Meraxes gigas, el nuevo dinosaurio gigante de diminutos brazos
Arqueólogos argentinos descubrieron una nueva especie de dinosaurio en la Patagonia. Se parece mucho al Tyrannosaurus rex, y fue bautizado en honor al autor de “Juego de Tronos”.
Una ilustración muestra a la nueva especie de dinosaurio, Meraxes gigas, 7 de julio de 2022.
Reuters
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Brazos diminutos, cuatro toneladas de peso y gran carnívoro. Aunque pueda recordar al Tyrannosaurus rex, se trata de una nueva especie de dinosaurio encontrado en Argentina, el Meraxes gigas.
Hasta ahora, se ha hallado un solo ejemplar, pero muy completo y en muy buen estado de conservación, dijo Juan Ignacio Canale, del Museo Municipal Ernesto Bachmann en Villa El Chocón (Argentina).
Canale es el líder del equipo que hizo el hallazgo y que se publica en la revista científica Current Biology.
El cráneo está casi completo, aunque sin mandíbulas; hay diversas vértebras, entre ellas 15 articuladas de la cola; ambas caderas, la cintura pectoral y la pélvica. También se hallaron los brazos, que asombran porque son muy diminutos.
Los fósiles se hallaron en la Patagonia argentina en 2012 y dibujan el aspecto del Meraxes gigas, un dinosaurio del grupo de los carcarodontosáuridos.
Medía unos 11 metros de largo, pesaba más de cuatro toneladas, con dientes afilados y poderosas garras.
El misterio de los brazos tan pequeños
La especie Meraxes gigas desapareció hace unos 85 millones de años, a finales del Cretácico Superior, cuando se produjo un “pequeño evento de extinción no masiva”.
Aunque tenía unos brazos desproporcionadamente cortos, como el Tyrannosaurus Rex, “no hay una relación cercana de parentesco".
De hecho, el dinosaurio argentino se extinguió 20 millones de años antes de que T. Rex se convirtiera en especie y están muy alejados en el árbol evolutivo.
Canale apuntó como “llamativo” que tiranosauridos, carcarodontosáuridos y abelisauridos desarrollaran, de forma independiente, grandes tamaños corporales, “en algunos casos gigantescos”, pero brazos muy cortos y cabezas proporcionalmente muy grandes.
"No sabemos muy bien por qué se dio esta tendencia evolutiva”, aunque es probable que, en formas más primitivas, los brazos hubieran “cumplido un rol importante en la depredación”.
Pero con el tiempo estas funciones se realizaron con la cabeza.
Aunque los brazos fueran cortos, sus huesos eran muy robustos; además, la escápula y el punto de inserción muscular estaban muy desarrollados.
Eso significa que los brazos no se encogieron porque fueran inútiles, pero la cuestión más difícil es saber cuáles eran exactamente sus funciones.
El paleontólogo imagina que Meraxes gigas pudo haber sido tan fiero como se cree que pudo ser T. Rex. El depredador “top de su momento”, pero también “un carroñero si se presentaba la oportunidad”.
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