Estados Unidos y su ley para solucionar el dilema de la escasez de 'chips'
Los 'chips' o semiconductores son esenciales para todos los aparatos tecnológicos y hasta para la industria militar, pero Estados Unidos no los produce.
Dos chips o semiconductores, fabricados por SK Hynix , en una placa de computador, el 25 de febrero de 2022.
Reuters
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Estados Unidos y China rivalizan en muchos ámbitos y el tecnológico se suma a la lista. Ahora en el centro del debate está la escasez de chips o semiconductores, vitales para el mundo digital.
Los semiconductores están básicamente en todos los dispositivos actuales, desde teléfonos inteligentes, computadoras, vehículos y hasta en la industria militar. El dilema es que los estadounidenses no los producen y dependen de que Taiwán y China lo hagan.
De hecho, Taiwán produce más del 50% de los chips que necesita el mundo tecnológico para funcionar, pero está envuelto en presiones políticas porque el gobierno chino reclama esta tierra como suya.
Según datos de la Asociación Industrial de Semiconductores, Estados Unidos apenas usa el 12% de su capacidad de fabricación de chips.
Por ello, con la finalidad de potenciar la fabricación interna de los codiciados semiconductores, el gobierno de Joe Biden ha propuesto una ley llamada "Chips y Ciencia".
La tan anunciada ley prevé USD 52.000 millones en subvenciones gubernamentales para la producción local de semiconductores. Además contempla una bonificación fiscal a la inversión en plantas de chips cuyo valor se estima en USD 24.000 millones.
El tiempo y los 'chips' se acaban
La ley también autorizaría más de USD 170.000 millones a lo largo de cinco años para impulsar los esfuerzos de investigación científica de Estados Unidos, para competir mejor con China.
Sin duda es un cuerpo legal prometedor, pero que aún no ha sido aprobado en su totalidad.
En el Senado estadounidense, se respaldó el proyecto de ley por 57 votos a favor y 31 en contra, superando los 51 votos necesarios para su aprobación.
Se espera que la Cámara de Representantes lo apruebe esta primera semana de agosto y lo envíe al presidente Biden para que lo firme.
La mayor parte de los fondos se destinarán a nuevas fábricas, aunque estas tardarán dos o tres años en construirse. Pero si todo sale bien, la idea es que la industria tecnológica tenga semiconductores hechos en Estados Unidos y no chinos.
Mientras el tiempo apremia, los 'chips' se acaban. La empresa aeronáutica Boeing enfrenta problemas en la cadena de suministro por la escasez del producto.
General Motors aseguró que tenía más de 90.000 vehículos sin terminar, en su mayoría camiones y SUV de alto margen. Miles están estacionados en el sureste de Michigan.
A estos problemas se suman los retrasos en la producción de móviles inteligentes y hasta de consolas para videojuegos.
Hay que saber además que esta escasez de chips no es reciente. Se deriva de los problemas logísticos y de embarques en los puertos a raíz del Covid-19.
Y en 2022 la crisis aumentó porque para producir los semiconductores se requieren de otros minerales como el gas neón, y el 70% se produce en Ucrania, país invadido por Rusia en febrero.
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