Joven ecuatoriano reutiliza llantas para tratar las aguas residuales
Las aguas residuales, grises o negras, son un problema para los sectores rurales que carecen de alcantarillado. El quiteño Paúl Núñez cree tener la solución.
El ingeniero ambiental, Paúl Núñez, junto al prototipo del sistema para tratar aguas residuales.
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Luego de 'mochilear' por Sudamérica en 2019 y encontrar modelos similares para sanear las aguas residuales, Paúl Núñez, de 30 años, decidió crear su propio invento en Tumbaco (Quito).
El joven quiteño fundó la empresa Kpuli Voltando Terra junto a sus hermanos José y Cristina, al pie de un árbol de capulí, en plena pandemia.
Con esta empresa bajo el brazo comenzaron a crear bioplaguicidas y otros productos sostenibles, que según dice, “buscan enfrentar el cambio climático y sembrar conciencia”.
Pero Núñez apunta más alto, y por ello inventó un prototipo de saneamiento de aguas grises y negras, que reutiliza neumáticos viejos o usados.
Las aguas grises son aquellas que se desprenden de los lavamanos, la ducha o las lavadoras de ropa, y tiene una alta carga de químicos debido a los detergentes y otros productos de higiene.
Mientras que las negras son las aguas con carga biológica, provenientes del inodoro. Si esta carga biológica no es retirada, se puede mezclar con las fuentes hídricas y acabando en el agua contaminada que toma un hogar.
Cómo funciona el sistema
El desarrollo de Núñez participó en el concurso propuesto por Seginus, una red que impulsa el reciclaje de neumáticos en el país y que premió por primera vez a los proyectos ambientales más innovadores.
Núñez obtuvo el segundo lugar, y recibió no solo USD 10.000 para la puesta en marcha del invento, sino también capacitación y asesoría.
Según explica este joven ingeniero ambiental, el sistema funciona así:
- Los neumáticos en desuso se ‘siembran’ o colocan en un terreno junto a la vivienda sin alcantarillado o sistema de saneamiento.
- Estas llantas actúan como una cámara de almacenamiento para las aguas residuales, es decir, las receptan.
- Sobre estos neumáticos se coloca una capa de biofiltros que tratará el agua, a través de un proceso aeróbico, y transformará los contaminantes en nutrientes.
- Luego estos nutrientes darán paso al crecimiento de cultivos, sembrados en este terreno.
Primera implementación
Este nuevo sistema de saneamiento permite tratar hasta 10 litros de agua residual, es decir, la carga que emite un hogar con 10 personas.
Tiene un costo inicial de USD 2.300 por instalación, pero Núñez asegura que es posible reducir el precio a través de convenios con la empresa privada o instituciones públicas, que pueden proveer los materiales.
Desde este 20 de febrero, Núñez arrancará con la primera implementación del sistema en la zona rural de Tumbaco, y empezará con cinco casas.
“El sistema tiene una vida útil de 25 a 30 años, y tiene la capacidad de transformar estas aguas residuales en zonas de riego”, señala el joven inventor.
La investigación del funcionamiento del sistema estará a cargo de John Ayal, quien también está involucrado en el proyecto.
La intención de Núñez es aplicar el sistema primero en zonas rurales como las de Tumbaco, donde apenas el 3% de las aguas residuales se trata.
Incluso Quito tiene un problema de saneamiento, puesto que solo logra tratar el 3,5% de sus aguas contaminadas. El resto va a las quebradas y ríos de Pichincha.
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