Descargas mineras: estudio halla contaminación en ríos del sur de Ecuador
Una investigación señala que los desechos tóxicos de procesos mineros representan un posible riesgo cancerígeno para los pobladores del sur del país. También son un peligro para biodiversidad y la pesca en la zona.
Equipo técnico de la Agencia de Regulación y Control del Agua durante una inspección técnica en las terrazas aluviales del Río Guanache, el 27 de septiembre de 2018.
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Altas concentraciones de arsénico y cadmio se acumulan en sedimentos de al menos cuatro ríos del sur de Ecuador, impactados por las descargas de la minería. Esto representaría un riesgo cancerígeno y de intoxicación para las poblaciones locales, especialmente los niños.
Además esta contaminación supondría un peligro para la biodiversidad, advierte un estudio.
La investigación, publicada en Environmental Geochemistry and Health, también halló concentraciones de cobre de riesgo entre moderado y alto en tres de los cuatro ríos examinados.
Los autores del estudio analizaron 172 muestras de sedimentos de los ríos de Ponce Enríquez, ubicada en la provincia de Azuay, uno de los principales sitios mineros del país, con aproximadamente 22.000 habitantes.
Allí, los investigadores hallaron “valores de contaminación inaceptables y riesgo ecológico extremo” en cuatro ríos donde las personas se suelen bañar.
A partir de los resultados de los sedimentos estudiados y de un análisis probabilístico, el estudio señaló que el riesgo de cáncer para los niños que mantengan contacto dérmico y oral con los sedimentos contaminados superó 14 veces el valor de exposición segura.
La investigación también incluyó una encuesta a 45 hogares del área para caracterizar los parámetros de exposición de las personas.
En adultos, el riesgo total de cáncer traspasó 1,5 veces el umbral de exposición segura.
En relación con el riesgo no carcinogénico -algunos contaminantes pueden provocar intoxicaciones sistémicas, por ejemplo a nivel del sistema nervioso-, el estudio señala que 43% de los niños están expuestos a niveles de riesgo extremos.
"Los niños son los que tienen una mayor exposición, porque cuando juegan tienen más tendencia a meterse las manos en la boca y quizá están ingiriendo elementos contaminantes", explicó en una comunicación por Zoom a SciDev.Net la autora principal del estudio, Samantha Jiménez Oyola.
Minerales detectados en cuatro ríos
Si bien en los cuatro cursos de agua analizados se detectaron niveles de arsénico superiores a los límites permitidos internacionalmente, el río Siete mostró un índice de riesgo ecológico por este metaloide 50 veces superior al umbral de bajo riesgo. Además, el cadmio resultó ser 95 veces más alto al nivel de riesgo de menor peligro.
Los ríos Villa, Fermín y Guanache también presentaron índices de "riesgo severo" para el arsénico. En este último, además, el cadmio resultó 4,4 veces más elevado que el índice de riesgo bajo.
En los ríos Villa y Guanache se halló un riesgo “moderado” en relación con las concentraciones de cobre. Mientras que en el río Siete el riesgo ecológico se registró alto: 2,3 veces por encima del límite de menor peligro.
Los autores del estudio remarcaron que estos cursos de agua atraviesan áreas mineras, plantas de tratamiento de minerales, aldeas y granjas.
También los investigadores indicaron que la principal fuente de contaminantes son los relaves mineros que se descargan en las aguas debido a “sistemas de disposición inadecuados y controles ambientales ineficaces”.
“Con este resultado lo que se tendría que hacer es directamente limitar la exposición para evitar el riesgo”, agregó Jiménez Oyola, investigadora de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Ecuador) y de la Universidad Politécnica de Madrid (España).
Un problema para la biodiversidad
Para José Marrugo Negrete, doctor en ciencias químicas y profesor de la Universidad de Córdoba (Colombia), quien no participó del estudio, el trabajo describe un "problema muy serio tanto para las personas que aguas abajo utilizan estos ríos como para la biodiversidad".
“En el caso de que alguien quiera, por ejemplo, regar sus cultivos con agua de estos ríos, estos van a acumular estos metales tóxicos”, indicó Marrugo Negrete a SciDev.Net, en una entrevista por Meet.
“Aquí en Colombia se han perdido muchos recursos ícticos pesqueros. Puede ser por sobrepesca, pero también los tóxicos tienen responsabilidades”, dijo el especialista colombiano.
Por su parte, Jiménez Oyola precisó que también han detectado concentraciones de metales pesados en el suelo y rastros de estos en alimentos de Ponce Enríquez. Estos nuevos datos serán publicados próximamente como parte de otro estudio.
Para Jiménez Oyola, quien es ingeniera de minas, las próximas investigaciones deberían apuntar directamente al estudio de las poblaciones. “Es muy probable que haya muchos casos de cáncer ahí y no lo sepamos”, concluyó.
Este artículo fue publicado previamente en el portal SciDev.Net.
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