París actúa contra las patinetas eléctricas para poner orden en la "ley de la selva"
Scooter eléctricos
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No obstante, la popularidad de estos monopatines y la relativa falta de reglas sobre su uso llevó a París a imponer tardíamente restricciones y multas a los que manejen por la acera o a los que estacionen en portales, cruces y otros lugares transitados.
Después de dos muertes y muchos lesionados, los residentes se han vuelto cada vez más reacios a las patinetas, que se espera superen los 40.000 a fines de año.
Desde el 1 de julio de 2019 se impondrá una multa de USD 40 (35 euros) si se estaciona mal, mientras que los que sean sorprendidos manejando por la acera serán penalizados con USD 150. Además, se impuso un límite de velocidad de 20 kilómetros por hora en la capital.
La policía ha estado intensificando su labor incluso antes de la entrada en vigor de la legislación. Se han impuesto más de 1.000 multas y se han retenido cerca de 600 patinetas electrónicas, según las autoridades, y se ha puesto en marcha una nueva fuerza de vigilancia.
La alcaldesa de París, Anne Hidalgo, describió los 'scooters' como "anárquicos", mientras que la ministra de Transportes, Elisabeth Borne, dijo al diario Le Parisien que la ciudad está sumida en la "ley de la selva".
Para regular el número de monopatines, el ayuntamiento fijó una tasa de 50 euros (USD 57) por vehículo para las 499 primeras unidades, cifra que asciende a 65 (USD 74) euros para las compañías con más de 3.000. Entre los principales operadores destacan Lime, Bird y Jump, propiedad de Uber.
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