Mascarillas con válvula y visores son poco eficientes al momento de frenar el virus
El estudio realizado por la Universidad de Atlántica de Florida (Estados Unidos) demostró que las pantallas faciales y las mascarillas con válvula no son tan efectivas como se cree.
Hombre con mascarilla y visor en un supermercado de Quito, el 30 de abril de 2020.
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Las mascarillas, el distanciamiento social y el lavado frecuente de manos son los mecanismos más eficaces para combatir la propagación del coronavirus.
Sin embargo, existe una tendencia cada vez mayor a que las personas sustituyan los cubrebocas quirúrgicos o las mascarillas N95 por visores faciales de plástico transparente y mascarillas con válvulas de exhalación.
Estas últimas protegen a quien las utiliza, pero sí la persona está infectada no impiden la dispersión del virus.
Debido al incremento en el uso de estos implementos un equipo de investigadores de la Universidad Atlántica de Florida (Estados Unidos) impulsó un estudio para probar su efectividad.
Para las pruebas, los científicos usaron iluminación láser y una mezcla de agua destilada y glicerina, con el objetivo de generar una especie de niebla sintética que recrea las gotas en aerosol que una persona elimina al toser, estornudar o hablar.
El resultado de la investigación, publicado en la revista Physics of Fluids, demuestra que ni las pantallas faciales ni las mascarillas con válvula sirven para frenar la propagación del Sars-Cov-2.
Visores faciales
Si bien a los protectores faciales se les ha atribuido ventajas como la facilidad de limpieza, la desinfección y la reutilización a largo plazo, los científicos explican que los visores bloquean el movimiento inicial de las gotas al estornudar.
Pero esas gotas pueden moverse alrededor del visor con facilidad y extenderse por el aire.
Como se puede ver en la imagen, la visera inicialmente desvía las gotas expulsadas hacia abajo. Sin embargo, las gotitículas no caen al suelo, sino que permanecen suspendidas debajo y delante de la abertura inferior del visor.
El estudio señala que los protectores faciales no son recomendables, ya que no protegen a los portadores y tampoco a las personas que están alrededor.
La razón es simple, estos artefactos tienen aberturas en la parte inferior y en los costados.
Mascarillas con válvulas
La investigación explica que las mascarillas con válvula de exhalación (incluidas las n95) filtran las gotículas que expulsa quien la utiliza, lo que reduce significativamente su eficacia como medio de control.
Este tipo de cubrebocas incluyen una válvula unidireccional, que restringe el flujo de aire al inhalar, pero permite que el aire salga libremente.
Es decir, este tipo de mascarillas solo sirven para la persona que la usa, pero no protege a quienes la rodean.
La explicación según los investigadores es sencilla: el aire inhalado se filtra a través del material de la máscara. Sin embargo, el aire exhalado pasa a través de la válvula, y es ahí donde se puede dar un posible contagio.
La investigación asegura que las imágenes y videos del estudio indican que los protectores faciales y las mascarillas con válvulas de exhalación no son efectivos para controlar la propagación de Covid-19.
Además, señala que a pesar de que estos artículos brindan una mayor comodidad es preferible utilizar cubrebocas sin filtros, porque ofrecen protección tanto a su portador, como a quienes lo rodean, en caso de que él esté infectado.
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