentración, el aprendizaje, el autocontrol, la atención y el estado de ánimo, y pueden causar dependencia psicológica”, dice uno de los comunicados enviados.
Compartir: