Castillo: Es un momento motivante e inspirador para las mujeres en la ciencia
En entrevista con PRIMICIAS, Patricia Castillo, nueva integrante de la directiva de OWSD, habla sobre el rol de la mujer y la ciencia en la región.
Patricia Castillo, miembro de la Organización para las Mujeres en Ciencia para el Mundo en Desarrollo de la Unesco.
Patricia Castillo
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Patricia Castillo Briceño fue elegida esta semana como miembro regional para Latinoamérica y el Caribe de la Organización para las Mujeres en Ciencia para el Mundo en Desarrollo de la Unesco (OWSD, por sus siglas en inglés).
La OWSD es una organización que promueve dos ejes:
- El desarrollo a través de las ciencias sin perder de vista que, para llevar a cabo eso, se necesita de equidad.
- La visibilización y la promoción de oportunidades para que las niñas y jóvenes se motiven a estudiar las carreras relacionadas con las ciencias.
Para ser elegida como un miembro de la directiva, las postulantes deben demostrar su trabajo en actividades para promover la equidad y participación de las mujeres en ciencias.
Castillo es bióloga marina con experiencia en acuacultura y biomedicina. Además, es docente investigadora de la universidad Laica Eloy Alfaro, en Manabí.
Está desarrollando un estudio sobre cómo las condiciones de cambio climático afectan la fisiología de los animales acuáticos, específicamente a las especies nativas del país.
Pero, también es miembro fundadora de la Red ecuatoriana de mujeres científicas y trabajó para la aprobación del capítulo Ecuador de la OWSD.
Explica que su trabajo dentro de la organización será "revisar los lineamientos en cuanto a actividades prioritarias", por ejemplo, por ejemplo, referentes a las ofertas de becas y ayudas para investigación; y analizar las prioridades de los países bajo un marco de cooperación, para temas de interés común en ciencias.
En entrevista con PRIMICIAS, Castillo habla sobre su vida como científica y las oportunidades de las mujeres en la ciencia.
¿Cómo surgió su interés por la ciencia y en especial por la biología marina?
Mi familiaridad con la ciencia empezó desde muy pequeña. Tuve la oportunidad de estar en edad escolar mientras mi mamá estudiaba la universidad, ella es bioquímica farmacéutica.
En muchas ocasiones fui con ella a la universidad y puede conocer los equipos, visitar laboratorios desde los seis o siete años. Para que me distraiga me dejaban viendo muestras en el microscopio.
En el colegio vi un documental sobre Dian Fossey y después tuve la oportunidad de leer el libro Gorilas en la niebla y fue inspirador desde varios ángulos.
El primero, por la belleza del trabajo en medio de la selva. Y, el segundo por la valentía de Fossey por trabajar en una época donde existían diferencias de equidad.
Sin embargo, la curiosidad por la biología marina llegó cuando fui a vivir a Manta. Fue la fascinación de no ver el mar como un sitio de vacaciones, sino comprender la inmensidad que tiene, esa fuerza y también saber manejar el respeto por la naturaleza.
El apoyo del entorno familiar para estudiar una carrera STEM es importante ¿cómo fue su caso?
El apoyo es clave, tanto para hombres como para mujeres. En mi época estas carreras no eran percibidas como una elección obvia para mujeres, eran vistas para hombres por los requerimientos físicos, que ahora sé son manejables sin problema para las mujeres.
Mi madre ha sido un gran soporte, no solo por su propia trayectoria dentro de su formación en el área de ciencias, sino también por apoyar mi formación.
Pero, eso viene desde mi abuela. En mi familia siempre ha existido la visión de que la educación es sumamente importante, que es algo indispensable para poder desarrollarse como persona.
¿Su abuela y su madre fueron su ejemplo?
Lo principal fue tener a mi abuela y a mi madre como inspiración. Ambas rompieron los roles de lo que se esperaba en sus respectivas generaciones para hacer carrera y dedicarse, incluso, a trabajar dentro de la industria de las ciencias.
Cuando he colaborado en iniciativas de grupos para promover la equidad, la motivación es sentir que el trabajo en conjunto tiene un impacto fuerte en la sociedad.
Del otro lado ¿en su formación como científica cuáles han sido los obstáculos que encontró?
Durante mi carrera el país vivió varios eventos naturales. Entre 1997 y 1998, el Fenómeno del Niño fue muy fuerte, tenía que hacer trasbordo para llegar a clases. Bahía de Caráquez quedó inundada.
En 1999 hubo un terremoto y no pudimos continuar las clases en el campus, tuvimos que ir a otra ciudad. Una gran cantidad de compañeros se retiraron, de los 21 que empezamos solo dos nos titulamos, una compañera y yo.
De alguna manera, las mujeres estamos entrenadas para levantar obstáculos y desafíos. Y, si bien es más desgastante y necesitas más energía se vuelve una forma de fortaleza.
Sobre la brecha de género hubo varias situaciones. Un ejemplo, cuando hubo un incendio alrededor del campus nos dijeron que solo pasemos el agua a los hombres que estaban sofocando el fuego. Aunque yo sí estaba ayudando a sofocar el incendio.
¿Qué aspectos positivos puede destacar del mundo de la ciencia y las mujeres?
Es un momento motivante e inspirador. Tenemos una participación importante de mujeres en todas las áreas.
Hay que rescatar la necesidad de trabajar, que no sea solo la visibilización de quienes ya estamos, sino tomar los espacios y usar nuestras voces para abrir el camino para las jóvenes.
Cada vez se promueve más la cultura de sororidad entre nosotras.
¿Cómo analiza la equidad en Ecuador y la región?
Ecuador está en el promedio de América Latina en términos de equidad, lo que no es precisamente alentador.
Sin embargo, hay dos ejes que se deben analizar. El primero, son los datos numéricos, es el dato crudo de cuántas mujeres y cuántos hombres. En esos términos América Latina está en 30%, algunos países llegan a 45% e incluso a 50% y eso es lo que estamos buscando.
Y, el segundo punto es cuando analizamos ya no solo los números, sino también la presencia de mujeres en cargos de toma de decisión. En ese sentido aún hay bastante por trabajar.
¿Por qué se da la brecha?
Son varios factores. Uno de los principales es nuestra propia estructura social: tenemos una sociedad inequitativa no solo en género, también en interseccionalidades étnicas y de diversidad.
Y también está la parte de edad, muchas mujeres se hacen cargo de los niños haciendo una pausa en su carrera para poder dedicar tiempo a su hogar. No es lo mismo hacer una pausa temporal de cinco o seis años a trabajar de corrido.
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