Coronavirus: ¿Por qué es tan difícil dejar de tocarse la cara?
Una persona sentada en Guayaquil, el 15 de abril.
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Lavarse las manos constantemente y no tocarse la cara son las dos recomendaciones que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha repetido reiteradamente para evitar la propagación del nuevo coronavirus.
El lavado de manos es un hábito de la sociedad incluso antes de la llegada de esta nueva enfermedad.
Sin embargo, al principio de la pandemia expertos en salud pública enseñaban a la ciudadanía cómo y por cuánto tiempo se debía hacer.
La segunda recomendación, evitar tocarse los ojos, la nariz y la boca, se ha convertido en una acción que pocas personas han dejado. Pero, ¿por qué es tan complicado no tocarse el rostro?.
El tacto es el primer sentido que los seres humanos desarrollan cuando están en el vientre de la madre.
Según un estudio, publicado en 2015, los fetos se tocan el rostro por circunstancias como el estrés de la madre y la exploración. Además, señala que es un estímulo que se desarrolla mientras crece el bebé.
Otro estudio muestra que llevarse las manos a la cara es una acción automática y repetitiva.
La investigación realizada por la universidad de Nueva Gales del Sur, Australia, señala que los humanos repiten este gesto 23 veces por hora.
PRIMICIAS le presenta recomendaciones de cómo evitar tocarse la cara para evitar el contagiarse de coronavirus.
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