América Latina se prepara para un fenómeno de La Niña de "intensidad moderada"
Los efectos climáticos de La Niña van desde sequías e inundaciones hasta lluvias intensas y huracanes. En Ecuador, el fenómeno se ha presentado antes con el aumento de caudal de ríos.
El lago Little Washoe, Nevada-Estados Unidos, se está secando. A medida que la sequía continúa en la costa oeste, los niveles de los lagos bajan y ya no son capaces de sostener a los peces.
Reuters
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La Niña es un fenómeno atmosférico oceánico natural, y que presenta temperaturas de la superficie del mar más frías que el promedio en el Océano Pacífico.
Según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA) el fenómeno se está aproximando y sus efectos se sentirán por varios meses.
"Las condiciones de La Niña se han desarrollado y se espera que continúen con un 87% de probabilidad entre diciembre de 2021 y febrero de 2022", dice el organismo.
Los expertos de la NOAA comenzaron a notar que el evento climático se aproximaba, cuando detectaron varios factores ambientales:
- Temperaturas de la superficie del mar por debajo del promedio en el Pacífico ecuatorial.
- Anomalías térmicas en la mayor parte del Océano Pacífico central y oriental.
- Irregularidades en vientos del este en niveles bajos y en los vientos del oeste en los niveles superiores de la atmósfera.
¿Qué efectos trae La Niña?
Los efectos de La Niña van desde sequías a inundaciones hasta de lluvias intensas y huracanes, aunque dependen siempre de la zona.
Por ejemplo, se han registrado sequías en Latinoamérica, nevadas intensas en la zona norte de Estados Unidos y escasez de precipitaciones en Australia y en las islas del Pacífico.
Si bien este fenómeno sigue patrones climáticos, los investigadores dicen que ningún evento de La Niña es como otro y siempre puede cambiar.
Según la NOAA y otras organizaciones meteorológicas de América Latina La Niña de este año será de intensidad moderada, pero los pronósticos más concretos se conocerán a finales de octubre.
En años anteriores, el fenómeno paso casi inadvertido, y en 2020 se fortaleció y el fruto fue una larga temporada de huracanes del Atlántico, condiciones de sequía en América del Sur y fuertes lluvias en Centroamérica y el norte de Suramérica.
En América Latina La Niña se manifiesta en dos formas: lluvias intensas y abundantes, con el aumento del caudal de los ríos y posteriores inundaciones en Colombia, Ecuador y el norte de Brasil. También se presentan condiciones de sequía en Perú, Bolivia, el sur de Brasil, Argentina y Chile.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el arroz ha sido uno de los cultivos más afectados por las inundaciones en Ecuador que, curiosamente, fueron precedidas de una prolongada sequía en las zonas de producción, durante el paso del fenómeno en años pasados.
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