Cuarta dosis: ¿Quiénes deben realmente aplicarse el refuerzo?
Once países ya aplican una cuarta dosis contra el Covid-19, incluyendo Ecuador, pero su pertinencia está en dudas hasta entre los propios científicos.
Una trabajadora de la salud coloca la cuarta dosis o el segundo refuerzo contra el Covid-19, en Quito, el 5 de abril de 2022.
Reuters
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La administración de una cuarta dosis contra el Covid-19 copa el debate científico desde diciembre de 2021. En esa fecha, Israel anunció la aplicación de esta segunda dosis de refuerzo a los adultos mayores, tras la explosión de la variante ómicron.
El país basó su decisión en estudios farmacéuticos sobre la eficacia de la cuarta dosis en grupos de riesgo. Pero hay nuevos estudios, como el publicado en la revista New England Journal of Medicine, que muestra poca o casi nada eficacia de la dosis en la población joven.
Según el estudio, mientras las dosis adicionales probaron neutralizar el virus, incluyendo ómicron, la cuarta dosis mostró “beneficios marginales” en el aumento de anticuerpos.
Pese a esta evidencia, una cuarta dosis de Pfizer y Moderna ya fue autorizada por la Agencia de Medicamentos de Estados Unidos (FDA). Y otros 10 países ya aplican el refuerzo a su población, algunos a quienes tiene más de 70 años y otros a las personas de 50 años en adelante y tras cinco meses de recibir el primer refuerzo, como ocurre en Ecuador desde el 1 de abril.
El director del Centro de Investigación de la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES), Fernando Espinoza, responde a PRIMICIAS cuatro interrogantes sobre cuán pertinente es la cuarta dosis, o si más bien su aplicación debería esperar hasta el momento correcto.
¿Todas las personas tiene que aplicarse una cuarta dosis?
La segunda dosis de refuerzo, dice Espinoza, tiene que ser aplicada “inteligentemente y a quienes realmente la necesiten, como las personas mayores de 70 años y aquellas con enfermedades catastróficas colaterales o que sus sistemas inmunes estén debilitados”.
Según el doctor en Biología Molecular, hay que guardar la cuarta dosis para el momento apropiado de la pandemia. ¿Cuál es este escenario?
"Si en India, África o Estados Unidos surge una variante más letal (que cause mayor mortalidad), inmediatamente debemos ponernos una cuarta dosis. Por ello, el Gobierno debería tener un stock de al menos cuatro millones de vacunas para la población”.
Fernando Espinoza, investigador de la UEES.
Las estadísticas actuales de la pandemia indican que Ecuador tiene un promedio de 3.000 infectados por semana, pero con baja mortalidad. “Las variantes dominantes (ómicron y la subvariante BA.2) ya están conviviendo entre nosotros, casi parecido al coronavirus de la gripe”.
Además, la UEES tiene evidencia científica que en el Gran Guayaquil (la zona que comprende Guayaquil, Durán, Samborondón, Daule e incluso Santa Elena) existe una inmunidad natural (generada tras contraer coronavirus) por arriba del 60%.
¿Debería priorizarse la aplicación de la tercera dosis?
A nivel mundial, la cobertura de la dosis de refuerzo o tercera dosis llega a casi el 52%, y en Ecuador es del 40%.
“Seguramente tenemos personas de 70 años que han sido reacias a ponerse una tercera inyección y ni hablar de una cuarta”, señala Espinoza.
Por ello, insiste en que el Gobierno debería hacer un trabajo de campo y cruzar la información con el Registro Civil para llegar con la tercera dosis hasta los hogares de las personas que no la han recibido.
¿Habrá dosis cada año para el Covid-19, como ocurre con el virus de la influenza?
“Completamente, hacia allá apuntamos con la evolución del virus. Lo normal sería que nos debamos aplicar una vacuna contra el Covid-19 cada año o cada seis meses”, contesta el doctor Espinoza.
Pero indica que estas próximas dosis serán más específicas, es decir, serán elaboradas a partir de las nuevas variantes o subvariantes que dominen la pandemia en determinado momento.
¿Es real que los anticuerpos disminuyen con el tiempo?
El doctor Espinoza explica que tras pasar una infección por Covid-19 o ser inmunizado con una de las vacunas disponibles, los anticuerpos que el organismo produce disminuyen con el tiempo, entre cuatro y seis meses.
Pero aclara, “no es que nos quedamos desprotegidos, porque la inmunidad contra el virus siempre estará presente”.
Según Espinoza, el organismo tiene dos tipos de inmunidad, la celular y la humoral. Esta última se refiere a los anticuerpos producidos por los linfocitos B, que bajan en producción con el tiempo.
Pero la celular, producida por los linfocitos T "sigue funcionando y protegiendo a la persona”.
Millones aún sin vacunas
Si bien la vacunación contra el Covid-19 ha avanzado desde 2021, y casi el 85% de la población mundial ha recibido al menos una dosis de las vacunas disponibles, aún hay 2.000 millones de personas sin vacunarse.
Se estima que solo el 14.7% de las personas en países pobres ha recibido una dosis de la vacuna contra el virus.
En la región de América esto se traduce en 240 millones de personas sin protección, señaló la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
“Los esfuerzos mundiales deberían estar en vacunar con las primeras dosis a esas personas de lugares donde puede surgir una variante más peligrosa”, agrega Espinoza, investigador de la UEES.
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