Latinoamérica cruza fronteras con la revolución de sus primeros unicornios
La oficina de Rappi en Quito.
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"Durante el 2018 se generaron en Latinoamérica ocho nuevos unicornios. La potencialidad de mercado de este tipo de empresas está en plena expansión", dijo el director del Grupo Entorno Económico de la Universidad Ean en Colombia, Fabio Fernando Moscoso.
Según Moscoso, los países de la región ahora "tienen claro y priorizan la transformación digital de sus economías con el objeto de mejorar la producción, consumo, educación y salud".
La experta asociada en la Facultad de Administración de la Universidad de los Andes, Veneta Andonova, explicó que "las tecnolatinas tienen mayor probabilidad de aparecer en lugares donde hay mejores sistemas de educación".
"En Buenos Aires en particular hay un ecosistema de este tipo y este ha alentado la aparición de MercadoLibre y Despegar.com", explicó.
Andonova considera que el reto de los sistemas educativos en Latinoamérica es todavía muy grande, particularmente en las áreas relacionadas a ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas "cualquiera de estos lugares" puede convertirse en "hub" global para emprendimientos tecnológicos.
Las tecnolatinas en cifras
Con el propósito de identificar, sistematizar la información dispersa y presentar bajo un mismo concepto a estas empresas, Surfing Tsunamis y NXTP Labs publicaron en 2017 el "primer estudio que identifica a las empresas tecnológicas de América Latina" con el apoyo del Fondo Multilateral de Inversiones .
En el informe Tecnolatinas: América Latina en el tsunami de la tecnología, se identificaron más de 5.000 empresas privadas de base tecnológica nacidas en la región y que en mayoría son emprendimientos digitales con alcance internacional.
Se lograron identificar y mapear 123 tecnolatinas cuya valuación es superior a los USD 25 millones y que tienen un valor colectivo por encima de los USD 37.700 millones.
Asimismo, contabilizaron nueve unicornios que valen más de USD 1.000 millones de dólares: B2W, Crystal Lagoons, Despegar, Globant, Kio Networks, MercadoLibre, OLX, Softtek y Totvs.
No obstante, desde entonces ese número ha crecido en tanto que empresas como la colombiana de comercio electrónico Rappi o el banco digital brasileño Nubank alcanzaron ese valor de mercado y se sumaron al selecto grupo de los unicornios de Latinoamérica.
"La mayoría de las tecnolatinas son empresas jóvenes (69 % tienen menos de 10 años) y están dirigidas por jóvenes emprendedores.
Incubadoras, aceleradoras de negocios, ángeles inversores, entre otros actores del ecosistema están contribuyendo al surgimiento de la nueva generación de emprendimientos de alto impacto en Latinoamérica.
El portal de estadísticas alemán Statista calcula que en 2018 la inversión de capital de riesgo en nuevas empresas latinoamericanas ascendió a casi USD 1.980 millones, frente a los USD 1.140 millones de dólares del año anterior.
La "rappidización" de la economía
El gerente del Sector de Integración y Comercio del BID consideró que "la conectividad digital está impulsando el crecimiento de la región".
"Para competir en esta era las empresas tradicionales deben invertir en la aplicación de herramientas de la cuarta revolución industrial como 'big data', aprendizaje profundo, inteligencia artificial, 'blockchain', entre otras".
Así como se habló del proceso de la uberización de la economía para referirse al proceso de innovación global que hizo tambalear a los modelos tradicionales de negocio frente a la revolución de plataformas como Uber, en Latinoamérica puede realizarse la misma analogía con la "rappidización" o la "nubankización".
"Las tecnolatinas están planteando retos y preguntas para las cuales el resto del sistema económico y social no tiene respuesta o capacidad de reacción rápida. Este tipo de empresas necesitan infraestructura de telecomunicaciones o transporte que en muchos lugares simplemente no existe", comenta Andonova.
Según la académica, empresas como Rappi "son catalizadores de procesos sociales" y generan debates como "la discusión sobre el empleo informal" en países como Colombia, en donde "el empleo informal es de 50%, pero si uno separa los datos y mira solo el empleo rural, la cifra está cerca a 80%".
"Desde esta perspectiva surgen preguntas: ¿El empleo que Rappi hace posible es deseable? ¿Es digno? Estas cuestiones están en fase de debate pero las sociedades en la mayoría de los países en Latinoamérica todavía no tienen las respuestas", afirmó.
Andonova enfatiza que "las tecnolatinas siguen una lógica más propia de Silicon Valley y con seguridad no nacen con los mapas mentales de un trabajador social", en tanto que "son empresas tecnológicas cuyos inversionistas están detrás de la escalabilidad de su modelo de negocio".
Pero "por otro lado hay que ver que parte de la migración de venezolanos en toda Latinoamérica ha sido posible integrarla por medio de plataformas como Rappi para no llegar a tensiones insoportables y xenófobas por temas de 'dumping' laboral en empleos básicos".
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