La intensidad y efectos de El Niño aún son desconocidos
La ONU dice que el fenómeno de El Niño empujará al mundo a una ola de calor extremo, pero ¿cuán caliente será realmente el planeta?
Personas y canes son rescatados en el cantón de Santa Rosa, El Oro, durante las últimas lluvias de marzo de 2023.
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Aún no está claro cuán grave será el fenómeno de El Niño, pero sin mayores dudas, los científicos dicen que se habrá gestado por completo en agosto de 2023.
Y a Ecuador, llegará entre noviembre y diciembre, según el profesor investigador de la Escuela Politécnica del Litoral (ESPOL), Franklin Ormaza.
¿Cuán intenso será y cuáles serán sus efectos? “Nadie lo sabe, por algo lo llamamos fenómeno”, explica el oceanógrafo Ormaza.
Para la Organización Meteorológica Mundial (OMM), lo más probable es que El Niño empuje la temperatura mundial a “límites desconocidos”, y por al menos los cinco próximos años.
Pero el profesor Ormaza es escéptico al respecto, e incluso señala que para la ciencia predecir las condiciones meteorológicas en cinco años es casi imposible.
Lo que sí está claro para los científicos es que El Niño llegará en el peor momento del calentamiento global, con unos océanos ya calientes y contaminados, y con tres años de olas de calor récord en el mundo.
¿Calor inesperado?
"Hay un 98% de probabilidades de que al menos uno de los próximos cinco años, y el quinquenio en su conjunto, sea el más caluroso jamás registrado", dijo a mediados de mayo, la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
Y esto no es todo: la OMM estima que la temperatura promedio anual de la Tierra estará por encima de los 1,5 grados centígrados a los niveles preindustriales.
Según el secretario de la organización, Petteri Taalas, se está enviando la alerta, porque una vez cruzado el umbral, los episodios de calor extremo serán más frecuentes.
El profesor Ormaza de la ESPOL pide diferenciar estos episodios de altas temperaturas, porque explica que la ola de calor se genera a 8.000 kilómetros de las costas del Pacífico.
“Es allí donde habrá picos de calor, pero sería arriesgado decir que subirá la temperatura en todo el mundo”, dice Ormaza.
Aunque destaca que luego de un fenómeno como El Niño, el planeta ya ha evidenciado olas de calor extremo.
Una vez transcurrido el evento, el calor se disipa en meses o un año.
Hasta la fecha, el año más caliente fue el de 2016, que le sucedió a un evento del Niño fuerte.
Los efectos en los humanos
Si bien no es posible predecir si el Niño de 2023 será débil o intenso, el profesor Ormaza tiene claro que habrá impactos para Ecuador.
“El incremento de 1 o 2 grados en la temperatura tendrá su efecto, porque acabamos de pasar un invierno no tan fuerte y tuvimos problemas”, dice el investigador.
"Aunque sea un Niño débil o moderado, hará pedazos a Ecuador".
Franklin Ormaza, profesor investigador de la ESPOL.
Además, para los seres humanos, las olas de calor suponen enfermedades asociadas al invierno, especialmente en países pobres y con mala calidad de servicios básicos.
Cuando hay calor, proliferan los mosquitos, causantes del dengue, Zika o chikunguña.
Las altas temperaturas también son un factor de riesgo para adultos mayores, cuyo metabolismo se ralentiza y se deshidrata con mayor facilidad.
El peligro para los corales
El Niño es como un poderoso motor que calienta el océano, y las aguas calientes son malas noticias para los arrecifes de coral.
Cuando sube la temperatura, los corales se estresan y expulsan a las algas que viven en su interior, y que les proveen de color y de energía.
Esto causa un fenómeno conocido como el blanqueamiento de los corales, que los pone en riesgo de morir.
Durante el Niño de 1982, los corales de las islas Galápagos ya sufrieron con las altas temperaturas.
“La onda de calor tiene profundidades de 100 metros y nuestros corales está a 30 o 40 metros en el mar”, explica Ormaza de la ESPOL.
Además, no solo los corales de Galápagos sentirán un evento de magnitud de El Niño, sino que habría afectaciones en las reservas marinas El Pelado y la Isla de la Plata, en Manabí.
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