Pandemia de desinformación, otro mal que se propaga en el mundo
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Una turista lleva una máscara de protección mientras utiliza su teléfono en el aeropuerto de Roma, en Italia.
EFE
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Desde la aparición del nuevo coronavirus las noticias falsas, los bulos y la desinformación se han propagado más rápido que la misma enfermedad.
Según el informe de la Universidad de Oxford, que analizó 225 piezas informativas falsas, existen cinco factores en relación a la Covid-19 y las fake news.
1. Fact-checkers
Los fact-checkers se convirtieron en entes que han contribuido en desmentir la información falsa.
Según el estudio, los verificadores de hechos independientes se han movido rápidamente para responder a la creciente cantidad de información errónea en torno a la Covid-19.
El informe añade que el número de verificaciones de datos en inglés aumentó más del 900% de enero a marzo de 2020. No se muestran datos en español.
Sin embargo, el estudio señala que la cantidad de noticias y artículos falsos sobrepasan la capacidad de los verificadores, ya que la información errónea sobre el coronavirus sigue creciendo.
2. Información a medias
El 59% de información falsa analizada cuenta con datos verdaderos, pero sacados de contexto. A este porcentaje de noticias se las considera recontextualizada y la mayoría responde a intereses políticos o comerciales.
Por su parte, el 38% de noticias falsas fueron completamente fabricadas, sin ningún sustento de datos.
3. Políticos, famosos y figuras públicas
El estudio muestra que la información errónea divulgada por los políticos, las celebridades y otras figuras públicas representaron el 20%.
Pero la repercusión de sus mensajes en redes sociales es del 69%, debido a la relevancia de estos personajes.
Si bien la mayoría de la información falsa en las redes sociales provino de personas comunes, estas publicaciones parecían generar menos repercusión e interacción.
4. Categorías erróneas
Las fake news sobre las acciones de las autoridades públicas, incluidos los organismos gubernamentales e internacionales como la OMS o la ONU, son la categoría más amplia, con en el 39% de la muestra.
Otra de las categorías que refleja una cifra alta es la de medicina, con 24%. Esta concentra desinformación sobre supuestos tratamientos y la presunta existencia de vacunas.
5. Redes sociales y desinformación
Las diferentes redes sociales han planteado una estrategia ante la mayoría de las publicaciones que han sido calificadas como falsas. Las plataformas las han dado de baja o han enviado una advertencia a los usuarios que las publican.
Sin embargo, hay una variación significativa de una compañía a otra. En Twitter, el 59% de las publicaciones reportadas permanecen activas. En YouTube, el 27% está activo, mientras que en Facebook, el 24% del contenido con estas características sigue en línea.
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